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Psicología

Niños altamente sensibles, pequeños que sienten y sufren mucho más que los demás

Viven cada emoción y cada sensación de manera tan intensa que su día a día puede llegar a ser realmente difícil

“Imagina que todo lo que oyes, ves, hueles o sientes lo percibes multiplicado por 10. Pues eso es la alta sensibilidad”, señala Marga Santamaría, psicopedagoga y experta en neuropsicología (@marga_santamaria_educaemocion). Es tal la intensidad de las sensaciones y emociones que perciben y sienten estos niños que está catalogado: es un rasgo de la personalidad denominado NAS (Niños Altamente Sensibles). Aunque empieza a manifestarse en la infancia, les afecta durante toda la vida (los adultos se denominan PAS, Personas Altamente Sensibles).

Su día a día puede llegar a ser muy complicado. Para poder ayudarles, es necesario conocer en profundidad las características de este rasgo de la personalidad que tanto les condiciona y que no es, a priori, sencillo de entender. “Como madres y padres queremos que nuestros hijos sean felices y que sufran lo menos posible, por tanto, cuanto más les conozcamos y más les ayudemos a conocerse, más podremos atender sus necesidades, tanto cognitivas como emocionales”, asegura Santamaría.

Cómo detectar que mi hijo tiene una personalidad con alta sensibilidad

Actualmente no existen pruebas diagnósticas que se realicen para detectar este rasgo de la personalidad, pero sí “unos test diseñados por la psicóloga estadounidense Elaine Aron que abordan diferentes indicadores y ayudan a determinar los rasgos. De la misma manera, existen asociaciones y entidades que dan apoyo y soporte tanto a los niños como a las familias. Yo siempre recomiendo acudir cuanto antes. También, contamos con buena literatura que nos ayuda a crecer como madres y padres de un NAS”, nos cuenta la experta.

Rasgos de niños con alta sensibilidad. Los indicadores que nos pueden ayudar a detectar la alta sensibilidad en niños, según la psicopedagoga, son:

  • Niños que poseen una extrema sensibilidad sensorial, gran fineza en cuanto a olores, ruidos o ciertas texturas. Por ejemplo, les pueden molestar ciertos tejidos, botones o costuras, presentar miedos ante ruidos fuertes o inesperados o sentir un gran malestar ante determinados olores. De la misma manera esa sensibilidad también puede ser extrema a lo que sienten de forma interna, como sus emociones, un pequeño dolor o un hambre/sed incontrolable que le lleva al desbordamiento.
  • Presentan una exigencia elevada ante las tareas o rutinas, buscan el perfeccionamiento. Buscan hacerlo bien ya que les da seguridad, y esto les puede producir irritación elevada cuando no lo consiguen.
  • Otra característica está relacionada con su procesamiento de la información, siendo esta mucho más analítica, profunda y madura, lo que les lleva a una toma de decisiones después de un análisis exhaustivo. Por este motivo, se les puede tildar de dudosos o personas que les dan muchas vueltas a las cosas. Este análisis tan profundo les lleva a ser más conscientes de la realidad, por lo que, pueden llegar a preocuparse de forma ansiosa por todo lo que acontece a su alrededor y, en algunas ocasiones, quedarse dando vueltas a algo que les preocupa.
  • Al ser tan sensibles viven todas las emociones de forma desbordante, su tristeza puede ser muy dolorosa para ellos y perdurar en el tiempo, su alegría es vivida de forma muy enérgica y activa, “creedme que puede agotar al adulto que tenga al lado”, señala la experta.
  • La empatía también destaca en los niños especialmente sensibles, esa hipersensibilidad les da la oportunidad de en seguida captar cómo está el otro. Pueden darse cuenta de cómo está mamá de cansada o enfadada apenas con el tono de su saludo y su expresión no verbal.
Para llorar©GettyImages

Cómo podemos ayudar a un niño altamente sensible

Lo cierto es que los expertos insisten en que no es necesario esperar a que nuestro hijo empiece a ‘sufrir’ para llevarle a un terapeuta y, cada vez más, se está dando visibilidad a la importancia del cuidado de la salud mental sobre todo postpandemia. “Como profesional, abogo por la ayuda de profesionales en todos los casos que sean necesarios. Un experto que trabaje con nuestro hijo y le explique, de manera que él lo entienda, esa extrema agudeza sensorial que tiene es necesario”, dice la psicopedagoga.

Entonces, ¿cómo es la ayuda que se le ofrece a niños con alta sensibilidad? “Esas ayudas pueden ir enfocadas hacia el trabajo sobre la gestión emocional y herramientas para su día a día, en técnicas que ayuden a bajar la ansiedad, apoyo de la autoestima, etc. Y repito que, lo más importante a priori, es que su entorno próximo conozca muy bien sus características para que pueda ser acompañado de una forma respetuosa y amorosa”, recomienda.

Entender cómo y cuánto siente el pequeño para saber cuál es el motivo de muchas de sus conductas es fundamental. Por ello, es crucial contar con una serie de pautas para que tanto la familia como el centro educativo lleven a cabo. Las más importantes son:

  1. Reducir la culpa es muy importante. “Como hemos dicho, los NAS o PAS (persona altamente sensible) buscan la perfección y un error les puede suponer una frustración tremenda de gestionar, por lo que a la hora de corregir vs educar hay que prestar especial atención y utilizar las palabras que realmente queremos utilizar. Reforzar su esfuerzo, sobre el camino que ha llevado, así se le quita importancia al posible error”.
  2. En cuanto a la disciplina, hay que aplicarla de manera sensata. “Esto es válido y necesario para todos los niños y niñas, pero muy especialmente en los NAS, primero la conexión y luego la corrección. Es necesario que la mamá o el papá se encuentren calmados a la hora de corregir y escuchen primeramente antes de juzgar”.
  3. Hablar con él o con ella sobre sus características, sobre su sensibilidad especial. “Más tarde o más temprano acabará dándose cuenta que es diferente a la mayoría de sus amigos o compañeros, por lo tanto, explicarles dentro de los rasgos personales que podemos tener, cuáles son los suyos y que hay más niños como él. En ese proceso de autoconocimiento y diálogo podemos ayudarle a buscar soluciones ante los diferentes acontecimientos que puedan ocurrir. Démosles toda la información que nos demanden”.
  4. Y, por último, y como derivación de todo lo anterior, cuidar su autoestima. “Estos niños y niñas, que son tan observadores y analizan tanto todas las informaciones que les llegan, son muy críticos consigo mismos, por lo tanto, cuidar su autoestima se hace fundamental y necesario. Los NAS son muy cumplidores de la norma y cuando algo no sale bien se sienten altamente frustrados, por lo que esa gestión del error les cuesta mucho más y su autoestima puede quedar por los suelos”.

Además, hay que tener en cuenta que en casa se deben adaptar los ritmos de las rutinas, las visitas a lugares muy ruidosos, lo que se habla delante de ellos… Asimismo, darles un lugar de desconexión y tranquilo que les incite a mantenerse seguros y en calma como, por ejemplo, un rincón del descanso. También, “puedes leer cuentos con tu hijo para ayudarle a diferenciar las emociones propias y las de los demás. Suelen ser niños muy amorosos a los que les gusta agradar y regalar por lo que se pueden hacer actividades como, por ejemplo, elaborar unas galletas para llevar a los abuelos, escribir una poesía para la profe o hacer una bonita manualidad para un amiguito. Apoyemos esa creatividad que también tienen. Y lo más necesario, ¡escúchale y abrázale mucho!”, concluye la experta.

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