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Dani Alves ingresaba en la cárcel el pasado viernes a última hora de la tarde, lugar donde pasó una primera noche en la que se habría mostrado cabizbajo, desubicado y anímicamente muy tocado. El futbolista fue trasladado en furgón policial a la prisión de Brians 1, ubicada en Sant Esteve de Sesrovires a unos 36 kilómetros de Barcelona. Dentro del pabellón, le esperaban el jefe de servicio y el responsable de incidencias para controlar todo el proceso inicial que recibe cualquier recluso en su misma situación.
Prisión provisional sin fianza para el futbolista Dani Alves
El jugador pasó por un examen y reconocimiento médico, después le tomaron la huella dactilar y por último la fotografía para su expediente. No se hizo nada fuera de lo común ni recibió un trato diferente al de los otros hombres que entraron también ese día en dicho centro penintenciario, tal y como apunta La Vanguardia. El exjugador del FC Barcelona se encuentra en una celda individual por razones de seguridad que tiene una ventana al exterior, cama, pupitre, ducha y retrete. No tiene acceso a teléfono ni internet en el complejo y tampoco saldrá de momento al patio con otros presos.
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Como a los demás, se le hizo entrega de una tarjeta económica de uso único en el centro con la que puede comprar algunos de los productos de las máquinas que hay en el pabellón de ingresos, como café, pastas o chocolate. Dani Alves llegó a prisión con la misma ropa con la que había sido detenido a primera hora de la mañana y aceptó el lote penitenciario que le ofrecieron, si bien apenas articulaba palabra y estuvo muy callado la mayor parte del tiempo.
En sus primeras horas, el internacional con la selección brasileña apenas probó bocado y se fue a dormir casi sin cenar tras ingerir solo una pieza de fruta. El médico le ofreció una pastilla para dormir, pero no la quiso. Los funcionarios pusieron a su disposición un libro para distraerse y le entregaron una botella de agua. También le dieron la posibilidad de hacer la llamada a la que tiene derecho, algo que este declinó porque aseguraba no recordar ningún número, explican.
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El futbolista de 39 años permanece en prisión provisional sin fianza acusado de presunta agresión sexual y ha dado tres versiones diferentes de los hechos que se le imputan. A principo lo negó todo y dijo que no la conocía de nada, después contó que estaba en el lavabo de la discoteca Sutton y entró la chica, y luego afirmó que fue esta la que se abalanzó sobre él para mantener relaciones consentidas. Lo último en este aspecto es que el jugador habría pedido hacer una nueva declaración para corregir sus testimonio ante la jueza que dictó cárcel contra él.
Al mismo tiempo, la joven que le denunció habría rechazado percibir una indemnización económica por parte de Dani Alves, ya que ella considera que eso menoscabaría la veracidad del relato que ha expuesto. La noticia de impacto está provocando un sinfín de reacciones, entre ellas la de la mujer del jugador, Joana Sanz. "He perdido a los únicos pilares de mi vida", ha lamentado la esposa del futbolista al hablar de la situación por la que que atraviesa.
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Explica la modelo que "mi madre ha fallecido hace una semana y apenas he empezado a asumir que ya no está", pérdida que se une al encarcelamiento de su marido. Por su parte, el que fuera compañero de Dani Alves durante mucho tiempo en el Barça y su entrenador en esta última etapa, Xavi Hernández, dijo estar "sorprendido, impactado y un poco en shock", respondía en rueda de prensa tras ser preguntado por este asunto. "La justicia dictará lo que sea", apostillaba.
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