Carmen Lomana nos revela su faceta más desconocida: ‘Dj’

Siempre sorprendente, la ‘socialité’ nos habla también de su propia experiencia con la gestación subrogada

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“La vida son etapas y yo estoy viviendo ahora una fantástica”, nos confiesa Carmen Lomana, que nunca deja de sorprendernos. La socialité, experta en moda y lifstyle, polifacética donde las haya, ha tocado muchos y diferentes palos desde que hace unos años saltó a la fama. De directora de una escuela de buenas maneras en un reality show a concursante en programas tan dispares como Mira quién baila, Supervivientes o MasterChef Celebrity; de diseñadora de joyas a tertuliana en diferentes espacios y cadenas de televisión. Columnista de periódicos, comentarista de radio... no hay nada que frene a Carmen en su inquietud por vivir nuevas experiencias. Por vivir, en definitiva.

Carmen Lomana©GettyImages
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Anfitriona perfecta, al decir de sus múltiples amigos, puede presumir de haber convertido el hecho de recibir en su casa en un arte. Sus looks nunca dejan a nadie indiferente, ya sea con sus complementos de lujo y vestidos de alta costura o con prendas asequibles, al alcance de todos los bolsillos. Consultora en cuestiones de protocolo, de moda, es considerada asimismo una influencer, como prescriptora de tendencias, de estilo y de belleza. Hoy está en el palacio de Versalles por el lanzamiento de una nueva línea de cosmética de alta gama y mañana en Valencia, pinchando...

Sí, porque de un tiempo a esta parte, Carmen ha descubierto otra faceta que le apasiona: la de Dj. Por impactante que parezca, con su aura impecable y sin despeinarse, la leonesa disfruta muchísimo de este pasatiempo, como nos revela ella misma. “A ver, yo no soy David Ghetta ni ninguno de estos”, dice, muerta de la risa, a modo de advertencia. “Lo de Dj es un divertimento. No sabes cómo lo pasamos. Me llaman de todas partes para que haga bolos como Dj, pero no puedo dedicarme todos los fines a pinchar, no me da la vida”, asegura.

Carmen Lomana©@carmen_lomana
Carmen Lomana, durante una sesión en Valencia

“El mes que viene ya tengo dos citas, en Galicia y en Barcelona. He pinchado varias veces en Valencia y la última vez fue en los carnavales, en el Puerto de la Cruz”, relata antes de admitir que no la veremos al frente de los platos de un club por la noche: “Después del confinamiento, a mí lo que me gusta es pinchar en el tardeo. Es muy divertido, con gente muy joven, muy buen ambiente... La energía que te da es impresionante”, comenta.

Todo empezó en Marbella, donde Lomana tiene una casa y numerosos amigos. “Estábamos en una fiesta en el Marbella Club, y de repente -recuerda-, me puse con el Dj a pinchar. Me hicieron unas fotos, se publicaron y nunca pensé que iba a tener tanta repercusión”. Aquello fue el verano de 2016 y, desde entonces, Carmen ha puesto música en diferentes locales, a veces junto a destacadas figuras del mundo Dj, como Crawford von Ornstein, que durante años formó pareja artística con el también Dj y fotógrafo Pablo Pepino en las fiestas más top de Madrid.

Carmen Lomana©@jean_syler
La ‘socialité’ pinchando junto al Dj Crawford

Muy bailona y con un amplísimo gusto musical, Carmen se pone los cascos y deleita a su audiencia con una selección de temas, que elige en función de “la gente que esté en el local”. “Dependiendo de eso —añade— pongo un tipo de música u otro. Si son jóvenes, me gusta pinchar reguetón, temas de Bad Bunny, de Omar Montes... A veces empiezo con Gloria —la canción de Umberto Tozzi que a principios de los 80 se convirtió en un éxito internacional gracias a la versión en inglés de Laura Branigan— otras con Raphael, por ejemplo, con su tema Escándalo, que me divierte muchísimo. Voy cambiando según veo cómo reacciona la gente”, afirma.

Carmen Lomana©@carmen_lomana
“Me gusta pinchar reguetón, temas de Bad Bunny, de Omar Montes“, admite Carmen, a la que vemos en la imagen con el cantante de Pan Bendito, del que es muy amiga

Por supuesto, cuando tiene sesión de tardeo elige sus outfits con el mismo esmero y atención que cuando asiste al Teatro Real. “Claro que escojo un atuendo especial. Tengo ropa para pinchar, son cosas muy cool. Me gusta llevar trajes de paillettes, un poco cortos. La primera vez que empecé de nuevo, después del confinamiento, fue en Valencia y me puse un vestido de Yves Saint-Laurent, muy bonito, con unas botas altas de ante”.

Dolor y gloria

Carmen sostiene que está viviendo una etapa nueva, otra más que anotar en su larga hoja de ruta. Porque, como dice, “he sido capaz de reinventarme muchas veces, de tirar para adelante. El titular de mi vida es Dolor y gloria, como la película de Almodóvar; de hecho, quiero escribir mis memorias, pero quiero que sea algo bonito, como una novela, porque yo siempre he sido muy positiva”, declara. “La gente que me sigue y me conoce es muy cariñosa conmigo y muchas mujeres me dicen que les sirvo de ejemplo y de inspiración”, agrega.

En la trayectoria vital de Carmen Lomana hay un antes y un después, que está marcado por el fatal accidente de tráfico en el que su marido, el diseñador industrial chileno Guillermo Capdevila, perdió la vida en 1999. Ella siempre lo tiene presente y reconoce que en los años posteriores, le costó mucho sobreponerse. “Yo llegué a pensar que la vida no tenía sentido y no es así, la vida siempre tiene sentido, pero tienes que poner de tu parte”, subraya, lo que le da pie a hablar sobre la polémica del momento, la recién estrenada maternidad de Ana Obregón, a los 68 años, gracias a la gestación subrogada.

“He tenido que hablar de esto en televisión y para mí ha sido super difícil, porque yo a Ana la quiero mucho. Creo que Ana lo va a gestionar muy bien, aunque va a estar agotada, pero con esta cuestión se plantean tantos problemas éticos y emocionales... Me parece un acto egoísta por su parte. Yo he pasado por esto, porque sufrir hemos sufrido muchas personas. Hay muchas madres que han perdido hijos, yo perdí a mi marido, que era todo para mí, mi mundo... aunque no estoy totalmente en contra”, manifiesta, antes de continuar relatando su propia experiencia con esta opción para ser madre.

“Es un tema que me toca muy de cerca. Yo perdí la posibilidad de ser madre por un médico que me cortó las trompas cuando me operó de urgencia por un embarazo extrauterino. Después de aquello, probamos la fecundación in vitro, me hice unos cinco tratamientos. Lo pasé fatal, sufrí muchísimo, además de por las hormonas porque me sentía muy estresada”, recuerda. Junto a su marido, decidieron abandonar esta vía y contemplaron la posibilidad de la gestación subrogada. Una vez que habían iniciado los trámites, se produjo el accidente de coche de su marido y, aunque la clínica en la que estaban llevando a cabo el procedimiento le propuso a Carmen seguir adelante, ella no quiso continuar.

“Yo tenía el esperma congelado de mi marido, pero no quise, no me sentía con fuerzas de ponerme a críar a un hijo. Quería tenerlo con él, en un momento de alegría, y estaba hecha polvo. Después, me llamaron de la Diputación de Guipúzcoa, porque podían ayudarme con el proceso de adopción de una niña china, pero también me negué, no quería llenar los huecos, las carencias que yo tenía en ese momento con un niño”, nos cuenta.