El método más tradicional para asarlas es al fuego, en una hoguera y al exterior, para conseguir ese toque ahumado que tienen. Pero si no tienes un jardín en el que poder hacerlo, dentro de casa también es posible. Nosotros te invitamos a que lo hagas con tu propio horno.
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1.
Precalentamos el horno a 200 ºC, al menos, diez minutos antes de meter las castañas.
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2.
Lavamos y secamos con un trapo muy bien las castañas, para que no nos queden con humedad. Si lo hacemos con tiempo, mucho mejor.
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3.
Hacemos, en cada una de las castañas, un corte profundo que corte las dos pieles de la castaña -tanto la interior como la exterior-. Tenemos que hacerlo por la base y llegando a ver siempre la parte blanca del interior, comprobando que no hay bicho y permitiendo que, al ser asada, la castaña 'respire'.
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4.
Introducimos las castañas en una bandeja de horno, con calor arriba, calor abajo y ventilador. La bandeja la ponemos en la parte más baja, dejando que se hagan durante 10 minutos. Transcurrido este tiempo, le damos una vuelta y las dejamos otros 10 minutos.
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5.
Las sacamos, dejamos que apenas se enfríen unos minutos -los necesarios para poder tocarlas- y les damos un último toque en la sartén para que se queme un poco la piel. Si quieres, puedes echarle también una pizca de sal.
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