La distribución de este piso reformado se sale de la norma, ¡y esa es su seña de identidad!

170 metros cuadrados de un piso ubicado en el céntrico barrio de Salamanca en Madrid (España) que se transforma de la mano de Paula Rosales, al frente del estudio More&Co. Aquí vive un empresario extranjero, exigente y cosmopolita que se puso en sus manos para que este piso reflejara su personalidad, necesidad y gustos.

La base del proyecto

"El piso tenía mucho potencial, techos altos, buena orientación y algunos elementos arquitectónicos originales y diferenciadores como las molduras del salón, la tarima de pino melis, algunos suelos de baldosa hidráulica y las ventanas de madera", comienza explicando Paula Rosales, del estudio de arquitectura y diseño More&Co (www.more-co.com). Así que el trabajo consistía en conservar esos elementos especiales de un piso antiguo, pero ganando amplitud. Después de la intervención, el salón y el comedor quedan comunicados, cada uno en su espacio, pero integrados a través de un vano sin puerta.

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El espacio de comedor tras la reforma, conectado con el estudio

La reforma se orientó no solo a comunicar los ambientes sino a aprovechar la luz natural de la vivienda, procedente de las cuatro orientaciones. Así es cómo quedó tras la intervención del estudio la zona de comedor, que se ubica entre el salón y otro espacio (se ve al fondo en esta imagen) usado como espacio de lectura y relax. Una escultural lámpara colgante pende del centro de la estancia sobre la mesa de comedor redonda, aprovechando su diseño en cascada gracias a la altura excepcional del techo.

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La biblioteca

Este espacio es el que se dejaba ver en la imagen anterior al fondo del comedor: una biblioteca que luce suelo de baldosa hidráulica y que puede cerrarse a través de la puerta corredera que la comunica con el comedor. Una segunda puerta batiente conecta con la zona central de cocina y estudio. En la pared, una librería a medida, diseñada de suelo a techo, y una chaise longue.

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El estado del piso antes de la reforma

Así es como se encontraba este céntrico piso ubicado en el barrio de Salamanca, de Madrid, antes de la reforma. Un piso señorial, anticuado, pero con mucho potencial. ¡Solo había que recuperar su esplendor y actualizarlo!

Un pasillo que secuencia los ambientes

"La configuración y secuencia de los espacios responde a un estilo de vida contemporáneo, en el que la cocina está en el corazón de la casa y no “al fondo”, en la zona de servicio", señala Paula Rosales. Esta imagen muestra ese pasillo de sucesión de ambientes, donde unos paneles correderos permiten dividir las estancias. El diseño tiene en cuenta la estética, pero no pierde de vista la funcionalidad, "que se resuelve con la tecnología de la construcción actual: paneles correderos y escamoteables que permiten abrir o cerrar según el momento (y el desorden) lo requiera, almacenaje oculto, iluminación cálida e indirecta, extracción y renovación de aire eficaz…", añade.

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Un espacio de transición

Entre la cocina y el espacio rectangular que ocupan salón y comedor se crea una zona de recibidor con espacio de almacenaje en cajones y repisa de apoyo y un banco. Su original ubicación y distribución responde a esa sucesión de espacios que se da en el punto central de la vivienda y que separa la zona de día de la de noche.

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El pasillo antes de la reforma

Así era el pasillo antes de la intervención del estudio More&Co. A un lado la cristalera que permite la entrada de luz natural y, al otro, un tabique que compartimentaba los ambientes que quedaban al otro lado. Al derribar muro, la luz fluye de un lado a otro. Y a través de los paneles móviles se compone la distribución en función de las necesidades.

Y así queda la zona de paso tras la reforma

Ambientes mucho más abiertos, que no quedan delimitados por tabiques y que se benefician de la distribución de la luz a través de la cristalera, que se ha mantenido. Esta imagen muestra la vista al fondo del comedor, mientras que a la izquierda queda la cocina y una zona contigua de estudio.

