Las mil y una 'profesiones' de Miguel y Mateo, hijos de Ana Boyer y Feranando Verdasco, en su última escapada familiar

El matrimonio no descarta convertir a sus niños en hermanos mayores y formar una familia numerosa

Por Belén Nava M.

Ana Boyer y Fernando Verdasco son unos auténticos trotamundos. Debido a los compromisos profesionales del tenista, tienen su residencia fijada en Doha, visitan siempre que pueden a la familia en Madrid y viven con una maleta a cuestas ya que sus desplazamientos a lo largo y ancho del mapa son constantes. Desde que sus hijos Miguel y Mateo llegaron al mundo en 2019 y 2020 respectivamente, los niños se han sumado a estos viajes y están completamente acostumbrados a conocer mundo. El último destino ha sido Dinamarca, donde los pequeños se han convertido en los grandes protagonistas por sus 'mil y un trabajos'.

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El matrimonio y sus niños han estado en Copenhague, donde han visitado los principales puntos turísticos como la escultura de la sirenita, el Nyhavn (paseo marítimo) y los jardines del Tívoli, uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo. En estas instalaciones inauguradas en 1843, Miguel y Mateo han usado un mapa para no perderse ninguno de los puntos del recinto y han quedado fascinados con su particular tiovivo, lleno de animales como caballos y jirafas bajo un cuelo estrellado.

Los nietos de Isabel Preysler han demostrado que se atreven con todo y son imparables. Durante su estancia en el país nórdico se han atrevido a ponerse al timón de una embarcación. Los simpáticos capitanes Miguel y Mateo disfrutaron en un simulador lleno de pantallas que les permitía conducir un yate. Además, lo hicieron juntos e inseparables, demostrando una vez más el gran equipo que forman y vestidos con una camisa de cuadros idéntica. Mientras que el mayor se encargaba de marcar la dirección, el pequeño manejaba la palanca de cambio.

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Los ahijados de Tamara Falcó, en cuya boda con Íñigo Onieva celebrada el 8 de junio ejercieron de pajes, se animaron a probar cómo es un día en las obras. Los pequeños, con chalecos naranja reflectante sobre su ropa, se divirtieron llevando una carretilla verde llena de pelotas que condujeron con maestría por rampas de diferentes alturas y pendientes. Además, Miguel también usó un casco amarillo.

Su deseo de seguir ampliando la familia

Su escasa diferencia de edad permite a los hijos de Ana y Fernando crecer juntos y compartir muchos juegos. A pesar de que se entienden a la perfección, su madre explicaba en ¡HOLA! que el carácter de los niños es muy diferente: "Miguel y Mateo son totalmente distintos en cuanto a su personalidad. Creo que cada uno tiene una mezcla de cosas nuestras y no sabría decirte claramente si se parecen más a uno". Además, no descartan formar una familia numerosa y tener una niña, pero su principal deseo es que sus hijos estén sanos y con salud.