EN VÍSPERAS DE SU JURA DE BANDERA

Los gestos de camaradería entre la princesa Leonor y sus compañeros durante la ofrenda floral

La heredera al trono ha derrochado sintonía junto a varios cadetes de primer curso de La General

Por Carla Calvo

Ha sido un viernes histórico y muy especial para la princesa Leonor, que ha participado junto al resto de cadetes de primer curso de la Academia General Militar de Zaragoza en la tradicional ofrenda floral y presentación a la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad y de la capital aragonesa. Exultante, visiblemente entusiasmada y muy sonriente; así ha vivido la heredera al trono este gran día, la víspera de su jura de bandera, que tendrá lugar este sábado 7 de octubre y que contará con la presencia de sus padres, los reyes Felipe VI y doña Letizia. Pero, más allá de lo significativo que es este gran paso en la carrera castrense de la protagonista de la jornada, cuya formación en el Ejército de Tierra comenzó el pasado 17 de agosto con su ingreso en el centro, han resultado especialmente llamativos los gestos de camaradería que ha habido entre ella y sus compañeros.

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El emotivo momento en el que la princesa Leonor ha pedido protección a la Virgen del Pilar

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Sintonía, alegría generalizada y gestos cómplices

A juzgar por las encantadoras instantáneas que han sido capturadas durante el acto, que ha arrancado con absoluta puntualidad a las 18:30 horas de este primer viernes de octubre, la princesa Leonor se ha integrado de maravilla durante sus primeras semanas de convivencia en La General, donde comparte camareta con otras damas. Muestra de ello son las muecas y gestos de sintonía que ha compartido con sus compañeros, con quienes ha intercambiado impresiones, carcajadas, miradas cómplices y expresión relajada y distendida. La euforia y la expectación eran los incuestionables denominadores comunes de esta calurosa tarde en la plaza de la Basílica del Pilar, donde los caballeros y damas cadetes han sido recibidos, además de por los medios y el público que aguardaba su llegada, por el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano.

Bajo el sol radiante, con una temperatura que ha rondado los treinta grados y enfundada en el uniforme militar sin chaqueta, la hija de los monarcas se ha dejado ver cercana y risueña, de igual modo que el resto de jóvenes, para quienes es una más del grupo. Tanto es así, que han bromeado haciendo ademanes con las manos, como si estuvieran tomando una fotografía de este instante para enmarcar, lo han pasado en grande, se han colocado las boinas, pues con el movimiento de sus pasos se desajustaban de sus cabezas e incluso una compañera ha ayudado a la princesa de Asturias a acomodársela por detrás. Con esa misma joven la futura reina de España ha hecho una seña que evidencia el fantástico vínculo y la confianza que se profesan, pues, mientras caminaban en dirección a la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar para invocar su protección y realizar la ofrenda floral, ha tocado cariñosamente su brazo para llamar su atención

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Los compañeros de la princesa Leonor en la Academia Militar de Zaragoza: 612 alumnos, de los que 140 son mujeres

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Respeto a sus superiores y cercanía entre compañeros

Antes de acceder al templo, donde todos se han quitado la boina en señal de respeto para intervenir en el momento de mayor recogimiento, también hemos visto a la princesa Leonor haciendo con sumo respeto el saludo militar a un cargo superior sin poder contener el gesto de desbordante felicidad y emotividad de su rostro. En la misma línea que los estudiantes y tras realizar una formación por batallón en la plaza, ha paseado luciendo el mismo traje que todos llevaron en la entrega de sables, compuesto por pantalón verde oscuro, camisa beige y los tradicionales cordones rojos de cadete, además de la distintiva boina grancé

Con todo el perímetro controlado, la llegada de los alumnos antes de esta inolvidable cita que ha acogido el corazón de la ciudad se ha producido en varios autobuses y en coches particulares procedentes de La General, como se conoce la Academia del Ejército, los mismos que más tarde les han recogido. Ahora la cadete Borbón Ortiz se prepara para la jura de bandera, un solemne acto en el que, de igual modo que hizo su orgulloso padre el 11 de octubre de 1985, besará el estandarte nacional y sellará su compromiso con España y su defensa, un trascendental paso que supone su entrada oficial en el Ejército y que se desarrollará siguiendo el protocolo castrense y ante la mirada de los Reyes.

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