¿Puede nuestra voz darnos pistas sobre el estado de nuestra salud mental?

Si estamos alegres el tono es alto y el ritmo con el que se transmiten las palabras es más rápido, mientras que si estamos tristes la voz que emitimos suele manifestarse en un tono grave y monótono

Por Pilar Hernán

Casi tres millones de personas en España padecen depresión, un problema de salud mental que se caracteriza por síntomas como un estado de ánimo bajo, sentimientos de tristeza, desinterés, inapetencia, etc. Pero tal vez no sabías que este trastorno también puede apreciarse en nuestra voz. Según Gemma Martín, logopeda especialista en patología vocal y motricidad orofacial y miembro del Grupo de Trabajo de Voz del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), el estado de ánimo tiene una gran influencia sobre la sonoridad de la voz. “A través de ella pueden expresarse infinitud de emociones, por ejemplo, si estamos alegres el tono de la voz es alto y el ritmo con el que se transmiten las palabras es más rápido. Sin embargo, si estamos tristes la voz que emitimos suele manifestarse en un tono grave, monótono, con un ritmo de habla más pausado y con una intensidad débil, en ocasiones, incluso titubeante. Estas variaciones en los diferentes parámetros que configuran la voz (tono, el timbre, la intensidad, el ritmo) se alteran debido a la influencia que, nuestro estado de ánimo tiene sobre la biomecánica del aparato respiratorio y fonador”, nos dice.

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Así, en opinión de la experta, cuando estamos bajos de ánimo, nuestro tono de voz puede ser una señal. “La voz que se proyecta cuando estamos apagados, tristes… posee características sonoras diferentes a las que transmitimos cuando nuestro estado de ánimo es distinto. La voz de una persona con depresión o con otro estado similar puede ser una señal de alerta a tener presente pero no es determinante para pensar que una persona puede padecer cualquier tipo de alteración a nivel emocional”, nos explica.

Como afectan las emociones (positivas y negativas) a nuestra voz

“Tanto las emociones positivas como las negativas influyen en nuestra voz. Como refieren en sus investigaciones autores como Kotby, Baraka, El Sady, Ghanem y Shoeib (2003) muchos trastornos de la voz surgen de problemas emocionales. Las emociones que experimentamos pueden desencadenar diferentes reacciones fisiológicas, por ejemplo, cuando nos encontramos ante una situación que nos genera angustia, miedo… el cuerpo reacciona rápidamente como respuesta a ese estado emocional, preparándose para la acción y produciendo cambios físicos. Algunos como el aumento de la tensión muscular, temblores, el aumento de la frecuencia cardiaca o respiratoria, sensación de sequedad en la boca…, estas reacciones pueden repercutir directamente sobre la fonación, alterando la coordinación y precisión que a nivel neurofisiológico precisa la producción de la voz”, apunta la experta.

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Una relación que se está estudiando

Le preguntamos a la experta sobre los estudios que se están llevando a cabo acerca de las características vocales que pueden ser indicativas de depresión. Y nos explica que la voz puede aportar mucha información, a través del análisis y del estudio de los diferentes parámetros que configuran su sonoridad. “En los últimos años han aumentado las investigaciones, debido al interés que suscita como medio de expresión de las emociones y también como medio de detección de problemas de salud. En la actualidad existen diferentes investigaciones en curso, e incluso se está desarrollando software que, por medio de algoritmos informáticos permitan captar y cuantificar diferencias en el tono, que un ser humano podría pasar por alto y que permitirían identificar características vocales indicativas de depresión, estrés o ansiedad. Algunas de las startups de tecnología de la salud, que se están desarrollando en torno a esta tecnología son Ellipsis Health, Winter Light Labs o Kintsugi”, nos explica.

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 ¿Qué es el llamado estrés vocal?

Como nos ha explicado la experta, las emociones pueden influir en la biomecánica respiratoria y fonatoria, es decir, pueden producirse alteraciones en el modo respiratorio debido a la tensión muscular ejercida y a la dificultad para la gestión del aire durante el habla, dando lugar a una incoordinación de la fono-respiración, lo que se puede traducir en una voz más entrecortada, pausada o de intensidad débil. También el estado de ánimo puede actuar sobre la tensión laríngea debido al sobreesfuerzo que directa o indirectamente la persona ejerce en la musculatura. “Cuando acontece este tipo de estrés vocal la voz suena más fatigada, tensa o jadeante. Estas alteraciones a nivel fisiológico pueden dar lugar a disfonías de tipo orgánico o funcional. Las de tipo orgánico se caracterizan por presentar una lesión orgánica y pueden estar causadas por un mal uso o abuso vocal y las de tipo funcional, presentan tensión tanto en la musculatura extrínseca como intrínseca de la laringe con ausencia de lesión orgánica y están relacionadas con un inadecuado acto vocal. En muchos casos, las patologías orgánicas derivan de una disfonía funcional que no ha sido tratada”, nos explica.

¿Cuesta darse cuenta de que la voz cambia?

Los expertos afirman que las personas con depresión no suelen ser conscientes de los cambios que se producen en su voz, ¿cuál es el motivo? “Los pacientes que sufren disfonías por causa psicógena normalmente no son conscientes de estos cambios en su voz, ya que no suelen asociar estas alteraciones con el momento emocional en el que se encuentran”, nos comenta la logopeda.

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La importancia de acudir al logopeda

Hay que recurrir, en estos casos, a la figura del logopeda. ¿Cómo puede ayudar este especialista a un paciente con depresión? “En primer lugar, es fundamental realizar una adecuada evaluación de la voz y de la causa emocional subyacente al problema. Los datos obtenidos de estas pruebas de valoración aportan información esencial para el planteamiento de los objetivos de trabajo durante la terapia logopédica. Existen diferentes ejercicios y técnicas de reeducación vocal específicos para el tratamiento de las disfonías por causa psicógena. Basándonos en los resultados de una evaluación previa y del trabajo coordinado con el resto de los profesionales intervinientes en el tratamiento (otorrinolaringólogos, psicólogos, psiquiatras), se decide qué tipo de técnicas o ejercicios son más apropiadas para cada caso”, concluye la experta.

Referencias

  • Kingson, J. A. (2022, 20 octubre). «Voice biomarker» tech analyzes your voice for signs of depression. Axios. https://www.axios.com/2022/10/20/voice-biomarkers-depression-anxietyai-telehealth
  • Kotby MN, Baraka M, El Sady SR, Ghanem M, Shoeib R. Psychogenic stress as a possible etiological factor in non-organic dysphonia. Int CongrSer. 2003;1240: 1251–1256.
  • Martinez, C. C., & Cassol, M. (2015). Measurement of Voice Quality, Anxiety and Depression Symptoms After Speech Therapy. Journal of Voice, 29(4), 446-449.