Cómic como herramienta educativa.©Istock

Educación

¿Se puede utilizar un cómic como libro educativo?

Los expertos dicen que sí, que es una herramienta tan buena como muchas otras y, de hecho, las ventajas que tiene pueden convertir a las viñetas en una tendencia

El 90% de la información que gestiona el cerebro de cualquier persona es visual. De hecho, la evidencia neurocientífica demuestra que el cerebro procesa la imagen 60.000 veces más rápido que el texto. Por ello, no es de extrañar uno de los últimos planteamientos de la enseñanza: el aprendizaje a través del cómic, un sistema que, aseguran los expertos, puede ser altamente eficiente. Una idea que se planteó el pasado mes de octubre en el I Congreso Internacional Teaching with Comic organizado por la Cátedra de Estudios del Cómic y promovido por la Universidad de Valencia y la Fundación SM, con la participación de docentes, expertos e investigadores.

El estímulo visual es una manera de enseñar directa, ya que el ser humano presta más atención a las imágenes que a las palabras. Y tiene explicación científica, concretamente por dos razones:

  1. Existen más de 20.000 millones de neuronas que procesan la información visual y, además, el cerebro es capaz de gestionar las imágenes rápidamente, aunque solo las haya visto durante trece milésimas de segundo.
  2. Cualquier actividad o imagen que provoque una emoción será recordada por los alumnos con mayor arraigo, porque genera un recuerdo emocional.

Por ello, existen muchos motivos y evidencias científicas por los que el cómic puede convertirse en una herramienta muy poderosa para promover el aprendizaje en el aula. De hecho, “Se puede utilizar este tipo de publicaciones, no solo en el ámbito de las Humanidades, como podemos llegar a pensar, sino que existen experiencias muy interesantes en matrías como Física, Química o el Cálculo diferencial integral”, nos dice Álvaro Pons, doctor en Física y director de la Cátedra de Estudios del Cómic Fundación SM-Universitat de València. Además, puede utilizarse para promover otro tipo de aprendizaje, pues “dibujar implica utilizar un lenguaje totalmente visual y la síntesis de elementos, teniendo que relatar los contenidos aprendidos de una manera que se entienda, una experiencia enriquecedora”. Con él hemos querido hablar para que nos explique un poco mejor todas las ventajas que tiene un cómic en las aulas.

El lenguaje visual es más veloz

El cómic es, sobre todo, lengua visual, heredero de la narrativa visual que la Humanidad ha usado desde sus inicios y que dió lugar a la narrativa escrita. Por tanto, fue primero lo visual a lo escrito y, como tal, “el cómic conecta directamente con nuestra naturaleza”, nos explica el experto. No debemos olvidar que la mayoría de la información que procesamos es visual y, por tanto, el cómic es un lenguaje que entra dentro del ámbito educativo “como una forma de potenciar y favorecer los procesos de aprendizaje, apelando precisamente a esa capacidad de conectar de manera directa con algo que nos ha acompañado siempre: las imágenes”.

Además, nos dice, en el caso concreto de un cómic, está formado por “un lenguaje que tiene la ventaja de haber integrado también la información escrita, consiguiendo lo mejor de ambos mundos y con la posibilidad de incorporar elementos que no son propios de la comunicación escrita, como diagramas, esquemas, mapas, de una forma lógica y continua dentro de su relato”. Los más pequeños, con una cultura visual apabullante, conectan mucho más rápido con este tipo de narración.

La temática que suele tener un cómic, ¿es recomendable para la educación de una escuela?

En cuanto a la mayor o menor adecuación del contenido de un cómic a la enseñanza, “no es tanto este aspecto el que debería preocuparnos, sino el de ver cómo se puede usar dentro de los diferentes ámbitos de enseñanza”. Así, nos explica, “el cómic puede ser usado en el aula como una lectura complementaria con facilidad”. En este aspecto, hay muchos de ellos que pueden formar parte de prácticamente cualquier asignatura, desde letras a ciencias. Y no solo aquellos que han sido creados desde una perspectiva didáctica, “sino cualquiera de ellos puede convertirse en una herramienta educativa”, nos dice. Por ejemplo, un cómic de superhéroes puede ser una excelente forma de introducir conceptos científicos.

Por ello, no solo debemos entender el cómic como una lectura más, sino que podemos llegar a concebirlo, por lo que hemos comentado, como una metodología: “hacer cómics (no solo leerlos) puede ser una forma de aprendizaje con ventajas que obligan al alumno a realizar una serie de ejercicios cognitivos que favorecen la educación”. Por tanto, de nuevo, no es tanto la temática como el uso que se da a ese cómic.

De hecho, nos explica, hay cómics y metodologías educativas basadas en el cómic, tanto para Educación Primaria como Secundaria, pero también para Formación Profesional e, incluso, enseñanza universitaria. De hecho, nos cuenta, “ya se está usando el cómic en ámbitos muy especializados, como el de la Medicina, donde pueden encontrarse artículos de revistas académicas con ellos e, incluso, ya se ha dado el caso de una tesis doctoral presentada en el área de Ciencias en Estados Unidos”.

Manga y anime, ¿también son recomendables?

La fama del manga y del anime, nos explica el experto, sobre todo, en cuanto a la concepción de que es violento o que tiene un gran contenido sexual, “es una generalización absurda y falsa”. Tanto uno como otro son, simplemente, la denominación del cómic y de los dibujos animados en Japón. Por supuesto, hay mangas con contenido violento y otros contenido sexual, “pero igual que en el cine, la literatura o el cómic occidental y eso no implica la generalización de esa etiqueta al total”. Lo que sí es cierto, nos dice, “es que el manga y el anime son industrias potentísimas con una producción brutal que se caracteriza por la variedad, que va desde el cómic para los más pequeños a lo que conocemos como gekiga, dedicado a un público más exigente que busca espacios de reflexión y debate”. Por ello, al igual que se puede usar cualquier cómic en el aula, el manga puede ser usado como cualquier otro cómic, con una ventaja clara: “la narrativa visual del manga es hoy muy reconocible para los más pequeños, por lo que es aceptada con muchísima naturalidad y facilidad”, nos explica el experto.

A partir de aquí, se han creado proyectos interesantísimos, “como AHA Comics, que aprovechan la reconocible estética del manga y su narrativa para explicar matemáticas, por ejemplo”. El manga es hoy el cómic que más vende en España y en Europa entre los más jóvenes (y no solo eso, están entre los más vendidos entre los libros editados en España), por lo que es muy lógico usarlo en el aula para favorecer la conexión con los estudiantes.

El cómic dibujado por los alumnos también es herramienta de aprendizaje

Por último, nos pide el experto que no nos quedemos solo con la posibilidad de incluir el cómic como una lectura, sino que también pueden ser creados y ayudar a los alumnos de muchísimas maneras. De hecho, nos dice, “es una metodología excelente, por ejemplo, para realizar el trabajo de resumen de un libro literario en formato de cómic”. Esto les obliga a comprender la esencia del libro para sintetizarla en viñetas y buscar los elementos claves del relato. Por ello, “es una excelente metodología para fomentar la comprensión lectora, que se refuerza por el proceso de dibujo, que es bien conocido nos ayuda a la memorización, comprensión y aprendizaje”. Frente a la tentación de cortar y pegar desde Internet para realizar un trabajo en cualquier asignatura, realizar el cómic “les obliga a comenzar un proceso de comprensión, asimilación y plasmación visual”. Una forma natural de aprendizaje.