Fragmento de la película 'Mary Poppins'©Walt Disney Pictures

Crianza

Así funciona el método Mary Poppins, lecciones de crianza para formar niños autónomos

Dos expertos en educación nos proponen 10 reglas para ayudarnos a fomentar la autonomía de nuestros hijos mientras sobrellevamos de la mejor manera posible esta profesión tan complicada y polivalente que es la paternidad.

El método Mary Poppins que plantean los autores Óscar Casado Berrocal, doctor en educación, y Beatriz Castro Bayón, maestra, psicopedagoga y especialista en pedagogía terapéutica, en su nuevo libro ‘Niños autónomos’ hace referencia al personaje ficticio del libro de P. L. Travers que Disney llevaría al cine en 1964 de la mano de Julie Andrews (y que Emily Blunt ‘resucitó’ en 2018).

“Recurrir a la niñera más famosa del séptimo arte es un homenaje a las ideas emancipadoras que desprenden sus enseñanzas y su forma de afrontar la educación”, apuntan los expertos en crianza. Pero, ¿en qué consiste este método y cómo podemos aplicarlo con nuestros hijos? Casado y Castro responden.



Un modelo de paternidad responsable

Conocerse a uno mismo es lo primero que hay que hacer para ser autónomo. Por tanto, lo que proponen los autores es intervenir de manera sistemática, metódica y ordenada para ayudar a todos los miembros de la familia a encontrar su camino con el objetivo de que, llegado el momento, los padres puedan dar un paso a un lado y desaparecer.

“Por eso, en el método Mary Poppins se plantea un modelo de paternidad responsable, preocupada pero sin pasarse, atrevida, atenta, creativa y focalizada en aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente para desarrollar la autonomía de nuestros hijos en situaciones cotidianas”, enfatizan. ¿Cómo? Tomando prestadas algunas de las lecciones de nuestra niñera favorita.

Los niños de 'Mary Poppins'©Walt Disney Pictures

“Lo primero que hay que aprender sobre el método Mary Poppins es que no es un método al uso, con unos pasos definidos y estructurados que haya que seguir en orden”, indican. Esto tiene sentido, ya que la paternidad no es lineal ni responde a un estándar único que sea aplicable a todas las familias.

Los expertos en educación nos aseguran que prefieren hablar de ideas en forma de reglas que, “al igual que la carta que escriben los niños Banks para encontrar a su niñera ideal, nos sirvan como padres para definir mejor nuestros objetivos”:

  1. Habla con él de tus miedos e inseguridades. Este acto implica ayudarles a conocerse y reconocerse a sí mismos: “Trabaja su autoconcepto, confianza y autoestima; hazle ver sus avances para que se sienta mayor y madure, pero sin endiosarlo ni hacerle creer que es el centro del universo o que va más rápido de lo que en realidad avanza”.
  2. Enséñale el valor del error (una oportunidad de aprendizaje): “Reconocer el error se transforma en un acto de humildad ayudándolo a gestionar sus fracasos, equivocaciones, pedir disculpas, manejar su frustración y, sobre todo, a responsabilizarse de sus actos y consecuencias”.
  3. Fomenta su autodisciplina: Seguir unas rutinas diarias les ayuda a sentirse capaces de hacer las cosas por sí mismos y lo percibirán como un gesto de confianza, sintiéndose valorados por sus padres, lo cual estimulará la seguridad en sí mismos. “Aprovecha todas las oportunidades del día a día para que haga tareas y rutinas cotidianas por sí mismo e intenta darle pequeñas responsabilidades que pueda asumir, gestionar y organizar, pero sin que esto se convierta en una rutina aburrida, sino en un premio a la confianza que depositamos en él”.
  4. Estimula su imaginación y creatividad: “El objetivo es que no le importe aburrirse y aprenda a entretenerse sin depender de nada ni nadie”.
  5. Ten paciencia: “Asume que tendrás que hacer sacrificios, no tengas prisa y mantén la vista en el futuro, porque los resultados tardan en llegar, pero al final llegan”.
  6. Deja que aprenda la importancia de respetar a la autoridad: “Es decir, las normas, reglas y los límites, pero implícate y muestra flexibilidad y capacidad de adaptación para generar complicidad y que no sienta que vive en una cárcel”.
  7. Mantente seguro en tus convicciones: “No dejes que nadie a quien no has pedido su opinión te haga desconfiar de lo que haces”.
  8. Trata de ser coherente en tus decisiones y actuaciones: “No te angusties si no lo consigues siempre... no existen los padres perfectos”.
  9. Fomenta su implicación e iniciativa, “dándole la oportunidad de participar activamente en aspectos relevantes de su vida, pero sin hacerle creer que esto es un derecho u obligación, sino un privilegio fruto de la confianza y el respeto mutuo que se ha ido ganando”.
  10. Por último, ve despegándote progresivamente de él: “Es decir, sabiendo elegir el momento para evitar generar dependencia, sentimiento de ausencia o abandono”.

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