Unos dulces tan bonitos por fuera como sabrosos cuando les hincamos el diente. Son perfectos para pasar un rato entretenido en la cocina y para seducir el paladar de todos los 'chocolate lovers'.
- 120 g de Harina
- 90 g de Azúcar blanca
- 75 g de Mantequilla
- 1 Huevo
- 80 ml de Leche
- 1 cucharadita de Levadura
- 1 cucharadita de Esencia de vainilla
- 100 g de Chocolate negro
- 75 g de Frutos secos al gusto (nueces, avellanas, avellanas...)
- 3 láminas de Pasta filo
- 1 cucharada de Azúcar glas para decorar
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1.
Precalentar el horno a 175°.
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2.
En un cuenco grande, batir el huevo con el azúcar hasta conseguir una mezcla espumosa.
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3.
Añadir la leche, la mantequilla y la esencia de vainilla.
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4.
Sumar la harina y la levadura tamizadas y mezclar hasta que no haya ningún grumo.
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5.
Verter en un molde engrasado de unos 20 x 25 cm y hornear 30 min o hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo este salga seco. Dejar que se enfríe.
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6.
Derretir el chocolate al baño maría y dejarlo templarse.
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7.
Desmigar el bizcocho, añadirlo al chocolate y sumar los frutos secos picaditos.
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8.
Formar bolitas y reservarlas en la nevera.
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9.
Mientras, cortar cada lámina de pasta filo en rectángulos.
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10.
Sacar las bolitas y envolver cada una en un rectángulo, como si fueran caramelos.
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11.
Hornear 5 min o hasta que la pasta comience a dorarse.
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12.
Servirlos espolvoreados con azúcar glas.
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