Cómo adiestrar a tu gato para que no salte sobre la vitrocerámica (y otras superficies peligrosas)

La curiosidad es superior a la precaución de los gatos, por eso saltar sobre el fuego es un peligro que debemos evitar

Por David Navarro

Cuando convivimos con gatos hay ciertas líneas rojas que se traspasan sin que podamos hacer mucho por evitarlo. Que el gato corra por el pasillo a gran velocidad a veces no es evitable, tampoco que dé un brinco y suba a lo más alto de un armario, o que sienta la necesidad de arrojar algunos elementos decorativos de las estanterías sólo por observar la caída hacia el suelo, por no hablar de los arañazos a en muebles y sofás. Casi cualquier actitud destructiva o temeraria de los gatos atiende a un deseo innato, pero no voluntario, sino que forma parte de su programación instintiva más profunda. Por eso mismo, comprender qué significa para el gato subirse a la encimera de la cocina y caminar encima de la vitrocerámica es el primer paso para poder desarmar ese comportamiento. 

Lo primero que debemos tener en cuenta es que los gatos necesitan pasar gran parte de su día en lugares altos, porque su mente les pide controlar todo el espacio y determinar hasta qué punto su territorio está seguro de intrusos y donde hay una presa a la que poder cazar. Puede parecerte extraño o incluso chistoso que un gato doméstico, que pocas veces ve situaciones de caza en el hogar, necesite subir todos los días a una superficie alta para otear el espacio, pero así es, que no le resulte útil o emocionante no hace deje de hacerlo. Cuando el gato se sube a la encimera de la cocina es, en parte, para mirar desde ahí y descubrir si hay algo con lo que interactuar, por si desde ahí ve algún indicio de animales a los que perseguir, y para evaluar si ese lugar pudiera ser un escondite válido si hay problemas de seguridad.

Los gatos que suben a superficies “prohibidas” generalmente lo hacen porque no existen otras que reemplacen a éstas. Plantéate si tu gato no tiene suficientes alicientes como para  necesitar usar la encimera de la cocina, tal vez es el momento de hacerte con un árbol rascador o una torre gatera. Si tu respuesta es que ya los tienes en casa, tal vez la solución es ponerlas más cerca de la cocina. Si el gato tiene que elegir entre subir a una encimera o a un árbol rascador, probablemente haga lo segundo. No vamos a poder evitar que el gato salte y trate de llegar a lo más alto, pero dándole las máximas alternativas probablemente encuentre la encimera demasiado poco interesante.

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Otros motivos menos evidentes para saltar

Muchas veces al gato le puede apetecer beber agua directamente del grifo de la cocina o del aseo, porque representa un reto mayor que simplemente acercarse al cuenco, o porque tal vez su propio cuenco no está todo lo limpio que él desea, o el material no le satisface: ten en cuenta que los cuencos de plástico suelen ser bastante rechazados por los gatos, pues ellos detectan el sabor del agua adulterada por el plástico, utiliza siempre cuencos de aluminio o barro. Si tu gato sube a la encimera para beber agua, y coyunturalmente pasa por la vitrocerámica, una solución es dejarle aún más a la vista y accesible el lavabo del cuarto baño y que sea allí donde haga esta actividad. Trata de dificultar el acceso a la encimera de la cocina, por lo menos durante el tiempo en el que se habitúa a ir al aseo. Puedes colocar objetos a modo de barrera que hagan que el salto sea más incierto y él desista.

Por otro lado, un motivo alternativo por el que los gatos tienden a subir a la encimera de la cocina y en concreto a la zona de vitrocerámica es la curiosidad y la sensación atrayente que les facilita el calor que producen los fuegos. Si tu gato nunca ha tenido un auténtico percance con la vitrocerámica, probablemente tenga la curiosidad de saber por qué emana ese calor y para qué sirve. Además, los gatos siempre están atentos a qué puede haber en su entorno que tenga interés, y si ven que cocinas y que dedicas tiempo a manipular una zona de la casa, tratarán de comprender qué tiene de interesante. Por eso mismo, es recomendable que tengas siempre la encimera y la zona de la vitrocerámica lo más recogida posible, para que no implique una diversión para él, para que no tenga nada que curiosear y con lo que jugar.

Por otro lado, nunca utilices refuerzos negativos para convencer a tu gato de que no suba a la encimera, sino al contrario: que sean premios. Haz que baje, con tu actitud, y atraerle al suelo con una chuche, cuando haya desistido de caminar por la encimera y ya esté sobre el suelo, ofrécele su premio, así comprenderá que el lugar donde debe estar es abajo, y no subido a la encimera. Lo que no funcionará jamás es obligar al gato, reprenderlo, o echarle de la encimera con aspavientos o cogiéndolo, probablemente esa es la forma de que el gato piense en hacerlo mucho más, pues no hay nada más retador que una prohibición para un gato. 

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