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Salud

Cómo combatir la conjuntivitis alérgica de los niños en primavera

Ojos llorosos, picor, enrojecimiento… la conjuntivitis producida por la alergia puede llegar a ser muy molesta

Llega la primavera y, con ella, alergias como la conjuntivitis alérgica y su consecuente picor y enrojecimiento de ojos, que lloran muy a menudo, y fotofobia (molestia al exponerse a una fuente de luz o sensación de deslumbramiento). ¿Por qué ocurre? “La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, una membrana mucosa muy fina y transparente que recubre la superficie de los ojos. Esta inflamación puede deberse a la alergia, una respuesta excesiva de nuestro organismo frente a un agente externo como puede ser el polen, o a un agente infeccioso como pueden ser los virus o las bacterias”, explica la Dra. Cristina Ortega Casanueva, pediatra y alergóloga en la Cínica Materno Infantil Senda (Madrid) y miembro de la SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica).

Qué es la conjuntivitis alérgica

Los alérgenos que más frecuentemente provocan la conjuntivitis alérgica son, tal y como nos indica la especialista, el polen, los ácaros, los hongos de la humedad y los epitelios de animales (gato y perro). “Cuando el alérgeno entra en contacto con nuestro organismo, la conjuntiva se inflama y se congestionan las venillas del ojo y se torna de color rojo, produciendo picor y lagrimeo”.

Ese picor puede provocar la sensación de tener arenilla o un objeto extraño en los ojos, por lo que parpadean frecuentemente e “incluso se llegan a guiñar de manera refleja e involuntaria”. Por otro lado, el enrojecimiento es consecuencia de la congestión, que hace que las venillas de los ojos se dilaten. La congestión puede dar lugar también a que los párpados se inflamen y es la causa de la fotofobia.

Le echan gotas en el ojo©GettyImages

‘¿Cómo sé si lo que tiene mi hijo es conjuntivitis alérgica, vírica o bacteriana?’

Es bueno saber distinguir los síntomas en casa, incluso antes de llevar al niño al pediatra, para evitar posibles contagios tanto en el colegio como con personas de otros entornos. En el caso de la conjuntivitis producida por la alergia primaveral, lógicamente no habría ese problema y no habría que tomar precauciones para evitar contagios, pero ¿cómo saber si se trata de una conjuntivitis alérgica o de otra de origen bacteriano o vírico?

La clave, en este sentido, nos la dan las secreciones que produce; así, “en la conjuntivitis alérgica pueden aparecer legañas, que son blanquecinas, no muy abundantes, de tipo mucoide y filante (como hilos finos)”, detalla la Dra. Ortega Casanueva, que señala que estos síntomas pueden variar mucho de una persona a otra y ser leves o bien muy molestos.

Las conjuntivitis bacterianas son generalmente bilaterales (afectan a los dos ojos), la secreción suele ser pastosa y verdosa, y se presentan frecuentemente en brotes escolares”, mientras que en las conjuntivitis víricas la secreción es diferente, “más escasa y amarillenta, más acuosa, y un ojo precede en la clínica frecuentemente al otro”. A esto se suma un bultito que aparece delante de la oreja (llamado técnicamente adenopatía preauricular) que produce dolor y se presenta en brotes familiares, como apunta la alergóloga pediátrica.

Pautas que deben seguir los niños para paliar o evitar los síntomas de la conjuntivitis alérgica

Si hay una pauta o una medida que podamos seguir para ayudar a que nuestro hijo tenga menos síntomas, esa es evitar la exposición a aquello que le produce la alergia (pólen, polvo, epitelio de animales…). “En caso de desconocerlo, es muy importante tratar de averiguar cuál produce la alergia al niño/adolescente, por lo que mi consejo es intentar identificar a qué planta tiene alergia el niño y/o en qué época poliniza o si la conjuntivitis se inicia tras el contacto con el polvo o al contacto con un animal, y consultar al especialista en alergia infantil para realizar el estudio alergológico”, recomienda la doctora. “En función del alérgeno, las medidas de evitación serán unas u otras”. En cualquier caso, de manera general, podemos seguir las siguientes recomendaciones de la Dra. Ortega:

-Evitar el rascado ocular “es muy importante, pues produce mayor picor a medio plazo y, además, si se realiza de forma habitual y mantenida puede lesionar la córnea”.

-Medidas de higiene en los ojos. “Es importante consultar con el pediatra el tratamiento a seguir antes de aplicar nada en los ojos, aunque en la espera de la consulta, se pueden realizar unas medidas de higiene como son los lavados frecuentes de la superficie ocular (4-5 veces al día) con suero fisiológico frío”. A esto podemos añadir, después de cada lavado, la aplicación de lágrimas artificiales y, para aliviar y disminuir la inflamación de los párpados, aconseja aplicar compresas frías.

-Tratamiento farmacológico. “Cuando el médico haya valorado al paciente y diagnosticado qué tipo de conjuntivitis tiene, en el caso de tratarse de una conjuntivitis alérgica, pautará colirios antihistamínicos o antiinflamatorios en frecuencia y duración individualizada”, indica Ortega. “Si existen otros síntomas de alergia (picor de nariz, congestión nasal, moqueo, estornudos…) se puede añadir al tratamiento antihistamínicos vía oral. Los antihistamínicos orales serán pautados en función del peso y edad del niño”.

-Pautas para cuando el niño esté en el exterior:

  • Es conveniente poner gafas de sol, así impediremos el choque directo de los granos de polen contra los ojos.
  • No emplear lentes de contacto durante las crisis.
  • Lavados frecuentes de los ojos con suero fisiológico estéril
  • Si el niño es pequeño, recordarle no tocarse ni frotarse los ojos
  • En el coche es aconsejable tener los filtros antipolen y durante los viajes mantener las ventanillas cerradas.
  • Si el niño es alérgico al polen, evitar salidas al campo o hacer deporte los días de floración o de viento.

-Pautas para el domicilio:

  • Ventilar la casa a primera hora del día y sólo durante media hora. Posteriormente cerrar las ventanas, especialmente por la noche.
  • Cerrar las ventanas los días de viento.
  • Durante la limpieza del hogar, no levantar polvo barriendo o sacudiendo con un trapo o plumero
  • Emplear colchones y ropa de cama sintéticos.
  • Evitar alfombras, cortinas y peluches, pues acumulan polvo
  • Evitar animales domésticos.
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