¿Por qué no llevar a nuestro bebé en la mochila de porteo mirando hacia delante? ¿Por qué no permitir que pueda ver lo que se cuece a su alrededor? ¿Esto favorecería una mayor estimulación al pequeño? La respuesta rotunda a todas estas preguntas es no. Son varios los motivos y casi todos tienen que ver con el desarrollo físico del niño o de la niña y alguno, incluso, con el emocional. El porteo es una de las prácticas que más pueden favorecer al bebé (precisamente en su desarrollo físico y emocional), pero siempre que se haga de la manera adecuada y esta siempre es, al menos cuando son menores de 6 meses, colocado mirando hacia el adulto que lo portea y respetando su postura natural (que especificaremos más adelante en este mismo artículo). Estos son, uno por uno, los motivos por los que nunca debemos portear a nuestro hijo mirando hacia el mundo exterior: