La mochila de la princesa Leonor para sobrevivir

Descubrimos todo lo que debe llevar la Princesa de Asturias para realizar las maniobras a campo abierto

Princesa Leonor militar

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Ha llegado el momento. Camino de cumplir seis meses en la Academia Militar de Zaragoza, la princesa Leonor iniciaba el pasado sábado, tres de febrero, una nueva etapa. Está realizando, junto a sus compañeros de segundo curso, maniobras a campo abierto. Es parte de la formación del combatiente -que comenzó el curso anterior-, los cadetes se adiestran en pequeñas unidades -actualmente en unidades de pelotón- aprendiendo a ejercer el mando a los propios compañeros.


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En dichos ejercicios, la situación táctica se caracteriza por ser de alta intensidad, tener pocas pausas en las operaciones y no existir cadena de suministro, lo que conlleva que el cadete se enfrenta a las duras pruebas sin ningún tipo de apoyo externo y por ello, debe estar perfectamente equipado.

HO4150 PRINCESA LEONOR DESAFÍOS©Casa de S.M. El Rey
HO4150 PRINCESA LEONOR DESAFÍOS©Casa de S.M. El Rey

Leonor y sus compañeros van vestidos con un solo uniforme boscoso pixelado, llevan casco y van calzados con botas tácticas además del armamento reglamentario. También cargan sobre sus hombros una mochila táctica que contiene todo lo necesario para su supervivencia. Ropa de abrigo y de repuesto, raciones alimenticias, material sanitario y aseo y el equipo para dormir al raso.


En lo referente a la ropa, llevan un forro polar, gorro, guantes, braga de lana, mudas y sobre todo calcetines. El cuidado de los pies es esencial en los ejercicios al aire libre de gran exigencia, ya que, si no están protegidos adecuadamente, las llagas y laceraciones pueden ser una tortura para los alumnos.


Además de la ropa, llevan un neceser de maniobras que se les entrega a principio de curso y las raciones de previsión que cada una contiene cinco paquetes: desayuno, almuerzo, cena y dos de pan-galleta de 100 gr. que varían según el menú -hay 32 diferentes distribuidos en cuatro grupos en función de las cuatro estaciones, cada uno con 3.000 calorías al día-, que está regulado por el Manual Técnico de Alimentación en el Ejército de Tierra.

Leonor HOLA 4145©Casa de S.M. el Rey

Sirva como ejemplo uno de ellos. El desayuno consiste en un sobre de cacao en polvo, un tubo de leche condensada, un sobre de cereales con frutas y miel, un paquete de galletas dulces y una chocolatina. El del almuerzo contiene un sobre de sopa de pollo con pasta, una lata de lentejas con chorizo y tocino, una lata de caballa en aceite y una tarrina de crema de manzana. La cena se compone de un sobre de sopa de verduras, una lata de salchichas con tomate, una lata de pulpo al ajillo, una lata de melocotón en almíbar y una lata de paté además se acompañará de dos paquetes de pan galleta de 100 gr.


Todo rota y a la cadete Borbón Ortiz le puede tocar desde una ensalada campera a una ración de callos, lentejas o alubias, y la princesa lo celebrará porque no tiene alergias alimentarias y, por supuesto, porque come mucho mejor que en el colegio de Gales. Ya lo dijo el Rey: “lo que más echa de menos es la comida española”.

Leonor HOLA 4145©FRANCISCO GOMEZ

Además, en las raciones de campaña no falta el hornillo para calentar la comida que se enciende con pastillas de combustible sólido que también llevan en la mochila junto con las cerillas; la cantimplora, una linterna, las tabletas depuradoras de agua, pastillas hidratantes, defatigantes y de Vitamina C, un sobre desinfectante de manos y un abrelatas. Sin olvidar el equipo necesario para pasar una noche al raso, a veces con temperaturas bajo cero y lloviendo.

Pero preparados mentalmente para lo que venga, los cadetes usan una plancheta para aislarse del suelo, saco de dormir y un poncho impermeable que se amarra con cuerdas al suelo y sirve también de techo, cuando no disponen de tienda de campaña. Es lo que se llama un ‘refugio de circunstancias’ y cuando se desmonta no puede quedar nada de suciedad. Todos los desperdicios se guardan en la mochila para cumplir con la gestión de residuos y también por razones tácticas: un buen combatiente no debe dejar rastros de su presencia en zona hostil.


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