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Larva migrans. Ese es el diagnóstico al que se ha enfrentado la influencer Lucía Pombo, quien compartía con sus seguidores en redes sociales unos vídeos en los que comentaba que lo que en un primer momento parecía ser una reacción alérgica en un dedo de su pie, finalmente terminó siendo un gusano que suele encontrarse en los intestinos y las heces de perros y gatos y que ha acabado bajo su piel. "Yo pensaba que era una picadura o una reacción a algo y resulta que es un gusano. Noto como se mueve. Me han recomendado que fuera al hospital para quitármelo cuanto antes", comentaba la hermana de María Pombo, que ya ha comenzado el tratamiento para acabar con el gusano. Se enfrenta, eso sí, a un proceso lento, pues tal y como ella misma ha contado, la larva aún sigue viva, ha contado que se desplaza por su extremidad y “avanza unos dos o cuatro centímetros diarios”, por lo que será necesario que recurra a la paciencia.
Una situación que no es agradable, pues la propia influencer ha reconocido que le da mucha grima pensar en que tiene ese gusano dentro de su pie, desplazándose y creciendo, hasta que las pastillas consigan hacer efecto. Lucía Pombo intenta no pensar mucho en ello y "esperar a que se muera pronto".
¿Qué es la 'larva migrans'?
La primera pregunta que nos hacemos es qué es exactamente la larva migrans que ha afectado a la influencer. "También conocida como larva cutánea migrans o 'gusano serpenteante', es una infección parasitaria de la piel causada por larvas de ciertos tipos de gusanos. Estos gusanos son comúnmente encontrados en perros y gatos, y la infección en humanos ocurre cuando las larvas penetran la piel", nos cuenta el Dr. Sebastián Podlipnik, especialista en Dermatología, del Centro de Diagnosis Dermatológica y miembro de Top Doctors, al que le preguntamos qué consecuencias tiene en la persona que lo padece. "La larva migrans puede causar síntomas molestos y molestias en la piel. Aunque generalmente no es grave, puede causar picazón intensa, enrojecimiento y una erupción cutánea serpenteante que se mueve bajo la piel", nos explica.
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¿Cómo se contagia?
El doctor nos detalla que la infección se produce cuando las larvas de estos gusanos entran en contacto directo con la piel humana. Esto puede ocurrir al caminar descalzo sobre suelos contaminados, como playas o áreas donde animales infectados han dejado heces. Lo cierto es que es más común en zonas húmedas y cálidas, principalmente en climas tropicales y subtropicales. De hecho, la propia Lucía Pombo cree que la larva pudo entrar en su pie en uno de sus viajes, en concreto a Tanzania. "La larva migrans se encuentra en zonas cálidas y húmedas con presencia de perros o gatos callejeros -y la playa estaba plagada- así que lo más seguro es que el alien se incrustara en mi dedo aquí", respondía en sus redes sociales a la pregunta de un seguidor sobre el contagio.
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Cuáles son sus síntomas
Otra de la duda que nos surge es cómo se manifiesta este problema de salud, cuáles son los síntomas que nos pueden hacer sospechar que padecemos este problema. "Los síntomas incluyen una erupción cutánea que se caracteriza por líneas o surcos elevados y sinuosos bajo la piel, generalmente acompañados de picazón intensa. La erupción a menudo tiene un aspecto serpenteante, lo que le da el nombre común de gusano serpenteante", nos detalla el dermatólogo.
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¿Cuál es el tratamiento?
Una vez que el especialista confirma el diagnóstico, toca ponerse manos a la obra para tratar de resolver el problema. "Sin tratamiento, la enfermedad se autolimita a 2-8 semanas, aunque hay casos descritos en los que permanece hasta un año. El tratamiento es sencillo y permite eliminar en poco tiempo el intenso prurito y evitar su extensión a otras zonas del cuerpo, reduciendo la posibilidad de complicaciones", nos cuenta el doctor Podlipnik, que añade que el tratamiento de la larva migrans generalmente implica la aplicación tópica de medicamentos antiparasitarios, como la ivermectina o albendazol.
Y concluye con una recomendación importante que debemos tener en cuenta para tratar de prevenir el contagio. "Los turistas que viajan a países endémicos de esta parasitosis deben llevar los pies cubiertos al caminar por la playa y evitar el contacto de ropa con la arena de playas donde se divisen gatos o perros. Sin duda, la mejor solución en dichos lugares consistiría en prohibir el acceso a las playas de estos animales y recoger las heces tras la deposición", nos explica el experto.
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