Los futuros reyes de Dinamarca se casaron en la primavera de 2004 y tienen cuatro hijos

Australiana, plebeya y muy popular: Dinamarca recupera con Mary a su reina consorte

Tras la abdicación de la reina Margarita, su hijo mayor asume la jefatura del Estado y su mujer, que ya era regente, da también un paso al frente

Por Sira Acosta

"El milagro de mi vida". Con estas palabras el que será nuevo rey de Dinamarca Federico X, tras la abdicación de su madre Margarita de forma inesperada el 31 de diciembre durante el tradicional discurso televisado de Fin de Año, describió a Mary Donaldson. Quizá suena cursi, pero lo cierto es que la australiana marcó un antes y un después en una existencia que para el entonces heredero no tenía demasiado sentido. Federico llevaba diez años de relaciones frustradas, ninguna novia suya contaba con la aprobación real, y tampoco era del todo feliz haciendo sacrificios para tener una función que él personalmente no había elegido: ser el primero en la línea sucesoria en una casa reinante. Ese "milagro" llegó por casualidad, el príncipe y la publicista se conocieron en los Juegos Olímpicos que se celebraron en Sídney en el año 2000 y ese primer encuentro ya lo cambió todo. El camino no fue fácil, sobre todo para ella, sin embargo, con Mary a su lado, Federico encontró una felicidad que le permitió asumir de lleno un papel que no se terminaba de creer: el de futuro rey de Dinamarca. Ahora, tras la decisión de la reina Margarita, su hijo mayor asume la jefatura del Estado y el país recupera una figura que no tenía desde el año 1972, el de reina consorte.

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Popular, plebeya y la primera nacida fuera de Europa, así es la que está a punto de convertirse en nueva reina consorte de Dinamarca. Una mujer que vino al mundo en 1972 en la pequeña ciudad de Hobart, capital del remoto estado insular que hay frente a la costa sur de Australia. Es la menor de los cuatro hijos que tuvo el matrimonio formado por un profesor de matemáticas y una secretaria, ambos nacidos en Escocia y que emigraron a Australia tras su boda en los años sesenta. La madre de Mary murió en 1997 y su padre se volvió a casar en el año 2001 con una novelista británica. Mary se licenció en Comercio y Derecho en la Universidad de Tasmania y después estudió Marketing, de hecho, trabajaba como publicista cuando conoció al príncipe heredero el 16 de septiembre del año 2000. Según ella, comenzaron a hablar por casualidad y ya no pararon durante las semanas que el príncipe estuvo en Australia. Ese primer encuentro terminó cuando la abuela de Federico (una especide de musa para él) enfermó. La reina madre Ingrid de Dinamarca, que anteriormente había sido la reina consorte del país, la última que hubo antes que Mary, murió semanas después, es decir, nunca conoció a la que ahora es su sucesora. Fue un golpe duro para el príncipe heredero ya que su abuela materna había cubierto las ausencias de la reina Margarita, que accedió al trono cuando Federico tenía solo cuatro años.

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La relación entre el príncipe y la australiana se mantuvo en la distancia y en el año 2001 la prensa danesa la sacó a la luz tras uno de los viajes que hizo Federico para verla. Entonces decidieron que la relación iba en serio, Mary abandonó su puesto de trabajo -con el tiempo también renunció a su ciudadanía y a su religión- y se trasladó a París, a una hora de vuelo de Copenhague, pero sin la presión mediática de Dinamarca. En la capital francesa Mary trabajó como profesora de inglés en una escuela de negocios, buscaba pasar desapercibida y algunos fines de semana visitaba al príncipe en el Castillo de Amalienborg. Pasaron dos años -en los que la vida de Mary se investigó a fondo, mientras ella se esmeraba en aprender el danés- y en octubre de 2003 el Consejo de Estado y la reina Margarita anunciaron que el príncipe heredero se casaría con ella, para entonces ya se había instalado en Dinamarca y trabajaba para Microsoft Business Solutions como consultora de proyectos para desarrollo comercial, comunicaciones y marketing. La boda llegó en mayo de 2004 en la Catedral de Copenhague. Hay que recordar que ese fue el mes de las dos bodas reales, ya que los reyes don Felipe y doña Letizia se casaron en Madrid días después de haber asistido como invitados al enlace del heredero danés.

