Curar el dolor de espalda con patata cruda (y otros bulos de 'whatsapp' que no deberías creerte)

Las noticias falsas sobre salud y nutrición están a la orden del día. ¿Quieres saber cuáles son algunos de los bulos sobre alimentos que corren por internet?

Por J.G.

¿Quién no ha recibido el típico mensaje alertándonos de los peligros de un determinado alimento -‘¡Cuidado, los edulcorantes provocan cáncer!’- o, al contrario, sobre sus propiedades milagrosas hasta el punto de querer convencernos de que las patatas de McDonalds podría ser la nueva solución para la calvicie?

Si eres de los que se cree todo lo que lee en internet, deberías reflexionar seriamente sobre lo que has aprendido últimamente. Más ahora en los tiempos de las fakes news (noticias falsas) y las redes sociales, que se han convertido en el caldo de cultivo perfecto para que te la cuelen con informaciones poco rigurosas o, directamente, inciertas. Sobre todo aquellas noticias relacionadas con la salud, donde se detectan el 30% de los bulos que circulan por la red, según un informe. Es por ello que la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES), junto con profesionales sanitarios de todos los ámbitos, ha puesto en marcha la plataforma digital ‘Salud sin bulos’ para desmentir y combatir las noticias falsas en internet.

Bulos sobre alimentos

Uno de los temas más recurrentes en las redes sociales son las informaciones sobre nutrición y, sobre todo, las supuestas propiedades ‘milagrosas’ que se le atribuyen a determinados alimentos. La sal del Himalaya para dormir bien; el zumo de limón en ayunas como remedio para adelgazar; el zumo de patata cruda para el dolor de espalda… Ana Márquez Guerrero, dietista-dutricionista de Nutrisana y experta de Doctoralia.es, nos alerta de los principales bulos que podemos encontrar sobre alimentación.

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  • El zumo de patata cruda que ‘supuestamente’ cura el dolor de espalda. Si te ha llegado un vídeo que habla de los beneficios del zumo de patata crudo tomado en ayunas para acabar con el dolor de espalda de origen intestinal, ¡no te lo creas, es un bulo! En el vídeo, se recomienda tomar 200 ml de este zumo a diario durante al menos nueve días para solucionar esas molestias físicas. Pero, nada más lejos de la realidad. “Desgraciadamente no existe evidencia científica sobre efectos de alimentos que nos elimine un dolor de espalda. Es cierto que algunos pueden tener ciertas capacidades antiinflamatorias, pero queda lejos de evitar una lumbalgia. Hay dolores causados por pinzamientos, lesiones, roturas musculares… y, por desgracia, es imposible solucionarlo con un plato con unos ingredientes determinados”. Además, tal y como apuntan desde Salud sin bulos, el ‘supuesto experto’ del vídeo “usa argumentos de ‘a mí me funciona’ sin presentar ningún tipo de evidencia científica al respecto (‘se lo he mandado cientos de pacientes’). Esto ya ha de hacernos sospechar de la fiabilidad de lo que nos cuenta”.
  • El zumo de limón en ayunas para quemar grasa, ¡mentira! Este es uno de los mitos clásicos que durante años mucha gente ha creído como cierto. Y es que al hecho de tomar zumo de limón disuelto en agua tibia por las mañanas, se le han atribuido una serie de beneficios para la salud, resaltando sobre todo sus efectos adelgazantes, que son excesivos y generan falsas expectativas. “El limón es una fruta cítrica y no tiene capacidad para poner en marcha mecanismos y rutas metabólicas para combustionar reservas de masa grasa. Estudios recientes nos hablan de mecanismos compensatorios muy complejos que dificultan el uso de dichas reservas. Podemos tomar zumo de limón porque nos gusta, nos resulte refrescante… pero no deberíamos darle más propiedades de las que tiene y entre ellas no está la de combustionar grasa”, explica la dietista-nutricionista Ana Márquez Guerrero.
  • ¿El café provoca hipertensión? Una de las mayores controversias en torno al consumo de café es si puede provocar que una persona se vuelva hipertensa, algo que desde la plataforma Salud Sin Bulos desmienten. Aunque, si bien debemos hacer un uso responsable (hasta 3-4 tazas al día –según concentración- en adultos), también tiene muchos beneficios para nuestra salud. “El café es un estimulante del sistema nervioso central y, como tal, nos ayuda a concentrarnos mejor y a aliviar el cansancio. El café se ha relacionado con beneficios para la salud. En algunos estudios hablan de su capacidad diurética o para aliviar algunos dolores de cabeza. El consumo de café podría disminuir el riesgo de algunas patologías cardiacas, de diabetes tipo II o algún tipo de enfermedad hepática. Cada persona tiene un nivel de tolerancia específico a la cafeína. De este modo podemos encontrar personas que son muy sensibles a la cafeína y su efecto en el organismo es importante, incluso contraproducente por el nivel de excitación al que se somete su sistema nervioso. En estos casos puede resultar poco recomendable consumirlo dado el malestar que genera”, explica la experta de Doctoralia. Pero, en ningún caso, el consumo de café puede provocar hipertensión: “la cafeína produce un aumento de la tensión arterial y de la frecuencia cardiaca pero sólo de forma ligera y sobre todo transitoria”.
  • No, los ajos ‘low cost’ no son nocivos para la salud. En un artículo que se puede leer en internet se afirma que los ajos de procedencia china son nocivos para la salud, y provocan trastornos nerviosos, cardiacos y respiratorios. Claramente, se trata de una información alarmista; ya que, aunque este tipo de productos no destaquen por su calidad y tengan un bajo coste de producción, no por ello son peligrosos. “Uno de los términos que empleo como dietistas-nutricionista al hablarle a mis pacientes sobre alimentación y organización de menús, es el de ‘sostenibilidad alimentaria’ para hacer menús de cercanía y respetuosos. Nada que ver con unos ajos comprados muy lejos de nuestro país ya que, por otra parte, tiene una larga tradición de cultivo y uso alimentario del ajo en nuestra dieta mediterránea”.
  • La dieta paleolítica: los riesgos de comer como los cavernícolas. Esta dieta que se ha popularizado en los últimos años nos invita a seguir una alimentación como la que llevaban nuestros ancestros: rica en carne, huevos, nueces, raíces, frutas y verduras frescas; pero excluyendo los cereales, las legumbres, los productos lácteos y los azúcares refinados. “A veces en la alimentación aparecen modas en las que se demonizan alimentos y se ensalzan otros. En esta dieta hay elementos positivos como el consumo de frutas y verduras, pero que demoniza el empleo de cereales ‘supuestamente’ avalado por una historia ancestral. En la actualidad no demonizamos los cereales. Recordamos la importancia de usar los integrales y en la cantidad que cada persona necesite según su necesidades personales, físicas y fisiológicas. Los cereales sin azúcares añadidos ni grasas de mala calidad no tienen por qué dañar la salud si se consumen ajustados a las necesidades de cada persona”, concluye la experta.

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