¿Qué opinan los expertos sobre los usos cosméticos y médicos del CBD?

El cannabidiol cada vez se utiliza más en productos de cosmética, por sus propiedades antioxidantes y relajantes, entre otras

Por Pilar Hernán

Si te gusta el mundo de la cosmética, seguro que has notado cómo, desde hace tiempo, no paran de aparecer gamas cosméticas realizadas a base de CBD, que es, tal y como explican desde La Chinata, un compuesto natural, seguro y no adictivo que se encuentra en el cannabis. "Es una planta que se usa desde la antigüedad con fines terapéuticos y en las que se han descubierto sus propiedades antioxidantes para el uso en la cosmética", apuntan. Aprovechando este particular boom, hemos querido analizar el porqué de su éxito, así como sus propiedades y sus usos, tanto terapéuticos como cosméticos.

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Un derivado del cannabis

Partimos, tal y como nos explica la farmacéutica Mar Sieira, de que el cannabis, entendido como las sumidades floridas o con fruto de la planta de Cannabis sativa spp (a excepción de las semillas y de las hojas no unidas a las sumidades) de las cuales no se ha extraído la resina, está considerado como una sustancia estupefaciente según la Convención Única de 1961. “Por tanto, su producción, fabricación, exportación, importación, comercio, uso y posesión debe limitarse a fines médicos y científicos”, nos explica. “Sin embargo, se pueden comercializar productos cosméticos que contengan elementos obtenidos de las semillas o de las hojas no unidas a las sumidades de la planta de Cannabis sativa, es decir, los cultivos que se utilizan con fines comerciales legales no pueden transformar la planta en flor”, matiza la farmacéutica, que nos aclara, además, algunos aspectos relacionados con su denominación: “Si la planta tiene más de un 0,2% de THC (tetrahidrocannabidol) -la sustancia que aporta los efectos psicotrópicos-, se le suele llamar cannabis o marihuana. Si tiene menos de ese 0,2%, se le llama hemp en inglés o cáñamo en español”.

Teniendo esto en cuenta, Mar Sieira nos aclara que el CBD (cannabidiol), cada vez más habitual en cosmética, es un compuesto legal con diversas propiedades que encontramos en el cáñamo o hemp.  “Éste es por tanto el activo que podemos encontrar en las fórmulas cosméticas”, nos explica. Y añade que el aceite de “cannabis medicinal” es obtenido por extracción con un disolvente a partir de las flores femeninas de una variedad de cannabis rica en CBD y, una vez eliminado el disolvente, es redisuelto en un aceite fijo (aceite de oliva, coco, u otros) para su uso.

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Un poco de historia

Repasamos, con la ayuda de Mar Sieira, el uso a lo largo de la historia de este activo. Así, sabemos que el uso medicinal del cannabis viene de muy lejos, pues ya es mencionado en la antigüedad, desde el 1.800 a.C., en Sumeria. “Luego en la “era victoriana” (1840-1900) los médicos la utilizaban en forma frecuente en los pacientes con epilepsia, aunque los reportes son limitados y hasta anecdóticos. Su utilización disminuye con la aparición del fenobarbital, en 1912, y aún más, en 1937, con la aparición de la hidantoína. A esto se sumó, en ese mismo año, la imposición en Estados Unidos de la 'Marihuana Tax Act', que instauró un gravamen a todos los actores vinculados con el cannabis: importadores, productores, industriales, comerciantes, intermediarios, consumidores, e incluso especialistas que por alguna razón la recetaban o la usaban en sus preparados, tales como dentistas, médicos, veterinarios o farmacéuticos. En 1970, se reemplazó este impuesto por la 'Ley de Sustancias Controladas'. Esta nueva ley implicó el colapso de la producción de cannabis o cáñamo en Estados Unidos, seguida de la caída a nivel mundial del uso de este producto en la industria papelera”, cuenta la farmacéutca.

¿Un activo de uso médico?

