El mascarpone es un queso fresco de textura cremosa y sabor suave y ligeramente dulce. De ahí que sea muy utilizado para elaborar todo tipo de postres. Más allá del famoso tiramisú, que nos encanta, con él se hacen tartas, pasteles, 'muffins' y un largo etcétera de preparaciones golosas. Lo vamos a convertir en una crema para incorporarla a un bizcocho de café formando capas.
Para el bizcocho
- 200 g de Harina
- 50 g de Cacao en polvo
- 150 g de Azúcar blanca
- 200 ml de Leche
- 100 ml de Aceite de girasol
- 10 g de Levadura en polvo
- 4 ud de Huevo
- 1 pizca de Sal
Para la crema de mascarpone
- 300 g de Queso mascarpone
- 50 g de Azúcar glas
- 100 ml de Leche
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1.
Bate el queso mascarpone con la leche y el azúcar glas. Reserva en la nevera.
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2.
Precalienta el horno a 180ºC.
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3.
Pasa por un tamiz la harina, el cacao en polvo, la levadura y la sal y échalos en un cuenco.
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4.
Monta los huevos con el azúcar hasta que aumenten de volumen y blanqueen.
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5.
Incorpora la leche y el aceite de girasol e integra bien con una varilla.
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6.
Agrega la mezcla de ingredientes secos con movimientos suaves y envolventes.
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7.
Engrasa y enharina un molde rectangular y vuelca la masa rebañando bien con una lengua.
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8.
Hornea durante unos 45 minutos a 180ºC vigilando que no se queme.
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9.
Saca el bizcocho con cuidado y cuando se haya enfriado, desmolda y corta en 3 a lo largo con mucho cuidado para que no se desmorone.
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10.
Aprovecha el mismo molde y coloca dentro una capa de bizcocho, encima una capa de la crema de mascarpome, cubre con otra capa de bizcocho, más crema y termina con la última capa de bizcocho
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11.
Desmolda con cuidado y ya tienes tu bizcocho listo para disfrutarlo.
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