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Hay enfermedades que pueden causar cambios en la voz, modular el timbre, el tono o dejarte afónica. Pero no siempre tiene que haber una causa orgánica detrás de estos problemas en el habla. Las crisis, un trauma, un impacto emocional o, incluso, el estrés diario pueden afectar a la voz. Así, cuando se descarta una lesión y aun así se experimentan cambios en la voz, se habla de disfonía psicógena.
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¿Qué es la disfonía psicógena?
"Se trata de la pérdida total o parcial de la voz. A diferencia de otras disfonías, en esta no existe una lesión anatómica o fisiológica, sino que suele tener una causa psicológica", explica Teresa Yerro, logopeda especializada en voz hablada y cantada y miembro del Grupo de Voz del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM).
Existen diferentes tipos de disfonía psicógena, añaden los expertos de Top Doctors:
- Histérica: está relacionada con un tipo de neurosis y se puede producir cuando ha habido algún acontecimiento brusco y doloroso en la vida de la persona.
- Obsesiva: suele aparecer debido a una neurosis obsesiva.
- Trac vocal: aparece en situaciones de mucho miedo y se puede dar la pérdida total de voz.
- Fonofobia: es el miedo general a hablar.
- Neuroasténica: suele afectar a aquellas personas que están muy preocupadas por sus problemas de voz.
- Espástica: tiene su origen en movimientos bruscos y descontrolados en la laringe.
Las causas exactas que llevan a que haya personas que tengan este problema en la voz se desconocen, sin embargo, como apunta la logopeda Teresa Yerro, "se sospecha que las crisis emocionales muy fuertes o problemas de estrés pueden estar detrás de esta dolencia".
Asimismo, indica la especialista, "no tiene por qué ocurrir inmediatamente después de haber ocurrido esta crisis. Puede tardar en aparecer". También puede suceder que un paciente haya experimentado problemas de voz, pero no los ha tratado adecuadamente o no le ha dado importancia hasta que la disfonía se hace más evidente.
Por otro lado, comenta la experta, no hay que descartar que la disfonía esconda una enfermedad neurológica. "Cuando el tratamiento no funciona y la disfonía no remite, hay que buscar otras causas que estén impidiendo el correcto funcionamiento de las cuerdas vocales", señala.
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Síntomas de la disfonía psicógena
Entre las manifestaciones más frecuentes de la disfonía psicógena se encuentran los siguientes:
- Afonía
- Pérdida de voz total o parcial de forma repentina
- Pérdida de voz total o parcial de forma progresiva
- Dificultad para hablar
- Cambios en el timbre y en el tono
- Perdida de fuerza en la voz que obliga a hablar como en susurros
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¿Cómo se diagnostica?
Para el correcto diagnóstico de la disfonía psicógena es importante acudir a un otorrinolaringólogo que comenzará por una anamnesis o entrevista para conocer el historial médico del paciente y la aparición de los síntomas. También se realizará una prueba en la que se introducirá una cámara que permitirá observar la laringe para detectar cualquier alteración que, en este caso, no suele existir.
Cómo se trata
El tratamiento de esta patología es multidisciplinar, es decir, son varios los especialistas que se implican en el cuidado del paciente para que pueda recuperar su habla con normalidad: el otorrinolaringólogo, suele ser recomendable un psicólogo, así como un logopeda. "Los logopedas realizamos una entrevista muy exhaustiva para realizar una evaluación fisiológica de la voz. También realizamos un abordaje psicológico para conocer las creencias del paciente respecto a su voz, el momento vital que está atravesando o cómo se manifiesta la disfonía", comenta la experta en logopedia.
Asimismo, se recomendarán ejercicios de rehabilitación y entrenamiento en el que se simularán diversas situaciones porque el paciente puede mejorar su disfonía cuando se encuentra en un espacio seguro, pero volver a sufrirla cuando se enfrenta a la realidad.
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¿Se puede prevenir la disfonía psicógena?
Como indica la Teresa Yerro, todo lo que hagamos por cuidar nuestra voz podrá prevenir que aparezcan problemas. Por ejemplo, beber abundante líquido, tomar jengibre, hacer gárgaras, no forzar la voz, etc. Sin embargo, también es importante que cada uno se observe y reconozca cómo se comporta su voz en diferentes situaciones. Por ejemplo, en momentos de estrés, cuando se encuentra en un entorno ruidoso, si tiene que hablar en público… y si se detectan problemas, acudir a un otorrino o a un logopeda para que realice un diagnóstico y ayude a rehabilitar la voz, ya que si no se tratan estas dolencias, se pueden volver crónicas", concluye Teresa Yerro, del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid.
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