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Mary desató una fiebre -el conocido "efecto Diana de Gales"- similar a la que han provocado otras consortes reales, en su caso, el fervor se extendió de Dinamarca a Australia. Las firmas de moda querían vestirla y las organizaciones benéficas que fuera su patrona, sin embargo, a ojos de la Casa Real, es decir, para la reina Margarita, no era la nuera ideal y le costó aceptar su llegada a Palacio. Especialmente llamativa fue la decisión de hacer que Mary firmara nuevas capitulaciones matrimoniales dos años después de su boda y cuando estaba embarazada de su segundo hijo, la que sería la princesa Isabella. Fue una medida insólita a instancias de la reina Margarita con la intención de evitar a las arcas reales un nuevo divorcio millonario, como el que vivió con su otro hijo, el príncipe Joaquín. A la vez esto supuso una ruptura de lo que Federico había firmado con ella en el acuerdo prenupcial, quedando Mary en una situación infinitamente más desfavorable en caso separación.

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Mary firmó y siguió con su vida y con su trabajo, que incluyó formación militar, patrocinios y desarrollar su propia área centrada en los derechos de la mujer, la protección de la naturaleza, la lucha contra el aislamiento social y la promoción de una industria de la moda sostenible. El matrimonio tuvo dos hijos más: los mellizos Vincent y Josephine. Solo el tiempo y la dedicación de Mary como princesa hicieron que cambiara la impresión que la reina Margarita tenía de ella, costó, pero la soberana terminó mostrando en público un orgullo y un cariño por la mujer de su hijo como no había hecho con otros miembros de la familia. La confianza total se completó en el año 2019 con un gesto sin precedentes: la reina Margarita la nombró Rigsforstander, lo que podría traducirse como "regidora del Reino" con el respaldado por el Consejo de Estado. Eso significó que la princesa Mary podía representar y ejercer las funciones institucionales de la Reina como Jefa de Estado, cuando ella estuviera en el extranjero, de vacaciones o de baja por enfermedad. Fue insólito porque nunca nombró regente a su propio marido, el príncipe Henrik, a pesar de sus constantes y públicas reivindicaciones para tener más peso dentro de la institución; hasta el punto de que se entendía que era un papel reservado solo a la Familia Real de nacimiento, es decir, aquellos que estuvieran en la línea directa de sucesión al trono.

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"Soy feliz de que me cautivases y de que los dos nos enamorásemos perdidamente, no con un amor pasajero, sino para toda la vida"

Mary de Dinamarca da entrevistas y habla de su trabajo y de su familia, incluso encaja con naturalidad las preguntas incómodas y tiene respuestas audaces para sacudirse las polémicas que han rodeado a la Familia Real, como la marcha del príncipe Joaquín tras la retirada de los títulos reales a sus hijos. Lo más parecido a un balance de su vida junto a Federico fue lo que contó en el año 2018 durante la gran celebración que se hizo por el 50º cumpleaños de su marido. "Al iniciar nuestro camino juntos, separados al mismo tiempo, hubo multitud de pasos inciertos… Soy feliz de que me cautivases y de que los dos nos enamorásemos perdidamente, no con un amor pasajero, sino para toda la vida. Una vida que, contigo, jamás es aburrida", dijo Mary de Dinamarca ante las máximas autoridades del país y representantes de la realeza. "Es en nuestros momentos familiares cuando me siento más agradecida, más unida, más enamorada… Nos hemos acercado mucho gracias a que nos dejamos espacio el uno al otro. Y tú, en concreto, me has ayudado a encontrar un punto de apoyo y mi camino en un mundo que era tuyo y ahora es nuestro", dijo la entonces princesa haciendo que su marido pasara de la risa al llanto y corriera a besarla hasta en cinco ocasiones.

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En estos años la nueva reina ha demostrado ser una persona perfeccionista, a la que cuesta aceptar halagos y que no se mueve con el impulso de liderar, solo de dar lo mejor de sí misma en cada situación, por pequeña o grande que sea, un lema que ha contado que aprendió de su padre. "Me resulta difícil hablar sobre mí misma como un referente… Si puedo inspirar a otros y si otros ven algo en mí que puede motivarles, entonces e s un gran cumplido", afirmó en una entrevista publicada por la revista ¡HOLA! en el año 2016. Federico y Marydan un paso adelante, un desafío nuevo que en el fondo es el de siempre, ya que llevan décadas "ensayando" para este inevitable momento.

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Los futuros reyes Federico y Mary acompañan a Margarita de Dinamarca en el inicio de sus despedidas oficiales