Qué necesidades tienen los niños de padres separados

El doctor Eduardo Junco nos cuenta qué problemas pueden aparecer en estos chavales y qué podemos hacer para que su bienestar no se resienta

Dr. Eduardo Junco


Colabora desde hace más de 20 años en la revista ¡HOLA! con artículos de divulgación y actualidad​ médica. ​En esta pequeña sección encontrarás información sobre todos los temas que afectan a nuestra salud y bienestar diarios​. Y todo ello contado con un estilo ameno, didáctico y profesional.​

La condición de hijos de padres separados es cada día más frecuente en nuestro entorno. El número de separaciones y de divorcios en nuestro país ha aumentado de tal forma que en la actualidad se producen, en la misma proporción, las nuevas separaciones y los nuevos matrimonios. Esta situación debe ser conocida por el médico de familia o el pediatra para poder valorar con suficiente criterio las alteraciones en el psiquismo, la conducta y el comportamiento que estos niños de padres separados puedan presentar.

El aumento en el número de divorcios está modificando el concepto de familia y la dejación de las obligaciones matrimoniales está siendo sustituida por el compromiso de las responsabilidades para con los hijos, como padres. Esta actitud y esta forma de comportarse, conocida como “custodia compartida” atenúa de forma notable el trauma ocasionado en los hijos por la separación de los padres.

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Signos y síntomas de problemas en los hijos de padres separados

Las consecuencias que provoca la separación de los padres en los hijos estarán condicionadas por diversos factores previos a la situación. El ambiente familiar y la relación de los padres antes de la separación, el nivel cultural e intelectual de los padres, su situación económica, sus relaciones previas con los hijos y, sobre todo, la edad, el carácter y la personalidad de los hijos.

Diremos también que el divorcio o la separación de la pareja es una de las experiencias más traumáticas que se pueden vivir en una familia, tanto en los padres como, todavía con más intensidad, en los hijos. Cuanto menor es el niño tendrá más dificultades para entender lo que está pasando y reaccionará de formas previsibles a su educación previa, su personalidad y su carácter.

  • Los niños más pequeños, al no saber gestionar su ansiedad, somatizan los síntomas. Lloran a menudo, se quejan de dolor abdominal, vomitan o dicen tener cefaleas.
  • El miedo y la inseguridad suele ser un síntoma dominante que puede dar lugar a crisis de ansiedad y/o angustia.
  • A veces se sienten culpables de lo sucedido. Aparecen tendencias depresivas, repercusiones en el rendimiento escolar y actitudes y actos regresivos.
  • Insisten siempre que pueden jugar a favor en la reconciliación de los padres y utilizan tretas y argucias para conseguirlo.
  • Muchos de ellos comienzan a presentar trastornos de la alimentación y del sueño.

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Cómo deberían actuar los padres

Sabemos que cada separación es un mundo diferente y que generalizar en estos aspectos tiene muchos riesgos, pues insistimos, no hay dos divorcios iguales. Las recomendaciones en la forma de afrontar esta situación estresante para los padres y para los hijos son diferentes. Sin embargo, para un buen fin y pensando siempre en el bienestar y el futuro de sus hijos, los padres deberían tener en cuenta:

  • Hablarles siempre con sinceridad, decirles siempre la verdad.
  • Hacerles ver que la decisión de separarse es de ambos y que se fundamenta en que es lo mejor para todos.
  • Que, aunque ya no vivan juntos, ambos estarán pendientes y dispuestos a atenderles, ayudarles y seguirles queriendo.
  • No ser sobreprotectores, ni tener sentimientos de culpabilidad. Seguir actuando con la misma solicitud y el mismo cariño que antes de la separación.
  • No utilizar a los hijos uno contra otro. Los problemas económicos y las nuevas relaciones de cada uno no deben interferir ni deben ser utilizadas involucrando a los hijos.
  • No es nada conveniente culpabilizarse mutuamente, en presencia de los hijos.
  • Explicarles que la situación es definitiva, que ya no hay vuelta atrás. Que ellos no tienen ninguna culpa.
  • Facilitar la relación de los niños con el otro, y hablar y decidir con él, todo lo referente a salud, educación, costumbres y actividades de sus hijos.
  • Respetar los sentimientos de los niños y permitirles que sigan queriendo y admirando “al otro”. No hablarles mal, ni criticarle.

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Beneficios de la custodia compartida

Sin duda, ayudará a toda los miembros: 

  • Reparto equitativo de las responsabilidades.
  • Contacto continuo y periódico del hijo con ambos.
  • Favorece la coeducación y la influencia sobre los niños, de ambos progenitores.
  • Percepción positiva de los niños y mejor aceptación de la situación.
  • Relación mantenida de los padres, pese a la separación, con disminución de los enfrentamientos post separación.
  • Los niños se sienten queridos por ambos y por tanto mejoran su seguridad y su autoestima.

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