Grupo de adolescentes juntos©AdobeStock

Adolescentes

Cómo lograr que tu hijo adolescente sea más empático

La adolescencia es una etapa en que se tiende al egocentrismo. Los propios problemas y necesidades son el centro del universo. ¿Es posible así fomentar la empatía? Con algunos consejos sí se puede.

Ser empático o no depende de algunos factores. Hay una parte innata, porque desde bebés se puede observar cómo  algunos pequeños tienen capacidad para reconcer las emociones ajenas  y actuar en consecuencia. Y hay otra parte que depende más de la educación y el entorno.

¿Qué pasa en la adolescencia? ¿Cómo se puede fomentar esta cualidad que tanto ayuda a los que están alrededor? Le hemos preguntado por ello a Ana Borja, responsable del Área Infantil y Adolescente de Apai Psicólogos, en Valencia (www.apai-psicologos.com).

El carácter adolescente y la empatía

Aunque hay algunas características propias de la adolescencia que podrían hacer pensar que tener la cualidad de la empatía en ese momento es misión casi imposible, no es así realmente. “Los adolescentes pueden ser muy empáticos siempre que no se les confronte algo en lo que creen. Son empáticos con quienes sufren, pero no suelen aceptar las figuras de autoridad ni las indicaciones de sus padres”, explica la experta.

Su egocentrismo y el hecho de que se opongan a la autoridad establecida, junto con la rebeldía y el deseo de separarse de sus progenitores, podría actuar en contra del fomento de la empatía a esta edad. Hay que tener en cuenta, además, que “socialmente está bastante aceptada esa cultura del ‘zasca’ por la que se permiten ciertos comportamientos irrespetuosos, la impulsividad al contestar... “, detalla. Y todo ello también jugaría negativamente con respecto a la empatía, que necesita de un control emocional para poder ponerse en el lugar del otro.

“Los adolescentes priorizan sus intereses y esto tiene que ver con la intensidad con la que lo viven todo. Son muy melodramáticos para lo bueno y para lo malo. Tienen el mejor y el peor día de su vida varias veces a la semana”, comenta Ana Borja.

La influencia de la familia en la empatía

Más allá de esa tendencia innata que se muestra en algunos niños hacia la empatía, hay otras características de la personalidad que la fomentan, como la capacidad de observación, la capacidad de atención y la sensibilidad.

Pero también resulta muy relevante el papel de la familia. “Hay familias muy rígidas con las emociones”, advierte la psicóloga. Y esto tiene un papel destacado sobre la posibilidad de ser empático, aunque hay mucha variabilidad individual y “no se sabe si por hitos sociales o por el desarrollo cerebral propio, encontramos adolescentes muy maduros y empáticos y, por contra, adultos que no llegan a ser empáticos nunca”.

Algunos estudios han puesto también de manifiesto que cuando los hijos gozan de un apego seguro con respecto a sus padres, les resulta mucho más fácil ser empáticos en sus relaciones.

Adolescente mirando a cámara©AdobeStock

Consejos para fomentar la empatía en el adolescente

Independientemente del carácter y las cualidades del chico adolescente, los padres pueden intentar incentivar la empatía. Estas son las recomendaciones de la experta de Apai Psicólogos:

  • Siendo empáticos con él. Imaginemos que el adolescente está enfadado porque ha tenido que interrumpir un juego online con sus amigos. Una forma de dirigirse a él es reprendiéndole por la cantidad de horas que lleva frente a la pantalla, y otra es ser empático: “Ya sé que te parece injusto y que lo estabas pasando muy bien con tus amigos, pero es hora de cortar”. Al ponerse en su lugar se le ofrece un ejemplo directo y concreto de empatía.
  • Hablar sobre las cosas que le rodean. Es bueno que el adolescente entienda que su situación es fruto del azar, que podría haber nacido en otro lugar y no tener sus privilegios. En este sentido, ante situaciones difíciles que puedan observarse en la calle, en el colegio, en la televisión, es bueno preguntarle cómo cree que se sienten esas personas, qué haría él en su lugar...
  • Proponerle un voluntariado. “Estar en contacto con personas que no son parecidas a ti ya supone un ejercicio de empatía, pues nos hace vivir la realidad desde otros ojos”, confirma Ana Borja. Así, se les puede proponer (no imponer) alguna actividad de voluntariado que esté alineada con sus intereses.
  • Fomentar el respeto hacia los demás. Desde que son niños, hay que inculcarles el respeto hacia los que están alrededor. Por ejemplo, en el transporte público, no llevando la música a un volumen que moleste a los demás, no hablando en un tono alto...
  • Si no ha sido empático, hablar luego de ello. Si el adolescente no se ha comportado de forma empática en alguna situación; por ejemplo, no ha preguntado a alguien enfermo cómo se encontraba, no es aconsejable regañarle justo en ese momento sino hablar después, cuando esté tranquilo y más reflexivo: “¿Cómo te hubieras sentido tú si no te hubieran preguntado?”.
  • Utilizar el cine y la literatura. Las relaciones humanas en todas sus vertientes están reflejadas en muchas películas y obras literarias. Son un muy buen material para comentar juntos este aspecto y hacer que reflexionen.

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