Los champiñones han estado vinculados, desde los tiempos de algunas culturas milenarias como la egipcia o la romana, a la salud, la fertilidad y la eternidad. En países como China o la India llevan siglos utilizándolos en infusiones y, en la actualidad, no solo en el mundo asiático, sino también en el occidental, se le ha caracterizado como superalimento.

En nuestra cocina, sin embargo, siempre los hemos relegado a un segundo plano: guarnición de otros platos que actúan como principal o, en crudo, para nuestras ensaladas. Sin embargo, es un ingrediente muy nutritivo, con muchos beneficios para nuestra salud -destacan su poder antioxidante y su alto contenido en ergotioneína, un aminoácido de origen vegetal que puede reforzar nuestro sistema inmunitario- que podemos integrar en un sinfín de recetas. Entre ellas, este sorprendente café de champiñones que se ha convertido en una de las últimas tendencias en Estados Unidos.

Del mismo modo que ocurrió con otras propuestas como el kale o la quinoa, que nos llevaron a comprobar una versatilidad en la cocina que desconocíamos, los champiñones vienen pisando fuerte y asegurando que, no solo debemos contar con ellos para nuestras recetas saladas, sino también para las dulces; sobre todo, aquellas que lleven chocolate, café o canela. Y, en un buen café de champiñones, pueden convivir todos ellos. Es el último grito gastro en ciudades como Los Ángeles y Nueva York y nos hacen pensar que una dura competencia le ha salido al Dalgona Coffee y el Cúrcuma Latte, dos de las últimas tendencias gourmet en taza.

¿Qué es el café de champiñones y dónde surge?

No es, ni más ni menos, que un café al que añadimos polvo de champiñones y que da como resultado una bebida con muchos minerales, vitaminas y que, además, está bien rica. Puedes utilizar este tipo de setas, aunque también es muy usual ver variaciones de este café hechas con setas shiitake, trompetas de la muerte o champiñones chaga (un hongo que se comercializa directamente en forma de polvo).

En un principio, los champiñones empezaron formando parte de las infusiones que muchas de las cafeterías más hipster de Estados Unidos confeccionaban para un take away nutritivo y diferente. Sin embargo, la compañía Four Sigmatic decidió desarrollar toda una gama de productos en torno a este ingrediente (setas, hongos y champiñones), mezclándolo, no solo con hojas de té, sino también con café o cacao. Su comercialización en cápsulas y sobres se extendió por las playas de Malibú y de ahí al resto de ciudades en Occidente. El primero en llegar fue un paquete de café 100% Arábica con champiñones y setas que, aseguraron en su momento, nos ayudaban a regular el azúcar en sangre y activar tu metabolismo. Una buena dosis de energía, debido también a su carga en cafeína, que fue todo un éxito y que ya se reinventa para convertirse en la bebida del próximo otoño.

La receta básica del café de champiñones

En primer lugar, y antes de contarte cómo hacerlo, tienes que saber que los champiñones que utilizamos no son frescos, sino en formato deshidratado o en polvo, una manera mucho más sencilla de conseguir integrarlos en nuestra bebida. Y sí, es un producto aún complicado de encontrar en nuestros supermercados, por lo que, como segunda opción, siempre puedes elaborarlo en casa triturando champiñones secos (o cualquier otra variedad de setas) hasta conseguir una especie de harina, pero un poco más oscura.

Si lo haces de esta forma, habrás conseguido un ingrediente perfecto para tus salsas, sofritos y sopas; además del café de champiñones que vamos a enseñarte a elaborar a continuación. Una bebida en alza, como lo empieza a ser también el batido de champiñones, que (más o menos) sigue la misma operación, pero mezclando el polvo de champiñones con frutas frescas, un poco de chocolate y, sobre todo, haciendo uso de plátanos maduros.

Paso a paso: café de champiñones

Con leche de almendras o cualquier otra bebida vegetal (hemos elegido esta por su toque dulce y su cuerpo), te enseñamos a preparar un delicioso café de champiñones para empezar con energía cualquier día.