Salud
‘¿Por qué parece que sigo embarazada?’
Muchas mujeres continúan, tras dar a luz, con la tripa hinchada por el gran estiramiento al que se ven sometidos sus músculos durante los meses de gestación. Si es tu caso, probablemente tengas diástasis abdominal. Te contamos cómo tratarlo
Es una pregunta muy recurrente. Incluso meses después del parto, muchas mujeres tienen la sensación de que la barriga todavía no ha vuelto a ser la que era previa al embarazo... ‘¿Por qué parece que sigo embarazada?’
“En ocasiones, esto se debe a la llamada diástasis abdominal, que consiste en la separación de los músculos rectos del abdomen como consecuencia de la distensión y consiguiente daño en los tejidos que unen esos músculos”, informa María Helena Tur Torres, ginecólogo obstetra en Mallorca (@obstetra.dra.tur)
Aunque es más frecuente que aparezca en el último trimestre de embarazo o en el postparto, por el gran estiramiento al que se ven sometidos estos músculos, la experta apunta que algunas mujeres ya empiezan a notarla semanas antes.
“La diástasis abdominal provoca que el aspecto de tu abdomen sea abultado y se puede presentar en forma de molestia o hinchazón en la zona del ombligo, dolor lumbar, inflamación abdominal o disfunciones de suelo pélvico”, sostiene.
“Es muy importante llegar al embarazo con un abdomen tonificado y seguir entrenándolo durante el mismo junto con el suelo pélvico mediante ejercicios específicos para ello”, asegura la ginecólogo obstetra.
En cualquier caso, María Helena Tur Torres confiesa que, si aparece, es importante una correcta valoración y tratamiento por parte de un fisioterapeuta especializado para obtener los mejores resultados posibles.
En concreto, Susana Casasnovas, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico (@susana_fisio_cenfi) recomienda acudir a este tipo de profesionales para que realicen una valoración integral postparto: “Idealmente, esta valoración se hará a las 6 semanas, junto con la valoración de suelo pélvico”.
La diástasis abdominal, un problema funcional y estético más habitual de lo que parece
La realidad es que no sólo ocurre durante el embarazo, también puede desarrollarse por obesidad o sobreesfuerzos... en cualquier escenario en el que el abdomen crezca considerablemente: “No es algo exclusivo de mamás recientes, ni se recupera de manera natural o hay que perder peso. Se puede ser muy delgada y tener diástasis, incluso sin haber tenido hijos... hasta los hombres pueden padecerlo”.
La experta expresa que el 80% de las mujeres tendrán diástasis después del parto. “Algunas se recuperarán pasados unos meses, pero el resto no. Por esta razón es importante el tratamiento”.
Por eso, la función de los fisioterapeutas especializados en postparto es fundamental... con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la paciente mediante cuidados prácticos, educación y ejercicios prescritos.
“La diástasis abdominal (la separación de los músculos abdominales por el tejido conectivo de la línea alba) no se trata de un problema únicamente estético, ya que es habitual que las personas que lo padecen también desarrollen problemas de suelo pélvico y todo lo que ello conlleva (incontinencia urinaria, dolor pélvico, prolapsos, problemas durante las relaciones sexuales, etc)”, reitera Susana Casasnovas.
Además, nos explica que, haya o no problemas de suelo pélvico relacionados, la diástasis abdominal está directamente relacionada con problemas digestivos, “incluyendo malas digestiones, gases y estreñimiento, entre otros, así como con el aumento del riesgo de sufrir hernias en las vísceras abdominales o problemas lumbares”.
“En los grupos de core terapéutico trabajamos la recuperación de la diástasis a través de ejercicios que se focalizan en la zona abdominal, suelo pélvico y espalda con el objetivo de mejorar la salud y calidad de vida. Además, se pueden realizar sesiones individuales de radiofrecuencia para estimular la formación de colágeno y recuperar al máximo el abdomen”, añade.
Sobre realizar ejercicio durante el embarazo y postparto con el fin de prevenir la diástasis abdominal, la experta vuelve a recalcar la necesidad de hablar con un especialista.
“Generalizar, no hacer una valoración, no adaptar, etc, son los errores más comunes que pueden marcar la diferencia entre que un ejercicio sea beneficioso o perjudicial para una mamá”, concluye Casasnovas, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico.
