Guillermo de Inglaterra es '¡el príncipe más guapo del mundo!' para la supermodelo Bar Refaeli tras conocerlo en persona en Israel

El Duque de Cambridge se encuentra de gira oficial por Oriente Medio

Por hola.com

Harry de Inglaterra es guapo, pero Guillermo de Inglaterra es “el príncipe más guapo del mundo”. No les han traicionado los sentimientos a la Duquesa de Cambridge y a la princesa Charlotte, aunque probablemente tampoco vayan a quitarle ni pizca de razón a la supermodelo Bar Refaeli, la responsable de estas declaraciones. La top israelí, exnovia del actor Leonardo DiCaprio tras cinco años de relación hasta 2011, cayó rendida a los encantos del Príncipe tras conocerle en persona durante su gira oficial por Oriente Medio, en la fiesta en el jardín que ofreció en la residencia privada del embajador británico David Quarrey en Israel. Bar, casada con el empresario Adi Ezra desde 2015 y madre de dos niñas -Liv (2016) y Elle (2017)-, fue sin lugar a dudas la mujer más bella de la velada con un vestido rojo de Victoria Beckham -etiqueta británica en deferencia al invitado de honor- y la más afortunada del mundo al disfrutar de un distendido encuentro con el Duque en Tel Aviv. A su término, dijo: “Es muy, muy encantador. Creo que tanto él como su hermano son guapos. Pero él es el príncipe más guapo del mundo”.

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La impresión de Bar era la generalizada de toda la jornada: allí donde iba el Duque de Cambridge allí donde hacía amigos. Horas antes el Príncipe se había dado un baño de masas en la playa de Frishman en Tel Aviv, donde fue recibido por entusiastas jóvenes en biquini con los móviles en alto y al canto unísono de “¡Willie!, ¡Willlie!”. El príncipe Guillermo, de sport con camisa azul, gafas de sol y zapatillas de deporte, se mostró tan guapo y participativo como acostumbra su hermano en sus viajes oficiales, si bien echó en falta “unos pantalones cortos” para jugar como se merece al deporte local futvóley, una versión del voleibol con pies en vez del clásico con manos. Le convencieron de que chutara la pelota una sola vez y el trallazo pasó la red.

 

“A George le encantaría ver algo como esto”

Aprovechó su visita a la playa para entrar en una colorida caseta de salvavidas, donde mantuvo una conversación privada con los socorristas. Cuando salió a la luz del sol, una ola de aclamaciones le llevó a orillas de sus admiradores que esperaban a verlo detrás de una barrera de protección. Estrechaba la mano, saludaba y sonreía a la gente que le agradecía una y otra vez su visita a Israel. Luego se unió a los surfistas Shachar Aharoni, Omri Hazor y Lee Korzits para tomar un refrigerio de sandía y queso feta, mientras conversaban sobre el surf, el medio ambiente y los plásticos, y los medios de comunicación locales, que transmitían en directo desde la playa, bromearon sobre el tono pálido del Duque en comparación con ellos y le ofrecieron un asiento en la sombra. Antes de irse, posó con los impresionantes jugadores de futvóley a los que confesó no estar para semejantes trotes: “Algunos de vosotros levantáis el pie hasta arriba de la red. Si intentara subir mis piernas tan alto, aterrizaría en mi hombro y me rompería algo. ¡Ya no soy tan joven! ¡Me estoy haciendo mayor!”.

El fútbol, que en tiempos de mundiales es más que nunca el deporte rey y durante su visita a Jordania sentó al príncipe Guillermo y al príncipe Hussein ante el televisor del palacio Beit Al Urdun para ver la grabación del partido de Inglaterra, ha tenido también su protagonismo en Israel. El Duque de Cambridge visitó un campo al aire libre en Jaffa donde conoció a jóvenes involucrados en el trabajo de dos organizaciones benéficas enfocadas en la coexistencia de diferentes comunidades religiosas y étnicas a través del fútbol, las conocidas como The Equalizer, que ofrece entrenamiento de fútbol y educación, y Peres Center for Peace, fundada por el expresidente israelí Shimon Peres para promover la paz a través del deporte en Comunidades árabes. El Príncipe pasó un buen rato con los chicos y demostró tener habilidades para ayudar a Inglaterra en los tiros a penaltis en la Copa del Mundo si fuera necesario: anotó dos de tres. “El potencial del deporte para unir a la gente es enorme. Estoy tan contento de ver algo así”, dijo mientras pegaba su puntapié.

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También se mostró muy satisfecho de poder ver otros milagros. El Príncipe, acompañado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su esposa, Sara, conoció en la fiesta del jardín una selección de productos elaborados por grandes compañías tecnológicas, entre ellos un dispositivo acoplado a unas gafas, que tiene un programa de reconocimiento de palabras y objetos para ayudar a ciegos y parcialmente videntes. “¡Guau! Eso es absolutamente increíble”. Y, cuando le enseñaron unos juegos interactivos para niños en forma de bloques de Lego, no pudo más que acordarse de su pequeño: “A George le encantaría algo como esto. Estaría por todas partes”. Aún el programa oficial en Israel le tenía reservado un paseo con la cantante Netta Barzilai, la ganadora de Eurovisión, por Rothschild Boulevard, y después la gira por Oriente Medio seguiría en el Estado de Palestina. Otro lugar donde dejará tan buena impresión.