Las razones que te animarán a mantenerte activa en la menopausia

Resumimos los ejercicios y deportes que más convienen cuando llega esta época especialmente compleja para la mujer

Por Pilar Hernán

Nunca es tarde para plantearse hacer deporte. El ejercicio tiene multitud de beneficios para nuestra salud, física y mental. Cuanto antes comiences a ponerte en forma, antes notaras los resultados y los beneficios a largo plazo. Pero lo cierto es que hay etapas de la vida en las que la práctica de ejercicio es muy beneficiosa, como la menopausia. Cuando llega esta época llena de cambios en la vida de la mujer, es necesario incluir el ejercicio físico en la rutina diaria, ya que ayuda a controlar el peso, previene la pérdida de masa ósea y muscular y genera endorfinas, la llamada hormona de la felicidad. Y, además, ayuda a dormir mejor, algo que no se tiene que obviar, pues un reciente estudio de Domma ha revelado que el 63,5% de las mujeres en esta etapa tienen problemas para conciliar o mantener el sueño durante toda la noche, y un 57,9% de las mismas afirma que padece sudores nocturnos que dificultan su descanso. Contar con una rutina de ejercicio diaria puede ayudar a combatir estos síntomas, y es que el deporte ayuda a descansar mejor.

“En la menopausia se producen cambios en nuestro metabolismo que hacen que aumente nuestro índice de grasa corporal y una distribución de esta en el cuerpo. Si antes se distribuía en los muslos o en las caderas, en la menopausia es más frecuente que se acumule en la zona del abdomen”, explica Mireia Roca, cofundadora de la compañía especializada en bienestar y salud de la mujer Domma.

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¿Qué tipo de ejercicio practicar?

Los expertos coinciden en que lo ideal es realizar una combinación del ejercicio cardiovascular y de fuerza. No es necesario establecer rutinas duras de HIIT (ejercicio de alta intensidad) o pasar horas haciendo máquinas en el gimnasio, pero sí es importante que cada día se le dedique un tiempo al deporte. Desde Domma aconsejan:

  • Caminar. Es la opción más sencilla, que debes tener muy en cuenta. El ejercicio cardiovascular ayuda a quemar calorías y previene la osteoporosis. Por ello, es buena idea que andes por lo menos 30 minutos diarios e ir aumentando gradualmente el tiempo.
  • Nadar o hacer ejercicio en el agua. De esta forma podrás corregir y mejorar la postura y la salud respiratoria y articular. Está especialmente recomendado para personas que padecen de osteoporosis, ya que el agua es un medio que reduce el impacto en comparación con cualquier ejercicio que se haga sobre suelo.
  • Ejercicios de fuerza. Trabajar la fuerza es fundamental, pues te ayudará a generar masa muscular, cuidando la salud de los huesos. Puede realizarse en casa o en el gimnasio, y es importante escoger un peso adecuado para la persona y luego ir aumentándolo poco a poco, ya que sobrecargarse puede provocar lesiones.
  • Saltar, bailar, gimnasia. Cuando haces ejercicios de resistencia cardiovascular consigues que la sangre se mueva más rápido fortaleciendo al corazón.
  • Estiramientos. Estirar es fundamental para evitar el agarrotamiento de los músculos. Es muy recomendable estirar o movilizar el cuerpo al levantarnos, así como antes y después del entrenamiento.

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Beneficios del deporte en menopausia

Estas son las opciones de ejercicio que debemos tener en cuenta, debido a los múltiples beneficios que el deporte nos proporciona en esta etapa especialmente compleja para la vida de la mujer, entre los que podemos destacar los siguientes: 

  1. Ayuda a descansar mejor. Al generar endorfinas (hormonas de placer) se contrarrestan otras emociones como el estrés, los cambios de humor o el insomnio.
  2. Mejora la producción de colágeno. Se nota en las articulaciones y en la piel, además de que ayuda a prevenir la osteoporosis.
  3. Acelera el metabolismo, favoreciendo la pérdida de peso.
  4. Mejora aspectos tan importantes como la elasticidad, la movilidad y el equilibrio.
  5. Es beneficiosa para tu estado de ánimo. Estando físicamente activas es menos probable sufrir enfermedades como la depresión, ansiedad o el deterioro cognitivo.