Alerta por los casos de botulismo al inyectarse toxina botulínica para adelgazar

El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés), ha dado la voz de alarma al detectar 14 casos de botulismo grave que se han dado en ciudadanos procedentes de Alemania, Austria y Suiza y que habían viajado a Turquía para inyectarse toxína botulínica en el estómago.

Por Nuria Safont

La obesidad es una enfermedad que puede tener un difícil tratamiento. Además del farmacológico o la intervención quirúrgica, es necesario adoptar unos hábitos dietéticos y de estilo de vida para que el peso perdido no se vuelva a ganar. Sin embargo, esto que para muchos puede resultar algo sencillo de llevar a cabo, para otros puede convertirse en una tortura, puesto que no logran superar las ganas constantes de comer. Esto puede llevar a que los pacientes recurran a soluciones que han escuchado ser útiles para tener menos hambre y adelgazar, pero que pueden ser peligrosas y conducir, incluso, a la muerte, ya que no están lo suficientemente estudiadas y contrastadas. 

En este escenario, ha entrado en juego un abordaje de la obesidad que es importante destacar que no está consensuado ni protocolizado, pero que sí se aplica en algunos centros de Turquía. Se trata de administrar toxina botulínica en el aparato digestivo del paciente. Este tratamiento ha provocado que algunas de las personas hayan enfermado de botulismo, una patología grave y, en ocasiones, mortal que provoca la parálisis de los músculos. 

En concreto, según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés), ha dado a conocer que ha habido 14 casos de botulismo grave que se han detectado en ciudadanos procedentes de Alemania, Austria y Suiza y que habían viajado a Turquía para inyectarse toxína botulínica en el estómago.  Algunos han manifestado síntomas leves,  pero en algunos casos han requerido el ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos. 

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¿Qué es la toxina botulínica?

La toxina botulínica es una neurotoxina que se elabora a partir de la bacteria Clostridium botulinum. Gracias a su capacidad para producir una parálisis muscular, esta sustancia tiene diferentes aplicaciones médicas. Desde el tratamiento estético de las arrugas, hasta evitar la hiperhidrosis, es decir, la sudoración excesiva o el tratamiento de enfermedades neurológicas que provocan movimientos involuntarios. 

Como nos explica el Dr. Sergio Fernández, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), “existen diferentes tipos de toxina botulínica, pero ninguna de ellas está indicada para tratar la obesidad”. Esto no quiere decir, sin embargo, que no existan grupos que la estén utilizando con este fin. “Como la toxina botulínica es un fármaco que se aplica bajo la responsabilidad del médico, este puede considerar utilizarla para otros procedimientos que considere que pueden provocar un beneficio para el paciente”, señala. Eso sí, habiendo dado las explicaciones pertinentes al paciente y estas deben quedar firmadas en un consentimiento informado. 

A día de hoy, nos indica el doctor, hay 51 artículos publicados en la literatura científica acerca del uso de la toxina botulínica para la obesidad mediante endoscopia. “Si uno revisa los estudios, sobre todo el último que aparecido en el año 2023, concluye que se necesitan más estudios para definir si realmente la toxina botulínica es una buena opción para el paciente obeso, porque los resultados son muy dispares”. De hecho, nos resalta este especialista, en España no se utiliza para este fin. 

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Cómo funciona la toxina botulínica en el tratamiento de la obesidad

Como explicábamos al principio, la toxina actúa paralizando el músculo. En el tratamiento de la obesidad, el médico inyecta una dosis de toxina en varias partes del estómago mediante una endoscopia. Al provocar cierta parálisis del músculo, cuando el individuo ingiere comida, esta tarda más en liberarse del estómago al intestino, lo que aumenta la sensación de saciedad. “Podríamos decir que la sensación se parece a haber tenido una digestión pesada. Se tiene menos apetito y no se come más”. 

El Dr. Sergio Fernández explica que para este fin se utilizan 200 unidades de toxina. “Se trata de una cantidad aceptable, teniendo en cuenta que en neurología para tratar los espasmos se usan cantidades más altas”. 

Como sostiene el portavoz de la SEME, “lo que ha podido ocurrir en Turquía es que se haya utilizado una toxina no autorizada, es decir, que no haya seguido los cursos de fabricación adecuados o la cadena de trazabilidad que tienen que tener estos fármacos. También se baraja la hipótesis de que las cantidades que se hayan administrado sean muy altas y eso haya provocado esta reacción en los pacientes”.  En cualquier caso, el doctor recuerda que se trata solo de una suposición, pero recuerda que es muy importante que los pacientes que hagan turismo sanitario se informen muy bien de cuál es el centro al que van a acudir, quiénes son los especialistas, qué métodos se emplean y que se informen bien de los procedimientos.

De hecho, “el Ministerio de Exteriores ha circulado una nota en la que se desaconseja el turismo sanitario en Turquía, porque si bien puede haber centros que cumplan los estándares de calidad, hay muchos de ellos que no los cumplen”.

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 ¿Cómo son de graves los casos de botulismo en los pacientes tratados?

El botulismo es una enfermedad muy infrecuente. Sin embargo, los casos que pueden darse pueden poner en un grave riesgo la vida del paciente. 

Como nos explica el Dr. Sergio Fernández, “la gravedad de esta enfermedad dependerá de los músculos que afecte”. Al provocar una relajación de la musculatura, puede afectar a los músculos implicados en la respiración, como el diafragma, por lo que los pacientes pueden requerir ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos para recibir ventilación mecánica, ya que por ellos mismos no son capaces de movilizar la musculatura respiratoria”. 

La recuperación también dependerá de la dosis inyectada. La toxina botulínica es una sustancia que permanece un tiempo en el organismo. Según la cantidad inyectada y los músculos afectados, el paciente puede requerir un tratamiento sintomático hasta que este neurotóxico desaparezca del cuerpo. En algunos casos, sin embargo, podría ocasionar la muerte. 

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Recibir un buen diagnóstico de la obesidad 

El experto concluye recordando la importancia de que los pacientes que sufran esta enfermedad acudan a centros autorizados y especializados para recibir un tratamiento adecuado e individualizado. “Lo más importante es que se haga un buen diagnóstico, ya que hoy en día existen diversos procedimientos para tratar eficazmente la obesidad”. 

También insiste en que no es necesario hacer turismo sanitario para tratar este u otros problemas de medicina estética. “En España tenemos centros muy buenos que cumplen con los estándares de calidad, con profesionales acreditados que siguen unos protocolos de actuación bien definidos y contrastados para no poner en riesgo innecesariamente al paciente”, afirma.

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Referencias: 

S A Aliyev, S Yu Mamedova, E S Aliyev. Endoscopic intragastric injection of botulinum toxin in the treatment of patients with morbid obesity: opportunities and prospects. Khirurgiia (Mosk).2023 

Bulent Kaya, Nuriye Esen Bulut, and Mahir Fersahoglu. Is Intragastric Botulinum Toxin A Injection Effective in Obesity Treatment? Surg Res Pract. 2020

 Kanlioz, M.; Ekici, U. How Taking into Account the Pyloric Tonus Contributes to Treatment Success While Administering Gastric “Botulinum Toxin A” for Weight Loss. Obes. Surg. 2020

Sánchez Torralvo, F.J.; Valdés Hernández, S.; Tapia, M.J.; Abuín Fernández, J.; Olveira, G. Intragastric injection of botulinum toxin. A real alternative for obesity treatment? A systematic review. Nutr. Hosp. 2017