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Rosalía ha puesto el broche final a su gira Mal Querer Tour en un año que ella misma ha definido como el mejor de su vida. Sus últimas paradas en París, Londres, Barcelona y, por último, Madrid, han convetido sus espectáculos en historia de la música actual en general y de nuestro país en particular. Miles de seguidores llenaron el Palau Sant Jordi durante dos días consecutivos y otros inundaron el madrileño WiZink Center, con nada más y nada menos que 15.000 personas cantando al unísono sus temas. Con una puesta en escena llena de calidad y un chorro de voz capaz de inundar ambos estadios, Rosalía se ha consagrado como la reina de la música nacional, con un estilo propio con el que se ha creado a sí misma.
"Quiero deciros que esto es lo más emocionante que me ha pasado en la vida. Y no sé si alguna vez podré volver a cantar en un sitio así ante tanta gente", decía Rosalía antes de cerrar la gira de El Mal Querer, el segundo álbum de su carrera y que ha cambiado el rumbo de su vida para siempre. Después de muchas vueltas alrededor de todo el mundo, en los escenarios más prestigiosos, incluyendo festivales de los que marcan la carrera de un artista como Lollapalooza o Coachella, la cantante volvía a nuestro país para quedarse con buen sabor de boca. Los conciertos del pasado puente de diciembre en Barcelona fueron de lo más emocionantes para todos sus espectadores, pero también para la creadora de Malamente, que apenas puedo contener las lágrimas ante la aventura de tocar en casa. Todo ello con una declaración de intenciones desde antes de su propio show, de la mano del bailaor Polito, encargado de inundar de flamenco el calentamiento del espectáculo.
Tras 40 conciertos de la gira, el WiZink Center se convertía en su escenario por primera vez la noche del 10 de diciembre, donde arrancaba al ritmo de Pienso en tu mirá para dar paso a un repertorio de éxitos sin tregua entre los que se encontraban Que no salga la luna o Catalina, la cual cantó a capella y que dedicó especialmente a El Guincho, su amigo y productor a quien atribuye gran parte del mérito de su disco más internacional. Un cambio de un género a otro en cada una de sus canciones y entremezclando numerosos ritmos, que hacen de este directo un espectáculo imposible de encasillar. Rosalía fue capaz de silenciar un recinto de estas dimensiones con los primeros acordes de Aunque es de noche, logrando que todos los asistentes a su concierto se concentrarán en una única cosa: su voz.
La gran sorpresa de la noche vino de la mano del puertorriqueño Ozuna que, aprovechando su paso por España, compartió escena con la catalana para entonar su hit Yo x ti, Tú x mí ante los aplausos y coros de miles de fans. Conciertos en los que no han faltado sus más recientes singles como A Palé o los que más furor causan en todos los países, como Con Altura. Sin olvidar Aute Cuture, Millionaria, Bagdad, para terminar con su ya clásico Malamente, considerada por sus seguidores la mejor canción de Rosalía.
La de Madrid fue una cita en la que se dejaron ver rostros tan reconocidos como el de Pedro Almodóvar con quien trabajó en Dolor y Gloria, Rossy de Palma, Hiba Abouk, Belén Esteban, Mario Casas o el diseñador Palomo Spain. Nadie quería perderse la cita musical de la temporada, en Madrid o en la Ciudad Condal, donde algunas personalidades como Laura Escanes tampoco se ausentaron. ¡No es para menos! Entre sus seguidoras abiertamente declaradas se encuentran divas de la talla de Naomi Campbell o las mismísimas Kardashian.
Rosalía se ha consagrado en su país como la artista que reconoce todo el mundo, literalmente. Un cierre de El Mal Querer Tour que ha justificado de sobra sus recientes gramófonos en los Grammy Latinos, su nominación a los próximos Grammy, sus premios MTV, así como los puestos en los rankings o los millones de reproducciones en YouTube, Spotify o cualquier plataforma que se precie. Una artista 'made in Spain' que ha reinado en su propia casa.
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