Bebé en sillita con mamá paseando©AdobeStock

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Del capazo a la sillita: qué debes tener en cuenta

Una de las preguntas más repetidas en las consultas de pediatría y de fisioterapia pediátrica es, ¿cuándo puedo pasar a mi bebé del capazo a la sillita? Son varios los requisitos que el peque debe cumplir para poder hacer este cambio y que su espalda no sufra ninguna lesión.

El paso del cuco o capazo a la sillita puede ser un cambio de lo más normal visto desde fuera, pero para muchas familias se convierte en todo un hito. Y es que ver cómo tu bebé ‘se hace mayor’ y ya asoma la cabecita para curiosear y le llama la atención todo lo que ve cuando vais de paseo es algo que les encanta a los papás. Pero una de las preguntas más frecuentes entre los padres es, ¿cuándo hacer este cambio? “Si bien la mayoría de las marcas lo indican en las instrucciones de los carritos parece ser que no queda muy claro este punto”, nos dice la fisioterapeuta y osteópata pediátrica Raquel Bermejo Boyano (www.raquelbermejo.com).

“El capazo o cuco es lo que suele ser utilizado mayoritariamente en nuestro país las primeras semanas de vida del bebé. Los capazos tienen unas medidas determinadas dependiendo de la firma y su peculiaridad radica en que el bebé permanece tumbado, permitiendo una presión homogénea sobre todo el cuerpo del pequeño: cabeza, tronco y extremidades”, añade la experta.

La variedad de tipos de carritos es tan amplia que dependerá mucho de todas las funciones y comodidades que preste determinar cuándo es el mejor momento para cambiar al bebé a sillita, junto con el desarrollo del niño. “Lo ideal para transportar un bebé las primeras semanas sería o un buen porteo o un cuco, nunca una silla, hasta que el bebé no esté preparado músculo-esqueléticamente hablando. Es importante que se entienda y aplique esto de manera adecuada para evitar posibles lesiones de la columna”, recomienda la experta.


¿Cuándo está preparado un bebé para el cambio?

Según nos cuenta la fisioterapeuta, “la mayoría de gente (incluso algún profesional o firma) suele tomar la decisión de pasar del capazo a la silla en base a los siguientes datos”, y enumera:

  • Edad del bebé.
  • Peso del bebé.
  • Tamaño/longitud del bebé.
  • Irritabilidad del bebé en el capazo.

Pero, la experta afirma que “ninguno de estos cuatro ítems es el que debe estar en primer lugar a la hora de decidir cuándo pasar del cuco a la silla”. “Lo más importante para ese cambio es que el bebé controle su cabecita, cervicales y dorsales. Es decir, que en el momento en el que el pequeño controle prácticamente toda su columna estará preparado para pasar del capazo a la silla sin riesgo de dañar su espalda”, asegura.

Esto puede ocurrir independientemente del peso, la edad, el tamaño o longitud del pequeño, ya que el desarrollo de cada bebé es único y diferente, y por tanto, no es comparable cómo es el cuerpo y la fuerza que presenta un bebé de 4 meses, por ejemplo, con otro de la misma edad. La experta aporta su explicación en base a estos cuatro puntos:

  • Da igual si el bebé tiene 6 meses, si no tiene control de su columna no está preparado.
  • Aunque pese 6 kilos, si no tiene control de su columna no está preparado.
  • Si se enfada en el capazo, pero no controla la columna, no está preparado. Y aconseja: “Podéis llevarlo porteándolo para que no llore y disfrute del paseo, por ejemplo, pero no en silla. También puede pasar que muchas veces hay algo a nivel músculo-esquelético o craneal que les molesta en el carrito. El hacer una revisión con un fisioterapeuta-osteópata pediátrico puede ser una solución para ver qué ocurre y por qué se siente incómodo en el capazo”.
  • Lo más importante es que el desarrollo del bebé sea el adecuado.

¿Cómo puedo saber si mi bebé tiene control de la columna y puedo pasarlo del capazo a la sillita? “Es muy fácil: colocad al bebé sentado y agarrado de la zona lumbar, si el bebé aguanta bien su columna (cabecita, cervicales y dorsales) sin tambalearse, estará preparado para pasar del capazo a la sillita”, asegura.

Bebé en sillita de paseo©AdobeStock


Otros consejos para hacer el cambio de forma correcta

Es importante no tomarse estas recomendaciones a la ligera y no forzar al bebé a poner posturas que, de forma natural, su cuerpo todavía no ha desarrollado; las consecuencias pueden ser más graves de lo que piensas. “Si cambiáis antes de lo comentado corréis el riesgo de que el bebé adopte posturas inadecuadas de la columna para compensar la falta de fuerza y control, lo que aumenta que pueda desarrollar contracturas, escoliosis… No os la juguéis por unas semanas”, advierte la fisioterapeuta, quién, además, para finalizar, nos da dos grandes motivos fundamentales para respetar los tiempos de desarrollo del pequeño: