Adolescentes con teléfonos móviles.©AdobeStock

Adolescentes

Retos virales y actos crueles en las redes sociales, ¿por qué están tan de moda?

Los adolescentes son los que más protagonizan este tipo de actos, llegándose a jugar su propia vida. Te contamos cuáles son los motivos y cómo puedes afrontarlos.

Desafíos compartidos. Así empiezan algunos juegos por las redes sociales, como El Rompecráneos, La caza del pijo (del que hemos tenido conocimiento recientemente por las agresiones producidas a jóvenes considerados ‘pijos’ en barrios concretos de algunas ciudades españolas), La ballena azul (donde se autolesionan en distintas pruebas) o el Vacuum Challenge (o ‘reto del aspirador’ que consiste en meter a una persona en una bolsa de basura gigante y extraer el aire mediante un aspirador), que son muy visibles, sobre todo, en TikTok.

Un conjunto de retos que permite a los adolescentes sentirse conectados, decir de alguna manera adiós a esa infancia de la que quieren desprenderse y que les lleva, no solo a hacer daño a los demás, sino a jugarse su propia vida. Por eso, es fundamental estar alerta, saber por qué se producen este tipo de actividades y qué hacer llegado el caso.

¿Qué tiene de atractivo este tipo de retos virales?

Para la gran mayoría de expertos, apuntarse a este tipo de acciones, muy peligrosas para la integridad física de quienes participan y quienes son víctimas de ellos, la explicación se basa en que compartir retos les hace sentirse conectados entre ellos durante su transición al mundo adulto que, en realidad, no es más que un duelo. Así nos lo confirma Enric Soler, tutor del grado de Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que nos recuerda que la adolescencia viene del término latino adolescere, es decir, “el que crece o adolece”.

Por tanto, nos dice el experto, “aparece, sobre todo, en esta edad porque estamos ante un duelo por la pérdida del cuerpo y los privilegios infantiles, en un momento en el que debemos integrarnos en el mundo adulto”, algo muy complejo en el que suelen encontrarse solos. “Con los niños se aburren, los adultos no les entienden”. De esta forma, nos dice el experto, “se dirigen al mundo al adulto y le retan de manera constante, satisfaciendo sus necesidades gregarias compartiendo retos, sintiéndose integrados en su nuevo mundo de adolescentes”.

¿Y cuál es actualmente el medio en el que se puede producir esta integración? Sin duda, las redes sociales, donde la conocida dictadura del like les hace realizar todas las acciones necesarias para obtener la máxima popularidad posible. Los retos virales les pueden dar muchos puntos y, sin violentos o ridiculizan a otras personas, a veces, aún más proyección. Aquí reside su atractivo.

Motivos por los que practican este tipo de retos

En opinión de Enric Soler, “todo depende de la forma en la que afrontan cada uno de ellos esa transición que hemos explicado hacia el mundo de los mayores”. Los motivos por los que pueden llegar a optar por conductas muy poco saludables llegan desde “esa resistencia al duelo propio de la adolescencia, tendiendo al estancamiento e, incluso, a una regresión evolutiva de la persona”.

  • Uno de los motivos puede ser “canalizar la rabia propia de cualquier duelo de una forma violenta y, por tanto, de una forma infantil”, nos dice el experto. Un niño pequeño tiene una rabieta cuando algo no sale como espera, pero un adolescente tiene más capacidad física y mental de dañar voluntariamente al prójimo y así mismo.
  • La frustración ante la situación actual, con un panorama socioeconómico y laboral cada vez menos atractivo es otro aliciente para no querer pasar al mundo adulto e integrarse en su realidad. Por ejemplo, “La caza del pijo es una prueba de cómo esa peor perspectiva les hace actuar violencia contra otros jóvenes a los que perciben con más facilidades para desarrollarse en el mundo adulto”, nos explica Enric Soler.
  • Otra circunstancia desencadenante puede ser, nos explica el profesor, “es la posibilidad de verse inmersos en una familia con pobres recursos para afrontar las pérdidas y que no compartan los sentimientos con ellos desde pequeños”. Aunque sea para protegerles, al final, se sienten aislados y tenderán a llevar su duelo cuando crecen también en solitario.
  • Y, por supuesto, la interacción con otros adolescentes que se agrupan, inconscientemente, con estos factores afines.

¿Qué podemos hacer para evitarlos?

En este caso, hemos hablado con José Ramón Ubieto, psicoanalista y profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, quien nos explica que “estos ritos de pasaje, a través de los que se busca superar una especie de prueba o desafío, en este caso, natural, se suelen dar al margen de la familia”. Pero, paradójicamente, sí que se cuelgan en las redes sociales para darles un mayor alcance. Cuantas más personas, mejor. Y, si además, respaldan su opinión, se sienten más respaldados.

Para evitar llegar a esta situación, el experto nos aconseja, sobre todo, comunicación, que podemos ponerla en práctica con las siguientes acciones:

  • Aprender a mostrar los sentimientos en familia, para evitar que desencadene en lo que hemos visto en el punto anterior, que nuestros hijos crean que deben afrontar las cosas ellos solos.
  • Mantener conversaciones informales con nuestros hijos, que ayuden a que nos hablen, que nos permitan conocer su opinión sobre los que les preocupa y hacerles saber cómo fue esta etapa también para nosotros.
  • Introducir una responsabilidad en su rutina diaria, que se sientan conectados.