Dislexia infantil: cómo detectarla y prevenirla.©AdobeStock

Día internacional de la dislexia

¿Sabrías cómo detectar la dislexia?

Es una patología que, por lo general, se detecta en los cursos de Educación Primaria y que incide, sin duda, en la tasa de fracaso escolar. Hay indicios que nos pueden alertar antes.

La dislexia es una patología importante que incide de manera clave en el aprendizaje de los niños. Consiste en un error a la hora de vincular un sonido con un símbolo de manera automática, es decir, lo que hacemos cuando aprendemos a leer: relacionar fonemas y letras. Sin embargo, la dislexia nos impide hacerlo correctamente. Su diagnóstico, por ello, suele aparecer en los primeros cursos de Educación Primaria y puede ser una causa clara del posible fracaso escolar posterior de nuestros hijos. Afecta y evoluciona de manera diferente en cada persona, con una incidencia mayor o menor en la edad adulta. Todo depende cómo sea tratada.

Así nos lo confirma Tamara Chubarovsky, experta en lenguaje y desarrollo infantil, con quien hemos hablado para que nos explique si hay alguna forma de detectarlo de manera precoz en casa, si existen ejercicios para trabajarla y minimizar sus efectos tanto en el colegio como en todo el proceso de su crecimiento. Por ello, nos da unos ejercicios perfectos para trabajar la dislexia en menores de 10 años y como medio preventivo en menores de 6 años.

Cómo detectar la dislexia en los niños

Algo que nos preocupa mucho a los padres, ¿puedo detectar la dislexia en casa?

Más o menos. En casa podemos detectar ciertos indicios como la inversión de números y letras al escribir y leer. Estas señales pueden indicar dislexia, o simplemente que las capacidades necesarias para leer y escribir aún están en desarrollo, lo que es normal en niños menores de 7 años.

¿A qué edad podemos empezar a detectarla?

Sobre los 7 u 8 años. Antes es normal que los niños confundan la orientación de las letras. En general, a edades tempranas la confusión entre letras e inversiones están relacionadas con:

  1. Falta de madurez en la conciencia fonológica (capacidad de diferenciar los distintos sonidos de las letras), y
  2. Falta de madurez en la lateralidad.

Es habitual que presenten dominancia cruzada o que la dominancia no esté definida y usen indistintamente un pie u otro, una mano que otra, o un oído que otro. Esta falta de conciencia y de organización en el propio cuerpo respecto a su lado derecho y su lado izquierdo hace que lo mismo ocurra a la hora de escribir, y, por eso, orientan las letras unas vez para un lado y otras para otro.

¿Qué signos/manifestaciones son fáciles o evidentes en este sentido?

La dislexia es, en realidad, algo complejo. Muchas veces se pone esta etiqueta a los niños cuando el problema es que no se trabajó suficientemente la oralidad y el cuerpo antes de comenzar con la lectoescritura. Entonces, resulta habitual este tipo de fallos, por esa inmadurez en la lateralidad y/o conciencia fonológica.

Confundir la p con la g, la b y la d o la n con la u, es algo característico de una lateralidad inmadura. Confundir, por ejemplo, la m y la n, o la t y la d es típico de una conciencia fonológica inmadura. Ambos ejemplos también pueden estar vinculados a una inmadurez en la discriminación y memoria visual, así como falta de movilidad del ojo.

En cambio, omitir fonemas al leer o al escribir, o invertir sílabas, diciendo AL en vez de LA, son ya características más propias de la dislexia. Estas características en niños de 7 u 8 años sí deberían levantar la alarma.

Niña leyendo un cuento.©AdobeStock

¿Se puede prevenir realmente y evitar que aparezca si existe predisposición con los ejercicios que propones?

Es posible prevenir o reducir significativamente su incidencia si en la etapa de los 3 a 6 años, en vez de forzar a los niños a que escriban, nos centramos en que adquieran las competencias previas. Es imprescindible dar mucho espacio de juego espontáneo, contar cuentos, cantar, y reducir las pantallas de manera drástica.

Sin embargo, incluso ante las mejores circunstancias es posible que aparezcan rasgos de dislexia y sea necesario un tratamiento más específico (que está basado en gran medida en estos mismo conceptos).

Síntomas claros para poder prevenir la dislexia en los niños

Como asegura Chubarovisky, hay aspectos a tener en cuenta ya desde edades tempranas para poder prevenir la dislexia. En niños de 3 a 5 años:

  • Puedes observar un desarrollo lento del lenguaje o dificultades en la pronunciación (dislalias). Esto podría ser señal de dislexia, aunque también hay niños con dificultades en el lenguaje que no presentarán dislexia, así como niños con dislexia en los que en sus dificultades prevalecían en aspectos visuales o motrices.
  • Puedes observar dificultades en la coordinación motriz y orientación espacial: les cuesta atarse cordones, abrocharse botones, etc. Ahora, no todos los niños con dificultades motrices, espaciales, visuales y de lateralidad son disléxicos, ni todos los disléxicos presentan estas características, ya que su problema podría ser más fonológico.

En niños menores de 6 años, por su parte, es mucho más eficaz hacer rimas con movimiento, cantar y jugar.

Tratamiento global de la dislexia

Si le preguntamos a Chubarovsky ¿cómo debemos tratar la dislexia? Su respuesta es clara, “lo primero es tener un diagnóstico fiable hecho por un especialista, o mejor aún, por un equipo interdisciplinario que incluya observación desde la logopedia, la integración sensorial y optometría comportamental”. Es decir, un diagnóstico global. Y es que, muchas veces se cataloga a un niño de disléxico cuando simplemente es un tema de desarrollo, que se soluciona de forma bastante rápida abordando la lateralidad y la oralidad.

Ejercicios para tratar la dislexia

Para Chubarovsky, lo más efectivo son los juegos que ella llama Rimas con Movimiento, parte esencial de una batería de test en la que deben contemplarse más aspectos, no solo a nivel motriz y de lenguaje, sino también específicos a nivel visual, de lectura y de escritura.

  • Cantar o escuchar cuentos a edades tempranas, que los más pequeños puedan estar atentos a nuestra narración pausada y adecuada a su edad, para encontrar las diferencias.
  • Usar trabalenguas de manera paciente, pues nos ayuda a repetir un mismo fonema con frecuencia.
  • Estimular el equilibrio, para una mejor percepción auditiva y trabajar la movilidad de los músculos de los ojos. Para ello, es bueno saltar, girar y balancearse en un columpio, saltar a la comba o patinar.
  • Trabajar la lateralidad jugando al clásico palmas-palmitas o montando en bicicleta.