Niños corriendo en los pasillos de un colegio.©Istock

Educación

Maestra de Pueblo: ‘La infancia da vida a un pueblo y, si la escuela cierra, el pueblo se muere’

Así de rotunda es esta docente española, famosa en las redes sociales, con quien hemos hablado de la salud de la educación rural, de sus diferencias con la enseñanza urbana y qué pueden aprender una de otra.

¿Te has preguntado alguna vez cómo es un colegio en un pueblo de España? La realidad es que es bastante diferente a cualquier escuela que puedes encontrar en una gran ciudad. De hecho, muchos pueblos no tienen colegio propio y los niños que viven en ellos dependen de sus padres o de alguna ruta que les lleve cada día a clase en alguna localidad vecina. Y estas escuelas no son como las que nos podemos encontrar, por ejemplo, en cualquier ciudad de la Comunidad de Madrid. Son escuelas heterogéneas, donde los alumnos que componen una clase tienen edades dispares, su adquisición de conocimientos se encuentra a diferentes niveles y existe una gran dificultad de acceder a cualquier herramienta que lleve aparejada la palabra ‘digital’. Sin embargo, tiene otras ventajas.

Según nos confirma Maestra de Pueblo, un personaje de ficción muy reconocido en redes sociales (@maestradepueblo) y que, en realidad, es docente y autora de numerosos libros, entre ellos, Maestra de Pueblo. La Escuela Vaciada (Grijalbo), “las escuelas rurales tienen mucho que enseñarle a las escuelas urbanas”.

Su perfil en redes sociales nació sin planearlo, para darle un toque de humor a su día a día, pero desde el que ha querido siempre dar el punto de vista que tiene sobre la educación. Como maestra, su experiencia la llevó hace un tiempo a ser maestra en la escuela de un pueblo de nuestra geografía, donde adquirió una visión de la educación más amplia. De hecho, ella misma asegura que “no hace falta tener muchos recursos ni artefactos digitales ultramodernos para enseñar, lo imprescindible es tener ganas”. A ella le hemos preguntado sobre las diferencias que existen entre un colegio rural y otro urbano, si la brecha es cada vez más grande y si las escuelas de los pueblos están ya perdidas. Algo que seguro se preguntan muchos padres que, con el teletrabajo cada vez más implantado, están saliendo de las grandes ciudades para perderse (o encontrarse) en un entorno rural.

Libro 'Maestra de pueblo. La Escuela Vaciada', de Maestra de Pueblo (Grijalbo)©Grijalbo

¿Qué diferencia hay entre educación urbana y educación rural?

La diferencia que existe es más en cuanto a recursos materiales y del entorno que en cuanto a profesionales y alumnado. Las ciudades te ofrecen una oferta cultural que difícilmente podrás encontrar en los pueblos, pero el alumnado de pueblo tiene un contacto directo con la naturaleza, una cercanía y una facilidad para interaccionar con el entorno que el alumnado urbano no puede experimentar. Por otro lado, el tema de la conectividad a Internet también es un hándicap que los diferencia.

¿Qué características tiene una escuela rural?

Es una escuela abierta al medio, con una comunidad educativa que participa activamente en las actividades que se plantean, suelen ser escuelas muy arraigadas en la que la participación y la influencia de la escuela en el entorno es muy grande, de la misma forma que al revés, del entorno en la escuela.

Además, se caracterizan también porque la mayoría tienen varios niveles y mucha heterogeneidad del alumnado dentro de una misma aula, por lo que la interacción entre iguales es constante, se fomenta mucho el trabajo en grupo, la autonomía y la responsabilidad. Por otro lado, la escuela en sí tiene un importante papel dentro de los propios pueblos: son focos de cultura, motor de desarrollo, lugares de intercambio y de encuentro en el que jóvenes y adultos pueden interactuar como comunidad educativa.

Y una maestra rural, ¿qué diferencias tiene con una maestra urbana?

Cuando una profesora llega por primera vez a un pueblo, sobre todo, si es su primer destino en zona rural, puede tener la sensación de destierro y abandono, de soledad y depresión. Todo lo ve negativo: recursos escasos, alumnos, padres y vecinos, etc. Pero en poco tiempo, tu visión cambia. Es más, creo que todas las maestras deberían pasar por escuelas rurales, porque son las que realmente “te forjan” y te enseñan la profesión.

El menor número de alumnado, junto con esa heterogeneidad dentro del aula facilitan la práctica de metodologías activas de acuerdo a los paradigmas de la educación de hoy en día: promover otra forma de trabajo y de organización de contenidos (interdisciplinariedad, globalización, situaciones de aprendizaje, proyectos, centros de interés) y atreverse a dar ese paso hacia la enseñanza competencial. No creo que haya una brecha entre educación rural o urbana, al contrario, las escuelas grandes tienen mucho que aprender de las escuelas rurales.

Con estas características que nos dices tienen las escuelas rurales, ¿qué recursos tiene que buscar una profesora rural que, en una escuela urbana, no tiene por qué preocuparse?

Como en todos los sitios, se tienen que aprovechar los recursos que ofrece el entorno. El medio rural te ofrece muchos. Se puede relacionar fácilmente todo lo que se aprende, intentando encontrar aplicaciones directas de lo que se estudia en el entorno conocido, porque este entorno nos facilita la exploración y la interrelación de contenidos. Como he comentado antes, el medio rural nos hace más sencilla la adquisición de autonomía y de responsabilidad, en él se promueve la participación y colaboración entre los que aprenden y los que enseñan, por lo que se valora mucho más el sentimiento de pertenencia y arraigo y esa es otra herramienta a utilizar.

Y en cuanto a los recursos tecnológicos, ¿se puede llevar el mismo ritmo que en una escuela urbana o, en este caso, sí que podemos hablar de brecha digital?

Las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) son un recurso muy potente que nos acercan a un universo de posibilidades educativas y nos conectan con el mundo exterior. Son imprescindibles para una maestra de pueblo. De hecho, a raíz de la pandemia se ha constatado más esa brecha digital de la que hablas. Hay mucha gente en entornos rurales, poblaciones despobladas o de difícil orografía que no pueden acceder a una conexión a Internet de calidad y el alumnado de estas zonas sí que han encontrado serias dificultades para continuar con su formación online.

Además de esta conexión a Internet fiable, ¿qué otras cosas les falta a las escuelas rurales?

Sobre todo, que se las tenga más en cuenta. No hace falta mirar a Finlandia para ver modelos innovadores, flexibles y abiertos a la comunidad. Las administraciones deberían valorar el papel de la escuela en el medio rural, debemos creer en ellas como un agente vital dentro de la comunidad y un motor de cambio de la sociedad. De hecho, deberíamos luchar para que no desaparezcan. La infancia da vida a un pueblo y, si la escuela cierra, el pueblo se muere.

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