Psicología

Síndrome de déficit de naturaleza: ¿Qué es y cómo nos afecta?

La falta de contacto con el entorno rural puede acarrear importantes consecuencias físicas y emocionales a nuestra salud, desde depresiones hasta problemas cardiovasculares y respiratorios

Por Gtresonline

En plena era tecnológica, cada vez es menos frecuente realizar una escapada al campo o a la montaña. Vivimos rodeados de asfalto, de coches, edificios y contaminación. Un problema que no solo nos afecta en el plano de la salud puramente física, donde las alergias o enfermedades respiratorias son las más frecuentes, también en el plano mental. Desconectar de los teléfonos móviles, de los ordenadores, televisiones y resto de dispositivos es fundamental para conectar con uno mismo y con el mundo. Cada vez nos encerramos más en nosotros mismos y nos aislamos del exterior y de todo lo que nos rodea. Crisis de ansiedad, depresión y otros problemas que nos afectan y responden a un trastorno diagnosticado que surgió a raíz del libro El último niño en los bosques, del periodista estadounidense Richard Louv: El Síndrome de déficit de la naturaleza.

¿En qué consiste?

En esta obra, el autor documenta la disminución de la exposición de los niños a la naturaleza y cómo este trastorno por déficit de la naturaleza acaba repercutiendo en el desarrollo, así como en el posterior comportamiento de las personas a la hora de vivir en sociedad. En pleno siglo XXI los niños crecen desconectados del mundo natural. Desde hace décadas, los niños crecen y se desarrollan plenamente en las ciudades y en el mundo virtual. Cada vez salen menos al parque y su principal entretenimiento se encuentra en el mundo 2.0.

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Los adultos tampoco se libran de este 'síndrome', y son en gran medida responsables de esta falta de contacto de los más pequeños con la naturaleza, perdiéndose y haciendo que las futuras generaciones se pierdan y no puedan disfrutar de los enormes beneficios que puede aportar la naturaleza para su salud y bienestar emocional. Disminución del uso de los sentidos, problemas de atención y altos porcentajes de enfermedades de origen cardiovascular u otra índole, como la obesidad, son solo algunas de las consecuencias de este Síndrome introducido por Louv por primera vez en el año 2005 y tras el que psicólogos y especialistas de la salud han ahondado desde entonces a través de múltiples estudios.

Esta falta de aire limpio y de contacto con el mundo rural es una de las grandes preocupaciones de los psicólogos, que recomiendan las salidas y escapadas a la naturaleza para equilibrar los niveles de serotonina en el cerebro y reducir el número de personas diagnosticadas con depresión, cifra que aumenta cada año y en la que la edad de los pacientes es cada vez menor.

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Generación 'de interiores'

Pero, además, según la Organización Mundial de la Salud, pasamos el 90 por ciento de nuestro tiempo en interiores. Algo que ha llevado a popularizar el término Indoor Generation, (Generación de interiores), en referencia al gran número de horas que pasamos en espacios cerrados. Una cifra alarmante que corroboran desde YouGov, una firma internacional de investigación de mercados y análisis de datos basada en Internet, en donde han llevado a cabo un estudio en el que, además, explican la disociación que existe entre el tiempo que creemos que pasamos en interiores y el que realmente estamos. En el caso de los españoles, la percepción de todos los encuestados fue que el 91% cree que pasa menos de 21 horas en espacios cerrados cada día. Sin embargo, la cifra real es que pasamos el 90% de nuestro tiempo en el interior (más de 21 horas).

Además, mientras el mundo se conciencia sobre el impacto negativo en la salud de la polución que se da en grandes ciudades y se lucha para recuperar el hábito de salir a 'empaparnos de naturaleza' y evitar así las nefastas consecuencias que puede producir el Síndrome del déficit de naturaleza, el 77% de la población desconoce que el aire interior puede estar hasta cinco veces más contaminado que el aire exterior, siendo normalmente las habitaciones de los niños las estancias más contaminadas de la casa.