Junto a su bebé©GettyImages

Maternidad

Maternidad y presión social: cuando las madres se sienten juzgadas por su propia familia

¿Cómo afecta esta situación a la crianza de los hijos y al bienestar emocional de la mujer? ¿Cómo hacer frente a esos juicios? Tres expertas responden

Las madres reciben presión social desde antes, incluso, de dar a luz. El embarazo es el momento en el que se destapan todas las expectativas, las creencias y la presión externa, según el estudio No eres menos madre, elaborado por el Club de Malasmadres y Danone. Esa presión viene sobre todo de las recomendaciones médicas (especialmente de las que tienen que ver con mantener un peso durante la gestación) y ciertos mitos sociales, lo que ahonda el sentimiento de culpa que sienten 7 de cada 10 mujeres por no ser la “madre perfecta” que se espera de ellas.

Si a esto añadimos que gran parte de la presión social viene de la familia (8 de cada 10 madres afirman sentirse juzgadas por su entorno familiar, según se desprende del estudio), el malestar emocional se incrementa enormemente. “Sentirse juzgado por ellos es una de las causas que más sufrimiento genera en las madres durante su maternidad”, corrobora la psicóloga general sanitaria Silvia Nava. “El entorno familiar es claramente determinante”, asevera Laura Baena, fundadora de Malasmadres. “Donde más apoyadas nos deberíamos sentir, nos juzgan sin compasión. En ese lugar, la familia, que debería ser refugio, es donde más nos critican”.

 

Consecuencias en la crianza de la presión familiar hacia las madres

Esa presión social procedente del propio entorno familiar de las madres interfiere en la crianza, tal y como asegura Yolanda Vélaz, enfermera pediátrica y consultora de lactancia certificada (IBCLC): “Es importante entender que la crianza ha ido evolucionando. Sin embargo, tenemos muy arraigado el mito de la madre perfecta, el cómo supuestamente tenemos que hacer las cosas, lo felices que debemos estar, que lógicamente no estamos y menos en el posparto”.

Y esa, el mito de la madre perfecta, es la clave para entender muchos de los problemas emocionales e, incluso, de salud mental que sufren cada vez más madres. La popular frase de se espera que las madres críen a sus hijos como si no trabajasen y que trabajen como si no tuviesen hijos cobra cada vez más fuerza, a pesar de la inviabilidad de esa afirmación. “Ello se ve de forma muy evidente en torno a la lactancia”, apunta Vélaz. “Si una mamá no quiere o no puede por el motivo que sea dar de mamar a su bebé debe ser respetado y sobre todo debe sentirse apoyada por su entorno y no juzgada. Es importante que las mamás sepan que la lactancia materna requiere de un aprendizaje, como todo lo que hacemos en la vida, el problema es que no se suele tener ese proceso de aprendizaje previo y aunque no es necesario preparar el pecho para la lactancia, si debemos preparar el cerebro”.

Con su bebé en brazos©GettyImages

 

¿Cómo hacer frente a la presión social procedente de la familia?

Hacer frente a los juicios sociales no es fácil, vengan o no de la propia familia. Y con el cambio radical que supone, tanto a nivel fisiológico como emocional, traer un bebé al mundo, afrontar ciertos comentarios es mucho más complicado. Por muy fuertes que se sintiesen antes, para la mayoría de las madres el posparto no es sencillo: en primer lugar, requieren una recuperación física, pero también, claro está, adaptarse a los cuidados de un recién nacido que, para empezar, ni siquiera sabe aún dormir bien y, en consecuencia, la mamá tampoco (con las repercusiones que la falta de sueño implica).

¿Cómo, entonces, protegernos de esa presión social? “Las mujeres madres tenemos que luchar mucho contra la autoexigencia y la culpa, estos dos frenos no suelen sufrirlo en esta medida los padres”, afirma Laura Baena. Para ello es esencial, en caso de tener pareja, la corresponsabilidad de ambos: “apoyarnos en la pareja, compartir las preocupaciones y tomar decisiones en equipo ayuda mucho a tener una maternidad compartida y a poder cuidarnos y tener tiempo propio, que es fundamental para cuidar de los demás”.

La psicóloga Silvia Nava, por su parte, recomienda a las madres “recordar que tienen derecho a tomar sus propias decisiones, a elegir sobre su propia maternidad y que no duden en poner límites si se sienten juzgadas”. Por supuesto, esto debe ir acompañado de pedir ayuda y de buscar “en su entorno personas refugio, esas que no te juzgan, que te acompañan y te quieren de manera incondicional”. También es muy importante que “cuiden su salud mental, porque lo que lo que necesitan sus bebés es sentirse queridos y tener unas madres que puedan ser ese refugio para ellos”.

Pero no solo es la recién estrenada mamá la que debe hacer frente a la presión social. Es su propio entorno el que debe tomar conciencia del daño que pueden infringir al hacer determinados comentarios (por muy buena intención que haya tras ellos). “El entorno debe darle cariño y confianza, apoyo y reconocimiento, y recordarle que nadie mejor que ella para saber lo que necesita su criatura”, explica Nava. “También es importante bajar el nivel de exigencia. Se espera de las madres que vuelvan a su rutina anterior lo antes posible, a salir con su pareja o amigos, al gimnasio, a realizar todo lo que hacían antes de ser madres, como si nada hubiera cambiado, cuando en realidad han cambiado para siempre”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.