Mujer triste tapándose la cara©AdobeStock

Fertilidad

¿Es posible aceptar que no se puede ser madre?

Aceptar la infertilidad es un golpe muy duro para aquellas mujeres que desean la maternidad. Tratar de gestionar esta noticia y contar con las herramientas y ayudas necesarias es fundamental para afrontar la vida de nuevo con positivismo e ilusión.

Recibir la noticia de que no es posible ser madre es un duro golpe para cualquier mujer que desee la maternidad. Encajarlo no es nada fácil porque conlleva la pérdida de la fertilidad, algo que las mujeres difícilmente pueden plantearse a priori ya que se trata de algo natural e inherente a la vida. La imposibilidad de ser mamá puede darse, pero hoy en día, las técnicas de reproducción asistida son tan avanzadas que nos pueden servir de apoyo y suponer un rayo de esperanza en el camino a la maternidad. ¿Qué ocurre cuando se recibe una noticia de este calibre?

“Cuando una mujer se enfrenta a un diagnóstico de infertilidad, se abre ante ella un camino desconocido, que inicia, en muchas ocasiones, en estado de shock por el impacto de la noticia. En este momento comienza un duelo producido por la pérdida de algo que dábamos por hecho que iba a ocurrir de una determinada manera (embarazo por medios naturales) y, sin embargo, no va a poder ser así”, explica David González Gerpe, psicólogo de Ginemed Madrid, Bilbao y Valencia.

Para poder seguir adelante con este dolor vital será necesario un proceso de asimilación y aceptación, que, según los expertos, se vive de forma similar a una pérdida. “Como en todo duelo, las pacientes pasarán por distintas fases (shock ante la noticia, negación, rabia-ira, negociación y aceptación). Será necesario aceptar la nueva realidad y validar los sentimientos de rabia, ira y frustración que esta produce. Tendrá que surgir una nueva manera de entender la infertilidad, viendo esta como una dificultad y no como una incapacidad para llevar a cabo un proyecto de familia. Hoy en día gracias a los avances de la medicina reproductiva muchas mujeres con problemas de infertilidad pueden ser madres”, asegura el psicólogo.


¿Cómo recuperarse de una noticia así?

La importancia de cerrar el proceso de duelo es fundamental para no caer en problemas de salud más graves como una depresión. La sensación de fracaso, de inutilidad como mujer o una baja autoestima son los desencadenantes más frecuentes que debemos evitar y para ello, “es necesario ayudar a las pacientes a fomentar emociones positivas como la ilusión y la esperanza, acompañándolas para encontrar el ánimo necesario para seguir adelante”, nos explica el experto.

El apoyo psicológico siempre es la mejor opción porque de esta forma los profesionales podrán ayudar a la mujer a “identificar los pensamientos negativos que producen malestar, así como las emociones que estos desencadenan y mirar hacia el futuro con optimismo e ilusión”, asegura. Para conseguir el objetivo de reconducir la vida de estas mujeres es imprescindible “acompañar y ayudar a las pacientes en el proceso de toma de decisiones y de evaluación de las alternativas que puedan existir ante la nueva situación, buscando aquellas que mejor encajen con la visión del mundo, de la vida y de la familia que las pacientes tienen”.

Pareja triste©AdobeStock


Consejos para superar la infertilidad

Aunque física y mentalmente el dolor de no poder ser madre es distinto al de los hombres, este problema normalmente es cosa de dos (salvo en casos de desear ser madres solteras por elección). La infertilidad masculina también puede suponer un duro golpe para el hombre y, por ello, el proceso de duelo será similar. ¿Qué consejos pueden servir de ayuda a las personas que tienen que pasar por esto independientemente del sexo?

“En líneas generales, podemos dar una serie de recomendaciones que pueden ayudar a las personas que están viviendo el duelo por no ser madres (o padres) de manera natural. Aunque, en cualquier caso, cada persona necesitará un enfoque personalizado si necesitara de tratamiento psicológico”, nos dice el experto, y enumera los siguientes consejos:

  • Fomentar la ilusión y el optimismo.
  • Focalizar la atención en el día a día.
  • Dejarse asesorar y guiar por los profesionales médicos y psicológicos.
  • Trabajar los miedos y preocupaciones que puedan surgir, intentando no anticipar en la imaginación situaciones negativas que no sabemos si finalmente se van a terminar produciendo.
  • Controlar la ansiedad y el estrés con ayuda de apoyo psicológico, mindfulness, yoga, acupuntura, etc.
  • Comunicarse y compartir los sentimientos con la pareja (si la hay) o con familiares y amigos.
  • Descansar bien, hacer ejercicio y llevar una alimentación y estilo de vida saludable.
  • Realizar actividades de ocio y placenteras con las que sienta que su vida continúa con normalidad.

La familia y amigos, pilares fundamentales

Es importante que las personas que estén pasando por algo así en su vida tengan a familiares y amigos cerca que puedan escucharlas y comprenderlas. ¡Eso sí!, el experto señala que es importante que sea “sin juzgar ni cuestionar los sentimientos de las pacientes. Para ello, habrá que tener en cuenta que hay que respetarlas, no forzando los encuentros ni sus tiempos, siendo conscientes de que cada persona tiene unas necesidades. Hay que esperar a que se sientan preparadas para hablar y compartir su dolor”.

Sentirse arropada, comprendida, saber empatizar con ella… son características muy importantes que debemos intentar ofrecerles para ayudar a superar tal situación, o al menos, mejorarla. Y es que, la naturaleza, en ocasiones, es caprichosa y se lo pone muy difícil a muchas personas (más de las que creemos) en el camino para lograr la maternidad. “A veces, las mujeres que deciden iniciar un proceso de reproducción asistida pueden sentir soledad, vergüenza y culpa. La escucha activa, la empatía, el acompañamiento a las visitas médicas, el apoyo emocional (tanto de familiares como de amigos) y el apoyo de la pareja ayudan a eliminar esos sentimientos. Es un camino al que no tienen por qué enfrentarse en soledad y por el que transitan muchas otras familias”, asegura el psicólogo para concluir.

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