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Suelo hidráulico recuperado en la cocina

Desde el estudio encargado de la reforma recuperaron parcialmente algunos de los elementos originales de la vivienda. "También se rehabilitaron o reemplazaron los más dañados, integrándolos en un diseño espacial completamente nuevo. Esto dio pie a dejar la “huella” de una parte de la antigua distribución: por ejemplo, en los suelos hidráulicos que no coinciden exactamente con la nueva tabiquería y parecen alfombras de otra época", invita a analizar Paula Morales. Aquí se ven, en la zona que ahora ocupa la cocina con isla.

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Antes: una cocina anticuada

La cocina antes de la reforma estaba anticuada y desfasada. No tiene nada que ver con el original concepto con el que se diseñó en este proyecto. Su posición central la hace visible, por lo que era necesario que el mobiliario ocultase lo que no debe quedar a la vista.

Una cocina completa y central que organiza la distribución

Con la redistribución del espacio, la cocina queda en una zona central de la vivienda y recibe luz natural por ambas fachadas. "Toda la vivienda se despliega a ambos lados de la cocina central. Hacia el exterior, ambientes de día: hall, aseo “secreto” tras una puerta oculta y salón, comedor, biblioteca, en una secuencia tradicional, con ventanales a la calle", explican los responsables del cambio. Hacia el interior se encuentran los espacios de noche, más privados, aunque no por ello menos luminosos: dormitorio principal con vestidor, baño y terracita acristalada, dormitorio y baño de invitados, y estudio. Este último ambiente se convierte en dormitorio de invitados cuando es necesario al cerrar un gran panel corredero. La cocina en sí cuenta con dos frentes de muebles de suelo a techo y una isla entre ambos, que acoge la zona de cocción. Fregadero y espacio para guardar queda oculto en el mobiliario de la cocina tras puertas escamoteables.

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El aseo de invitados

En los baños -como sucede también en la cocina-, los materiales nobles (mármoles y madera) se combinan con otros más modernos como paneles metalizados, vidrios ahumados o laminados con textiles. La idea, como comenta la responsable del estudio More&Co es "buscar un efecto elegante y algo masculino". Este es el baño de invitados, con mármol en el suelo y zócalo de la pared, un lavabo que se camufla en el mismo material y mucho blanco. Los espejos logran ampliar visualmente el espacio y multiplicar su luminosidad.

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El dormitorio principal antes de la reforma

Un espacio oscuro y anodino con paredes pintadas en color azul intenso. Otro ambiente más de la casa, toda ella reformada por completo, puesto que era necesario actualizarla y dotarla de personalidad.

Dormitorio principal en 'suite' con vestidor

El dormitorio principal es un espacio luminoso con baño integrado. Sus dimensiones permitieron crear una distribución con dos ambientes. Por un lado, la zona de descanso y, por otro, un vestidor creado con un módulo a medida que se convierte en cabecero y que, por la cara contraria, cuenta con almacenaje. Enfrente, un armario de puertas correderas. La terraza galería acristalada es un elemento original que personaliza la estancia.

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El diseño del baño: lavabo frente a la ventana para salvar un pilar inesperado

El baño principal integrado en el dormitorio mantiene la misma estética que el aseo. En este caso, los toques en gris y blanco se complementan con algo de negro en la bañera exenta y en la lámpara colgante que pende sobre ella. Como anécdota relacionada con esta reforma antes y después, en plena demolición, un pilar inesperado obligó a Paula Rosales y a su equipo a redistribuir el baño principal, dejando el lavabo delante de la ventana. La solución de los espejos en la ventana, sin quitar la luz natural, fue un quebradero de cabeza, hasta que Rosales dio con espejos de Cielo en un showroom durante la feria de Milán.

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El dormitorio de invitados

Con una estética que se aleja de la imperante en el resto de espacios que hemos visto, el dormitorio de invitados tiene cierta inspiración étnica o exótica a través de un mueble especial que actúa como cómoda. Textiles en terciopelo sobre ropa de cama natural, arte en las paredes y una lámpara de araña completan una decoración sencilla. En este proyecto han colaborado la arquitecta Cristina Felipe, la constructora Cosmadeco; Rawlighting en el proyecto de iluminación, y Javier Álvarez Burgués en los trabajos de tapicería. También Naharro está presente en el mobiliario.

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