Posturas de yoga

Más fuerza, flexibilidad y equilibrio con esta postura de yoga

La postura del cuervo es una asana de nivel avanzado que te aporta un buen número de beneficios

Por Pilar Hernán

Estamos ante una postura avanzada, la postura del cuervo, llamada en sánscrito Kakasana, que es un asana de equilibrio sobre los brazos que, tal y como nos explica Tatiana Noguera (@starenyoga), profesora especializada en yoga para la mujer y fundadora de la plataforma Star en Yoga, nos ayuda a desarrollar la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio y la agilidad. "Es una postura exigente que requiere tener un nivel avanzado en la práctica de yoga y se debe de realizar siguiendo una serie de indicaciones muy concretas. Encontrarle la parte lúdica y recreativa a este asana puede ayudarte a afrontar los miedos y experimentar con el cuerpo", explica la experta. 

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Cómo hacerla 

La instructora nos da las claves para realizarla de forma correcta paso a paso para sacarle partido a la postura.

-Partimos de una posición en cuclillas. Te puede ayudar el practicar previamente, haciendo la postura de la guirnalda (malasana), ya que es el punto de partida del cuervo.  

-A continuación, apoya bien las manos en el suelo con el peso repartido entre ambas y los nudillos, separa bien los dedos de cada mano para crear una buena base.  Todo tu peso descansa así en las manos y en la parte superior del cuerpo. 

-Inclina el torso hacia delante colocando el peso de nuestro cuerpo en la zona media.  

-Apoya las rodillas en la mitad superior de la cara interna de los brazos. Dirige la mirada hacia el frente, no hacia abajo. Levantar la barbilla levemente verás que mejora el equilibrio, este es un punto clave a la hora de mantener la postura para evitar caernos. Por si esto sucede, puedes colocarte un soporte en el suelo (un cojín o similar) justo delante del rostro para minimizar el impacto de la caída y generar más confianza.  

-Presiona las manos contra el suelo para poder elevarte, mantén los codos estables y bien pegados al cuerpo, alarga el cuello y comienza a levantar uno de los pies del suelo. Cuando estés bien segura, levanta el otro.  

-Los dedos de los pies (dorsiflexores) estarán estirados y los abdominales se contraen para flexionar la columna. 

-El tríceps se contrae al hacer fuerza contra el suelo. Los flexores del codo ayudan a estabilizar la articulación. 

-Mantente en la postura el tiempo que puedas, verás que con la práctica podrás ir aumentando los tiempos. Para deshacer la postura, apoya suavemente los pies en el suelo. 

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¿Cuáles son sus beneficios?

La realización de esta postura nos aporta, en opinión de Tatiana Noguera los siguientes beneficios: 

  • Fortalece los músculos de las muñecas, los hombros, las caderas y el abdomen.
  • Mejora el control de nuestro cuerpo.
  • Favorece la concentración.
  • Activa el cerebelo responsable de la memoria muscular.