El exceso de peso afecta a cuatro de cada diez niños y a tres de cada diez adolescentes, según datos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). “Desde hace años, en las consultas de Pediatría de Atención Primaria estamos preocupados por la evolución del exceso de peso en los menores. De ser algo casi anecdótico, la obesidad infantil ha pasado a ser un problema que vemos cada día”, explica la Dra. Esther Serrano Poveda, coordinadora de ‘Familia y Salud’ de la AEPap.

De hecho, España es de los países europeos con mayor tasa de sobrepeso y obesidad, algo que es común en la franja mediterránea, donde, paradójicamente, se dispone de una dieta muy saludable.

Aunque en años atrás parece que hubo una estabilización de estas cifras, actualmente se observa una tendencia significativa de aumento de casos. Así, la segunda edición del estudio PASOS 2022, que permitirá evaluar la evolución de la obesidad infantil en España, así como conocer el impacto de la pandemia de COVID-19 en los estilos de vida y la salud de la infancia, no parece que vaya a mostrar resultados optimistas, según advierte la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).

La importancia de la obesidad entre los 6 y los 9 años

Un 23,3% de los niños entre 6 y 9 años tienen sobrepeso. La prevalencia de la obesidad sería de un 17,3% en esa franja de edad, como apunta la SEEDO. Si diferenciamos entre niños y niñas, en los varones es más frecuente la obesidad, mientras que en las niñas, el sobrepeso.

A partir de los 7 años aumenta la prevalencia de obesidad y exceso de peso en los varones, siendo los 9 años la edad con la prevalencia de exceso de peso más alta. Por su parte, en las niñas, la prevalencia de obesidad y exceso de peso aumentan a partir de los 8 años.

El rango de edad entre los 6 y los 9 años es especialmente importante. Es así porque en este periodo la obesidad y el sobrepeso no pueden atribuirse a la edad de la aparición de la pubertad. Pero, además, como indican los expertos, es un momento clave para intervenir y educar en la prevención de la aparición de obesidad, mediante la incorporación de estilos de vida saludables. “Es este periodo donde se acumula el primer pico de sobrepeso y obesidad en la infancia, seguido del que sucederá en la adolescencia”, advierte la Dra. Dra.Amanda Fernández-Menéndez, especialista en Endocrinología y Nutrición Pediátrica del Hospital Fundación Jiménez Díaz, de Madrid.

Las causas del problema

Para la Dra. Amanda Fernández-Menéndez, “uno de los principales problemas es el no reconocimiento de este problema de salud por parte de los principales cuidadores, debido a la normalización del sobrepeso en la infancia y adolescencia”. Un porcentaje importante de progenitores de escolares con sobrepeso, obesidad e incluso con obesidad severa perciben erróneamente el peso de sus hijos como normal.

Además, los especialistas señalan la falta de programas de ejercicio físico estructurado centrado en la infancia y en la adolescencia. Junto a ello, la experta alerta de que el “uso abusivo de pantallas, normalizado en nuestra sociedad, supone un aumento del tiempo de sedentarismo”. Y es que, según recalca, “la población infantil y adolescente en España supera en prácticamente una hora al día la recomendación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre el uso de pantallas entre semana, y en más de 2 horas y 40 minutos durante el fin de semana”.

¿Cómo abordar la obesidad en niños?

“Conseguir que la infancia y la adolescencia crezca de forma sana supone promover estilos de vida saludables: una vida activa, una alimentación sana, bienestar emocional y buenos hábitos de descanso”, señala la Dra. Esther Serrano Poveda. Por eso la AEPap ha creado una serie de propósitos saludables para cada uno de los meses de 2023, entre los que destacan consumir vitaminas de forma natural “sin pastillas”, aumentar el consumo de verduras, frutas, legumbres o lácteos, cocinar en familia, jugar al aire libre o limitar el tiempo de uso de las pantallas, además de asegurar el correcto descanso.

Por su parte, la Dra. Amanda Fernández-Menéndez apunta que para optimizar la atención que reciben los niños y adolescentes con problemas de exceso de peso, “es indispensable el abordaje multidisciplinar, en unidades específicas, que permitan reducir la sobresaturación de las consultas de Atención Primaria y Especializada, y que ofrezca a los pacientes las herramientas adaptadas para su seguimiento y control de su enfermedad”.

El seguimiento por esas unidades multidisciplinares especializadas es el que se ha demostrado como más efectivo para revertir los casos de sobrepeso y obesidad en la infancia y la adolescencia. Según apunta, esas unidades deberían estar lideradas por un endocrinólogo pediatra y contar con expertos en nutrición, realizar un abordaje psicoemocional del problema y centrarse en la actividad y el ejercicio físico, adaptándose a cada etapa del desarrollo.