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Solo falta una semana para el primer y esperado acontecimiento del año en Dinamarca, el día en el que se celebrarán los actos por la abdicación de Margarita II en favor de su primogénito. Es sin duda un 14 de enero rodeado de gran expectación, jornada histórica donde el príncipe Federico ascenderá al trono del país escandinavo y esto convertirá automáticamente en reina consorte a su esposa Mary.
Los importantes cambios que traerá a la institución la renuncia de Margarita de Dinamarca
En la cuenta atrás para vivir un evento tan emocionante, queremos conocer un poco más a la discreta familia de origen de la mujer que ocupará el rango más alto dentro de la Corona danesa. Nacida un 5 de febrero de 1972 en Hobart, la capital del estado insular de Tasmania en Oceanía, nuestra protagonista creció en un entorno feliz junto a los suyos. Unos seres queridos a los que, además, pudo ver recientemente durante el viaje prenavideño que hizo el pasado diciembre a su tierra natal.
Australiana, plebeya y muy popular: Dinamarca recupera con Mary a su reina consorte
Los padres de la Princesa eran emigrantes escoceses, John Dalgleish Donaldson y Henrietta Clark, quienes se habían casado en Edimburgo en 1963. Sin embargo, en esa misma fecha decidieron mudarse a las antípodas y sería tiempo después, en 1975, cuando obtuvieron la ciudadanía australiana. Mientras él trabajaba como profesor de Matemáticas, ella era asistente del vicerrector de la universidad del lugar donde residían.
Se confirma el título que llevará Mary de Dinamarca tras la llegada al trono de su marido
Después de tener a sus cuatro hijos y formar un núcleo muy unido, el hogar se vio roto de forma trágica e inesperada el 20 de noviembre de 1997 por la muerte de la madre. Tenía 55 años y ocurrió tras las complicaciones surgidas durante una operación de cirugía cardíaca, ya que padecía una enfermedad del corazón de la que se estaba tratando. "Me hubiera encantado haber pasado más tiempo con ella", reconoció la nuera de la reina Margarita en una entrevista de 2014.
El estilo de las reinas de Europa a las que se va a unir Mary de Dinamarca
Mary tenía solo 25 años cuando perdió a su progenitora, quien nunca llegó a conocer a Federico ni el destino de cuento de hadas que iba a correr su hija, que pasaría de ser una abogada y plebeya a pareja del heredero en una de las cortes más antiguas del Viejo Continente. "Mamá me enseñó a ser independiente y a creer en mí misma", añadía la Princesa al recordar el triste y doloroso fallecimiento de Etta, como la llamaban todos cariñosamente.
Así queda la línea de sucesión al trono danés tras la abdicación de la reina Margarita
A partir de ahí, su viudo rehizo su vida tiempo después junto a la escritora británica Susan Elizabeth Horwood, reconocida autora de novelas policíacas y de misterio que escribe bajo el seudónimo Susan Mody, con la que se casaría en 2001. Posteriormente, en enero de 2004, conocíamos que John Donaldson daría clases y conferencias en Copenhague por su prestigio como investigador en su especialidad: el establecimiento de nuevos modelos matemáticos.
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Pero más allá de su reputación a nivel internacional, él era ya por entonces el futuro suegro de Federico de Dinamarca y apenas quedaban unos meses que la gran boda de la realeza nórdica, que tuvo lugar el 14 mayo de ese mismo año. Un enlace celebrado en la Catedral de Copenhague donde las flamantes damas de honor fueron precisamente las dos hermanas mayores de la princesa Mary.
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Ellas son por un lado Jane Alison, nacida en 1965, que tiene tres hijos con su marido Craig Stephens. Y por el otro está Patricia Anne (1968), de gran parecido físico con Mary y que también es madre de tres descendientes, siendo los dos mayores fruto de su primer matrimonio con Ken Woods y el pequeño de su relación con Scott Bailey. A ellos se suma el hermano menor de la futura reina, de nombre John Stuart (1970), a su vez padre de un varón junto a su mujer Leanne.
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Mary de Dinamarca siempre se ha visto muy arropada por su familia a lo largo de las décadas, prueba de ello fue cuando en 2005 su padre se instaló temporalmente en la capital danesa por el nacimiento del príncipe Christian. Durante aquellos meses, se alojaría con su esposa en una casa muy próxima al castillo Amalienborg, residencia de los herederos. Ejerciendo su papel de orgulloso abuelo, no quiso perderse el momento único de la llegada al mundo de su nieto.
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