Es en la década de los 90, cuando se vuelve a poner el interés en el uso de cannabis para el tratamiento de la epilepsia y otras patologías. “Según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA) los datos de ensayos clínicos indican que los cannabinoides alivian los síntomas de algunas enfermedades, utilizándose a menudo como tratamiento complementario, lo que significa que se añaden a otros tratamientos médicos en lugar de emplearse solos. Además, normalmente se utilizan solo cuando un paciente no ha respondido a los tratamientos recomendados para estos trastornos. Sus usos principales son como antieméticos, estimulantes del apetito, tratar el dolor neuropático, dolor crónico no oncológico o tratamiento paliativo del dolor en oncología”, nos detalla Mar Sieira, que matiza, eso sí, que evidentemente, hay que seguir investigando su uso antes de llegar a conclusiones que favorezcan una aprobación con fines terapéuticos en la Unión Europea, ya que además se tiene que evaluar exhaustivamente la dependencia que potencialmente estos activos puedan desarrollar.

“Dicen que el CDB trata más de 50 problemas de salud. Hasta el momento, las investigaciones sugieren que el CBD puede aliviar los síntomas del estrés y la ansiedad, el dolor y la inflamación, mejorar el sueño, reducir los temblores y convulsiones, y mucho más. Es importante señalar que las investigaciones en este ámbito todavía están en marcha y desconocemos muchas cosas sobre los cannabinoides y su funcionamiento. El CBD actúa sobre el sistema de serotonina del cuerpo, que controla los estados de ánimo. También influye en otras vías de señalización, pero todavía no entendemos los mecanismos de acción”, añade Inmaculada Canterla, Directora de Cosmeceutical Center (www.cosmeceuticalcenter.com)
Licenciada en Farmacia, especialista en Dermocosmética, Nutrición y Dietética, y Medicina Antiaging.

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¿Por qué cada vez están más de tendencia los productos cosméticos elaborados a base de CBD?

Lo que es un hecho es que estamos ante un producto que está de actualidad. “Quizás porque hace poco tiempo ha sido cuando se ha comenzado a analizar con más detalle sus propiedades, diferencias entre cáñamo/CBD/THC y sus diferentes efectos y a entender sus aplicaciones tanto para la salud como para la belleza y a mejorar su absorción por la piel. Y también porque cada vez hay más evidencias de que los beneficios asociados al cannabidiol (efecto antiinflamatorio, calmante, eficaz frente al dolor o antipsicótico, entre otros)”, cuenta Inmaculada Canterla. “Anteriormente su uso era principalmente terapéutico y no tanto estético. Pero se han descubierto sus beneficios también en la piel desde un punto de vista dermatológico. Aunque el cannabidiol se absorbe por la piel, hay que saber que no llega a nuestra sangre (igual que la mayoría de activos por vía tópica) y, por tanto, tampoco alcanza al sistema nervioso central. Además de que el CBD no tiene un efecto psicotrópico ni psicoactivo (a diferencia del THC, otro de los compuestos más importantes del cannabis)”, nos detalla.

 ¿Cuáles son sus propiedades desde el punto de vista cosmético?

Inmaculada Canterla cuenta que, en el uso tópico, el aceite de CBD por ejemplo sobre la psoriasis disminuye el picor que provoca, y además reduce el nivel de inflamación.

Sus beneficios vía tópica los podemos resumir en:

1. Antioxidante. El cannabidiol activa los receptores de nuestro sistema endocannabinoide lo que previene el daño oxidativo celular.

2. Hidratante. El aceite de cannabidiol tiene 14 veces más ácidos grasos, como el Omega-3, que el aceite de coco o el de oliva, por lo que es altamente nutritivo para la dermis.

3. Relajante.

Y es optimista con respecto a su futuro en cosmética: “Creo que es un principio activo que ha llegado al mundo de la cosmética para quedarse por sus grandes beneficios para el organismo y la piel, tanto en su uso tópico como de suplementación”.

Mientras, Mar Sieira puntualiza sobre su uso cosmético (vía tópica exclusivamente) que, en su opinión, “la evidencia clínica aún no acompaña de manera contundente su uso. Las principales investigaciones apuntan a efectos potenciales antiinflamatorios (se desarrollan cremas para uso en deportistas y con este fin), antioxidantes, en cremas, aceites o serums antiedad, efecto seborregulador y, por tanto, potencialmente para el tratamiento del acné, e hidratante, por su contenido en Omegas 3 y 6. Frente a una posible aparición de alergia o interacción con otros medicamentos, siempre será imprescindible que consultes con tu médico o farmacéutico antes de incorporar estos activos a tu rutina”, puntualiza por su parte Mar Sieira.