Tras las polémicas fotografías y después de su encuentro en Ginebra

EXCLUSIVA: La reunión secreta de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en Barcelona

Los dos llegaron el viernes a la Ciudad Condal. La hermana del Rey viajó desde Ginebra junto a su hija, Irene, quien disfruta esta semana de sus vacaciones de invierno

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La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín se reunieron en secreto el pasado fin de semana. Puede que haya terminado el tiempo de reflexión, pero también es posible que sea un nuevo alto en el camino mientras siguen meditando sobre el futuro de su matrimonio.

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Tres semanas después de su encuentro en Ginebra, los dos llegaban el viernes día 11 de febrero a Barcelona. La ciudad en la que vivieron sus años más felices y por la que todavía se paseaban de la mano en octu­bre y noviembre. La infanta desde Ginebra y junto a su hija, Irene, que no tiene clases estos días —es semana blanca en el colegio—, e Iñaki desde Vitoria, donde se ‘despidió’ por unas horas de la ciudad dando un paseo con su madre.

La infanta Cristina llevaba muchos días queriendo ver a Pablo, el único de los cuatro hermanos con el que no se había encontrado desde que saltaron las fotos más polémicas de su marido… El hijo que ha tenido que hacer de portavoz de la familia encarando micrófonos y cámaras, mientras a dos manos seguía con sus estudios y sus entrenamientos y partidos de balonmano.

Cita pendiente

También Iñaki tenía una cita pendiente con su seguidor en la carrera deportiva. Fueron sus imágenes junto a Ainhoa Armentia, su compañera de trabajo, las que lo pusieron en la diana para hablar de los asuntos familiares. El que tuvo que pronunciar las primeras palabras en pleno tsunami haciendo famosa la frase: “Cosas que pasan”.

Pablo acababa de regresar de Segovia, donde disputó un partido y recibió el ánimo y un abrazo de su hermano Juan, pero ya estaba listo para cumplir con sus compromisos profesionales. Y seguro que muy ilusionado ante las reuniones familiares.

Y fue el sábado cuando se vieron los primeros movimientos. Los fotógrafos que casi lo logran informaron de que la hermana del Rey se refugió en la zona de Pedralbes y que su marido habría optado por la casa de su hermana mayor, Ana Urdangarín, quien, después de años, ya no tiene el mismo domicilio. También que Iñaki, aunque no se bajó del coche, se reencontró con su hijo (a su vez, según la información de diferentes testigos) a las puertas de la Masía del Barça y a pocas horas de un partido decisivo… Pero fue imposible seguir sus pasos y mucho menos conseguir imágenes de su encuentro, debido a las maniobras de despiste que ejecutaron los escoltas del exduque.

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Iñaki paseando de la mano con su madre y llevando su bicicleta con la otra, horas antes de viajar a Barcelona, donde volvería encontrarse con su mujer y vería, al menos, a dos de sus hijos, Pablo e Irene.

“Prefiero no comentar”

Tampoco Pablo, el que nunca esquiva las preguntas y contesta a todo con sinceridad, quiso decir nada cuando, a su llegada al pabellón, volvió a encontrarse con las cámaras y todas las preguntas: “Sabemos que te has reunido con tu padre. ¿Qué tal? ¿Cómo está? ¿Te ha dado las explicaciones oportunas? ¿Qué tal ha ido el encuentro?”… Silencio, silencio, silencio… “Prefiero no comentar, gracias”. Y, finalmente, hablando de depor­te, añadía que, frente al siguiente partido de balonmano, estaba deseando jugarlo “con ganas” y que “todos los partidos son importantes”.

Los cuatro hermanos tienen devoción por su padre, aunque, según fuentes cercanas a la hermana del Rey, sufren por doña Cristina. La madre que ha tirado de la familia contra viento y marea sin rendirse nunca y ahora está destrozada.

Último paseo con su madre antes de volver a ver a su mujer: Claire Liaebert, el amor incondicional de Iñaki, no le suelta la mano y no lo deja solo

Ellos, Juan Valentín (veintidós años), Pablo Nicolás (veintiuno), Miguel (diecinueve) e Irene (dieciséis) también pensaban que podrían retomar el tiempo donde lo dejaron. No solo la infanta se las prometía felices. Sus hijos también tenían en el horizonte el regreso de su padre a Suiza y que pudiera terminar de cumplir la pena (9 de abril de 2024) en Ginebra. El futuro los sonreía después de tantos años de ‘bajada a los infiernos’ y era una tranquilidad para los mayores, que iban viendo cómo su madre estaba cada vez más sola y con Irene ya a menos de dos años de empezar la universidad, también lejos de casa. Pero, ahora, todo está en juego.

San Valentín en Barcelona

Al cierre de esta edición (14 de febrero) y no habiendo acudido el pasado lunes a trabajar al despacho, Iñaki Urdangarín continuaría en Barcelona y rodeado de incógnitas. ¿Es el final o habrán dado el paso de la recon­ciliación celebrando juntos el día de San Valentín?

En la primera semana de febrero, doña Cristina viajó a Emiratos Árabes Unidos para reunirse con su padre en Abu Dabi. Se trataba de una visita relámpago —menos de setenta y dos horas juntos—, pero necesitaba el abrazo y el consejo del Rey do Juan Carlos antes de tomar la decisión final. Lo hizo y después, desde el día 6, volvió a encerrarse en su casa de Ginebra. Lejos de su país y de los suyos, resolviendo sola su destino, aunque tenga todo el amor de sus hijos, y a la espera de viajar a Barcelona. Y, ahora, aprovechando esta visita y que Irene no tiene colegio, es muy posible que la infanta se acerque a Madrid para cerrar el círculo familiar y ver a su madre, la Reina doña Sofía, y a doña Elena, con las que todavía no se ha encontrado.

Tiene cincuenta y seis años, cuatro hijos y tendrá que levantar su vida de nuevo. Su matrimonio irrompible e inquebrantable ha sido tocado. Según nuestras fuentes, las fotos de Iñaki en actitud cariñosa con Ainhoa Armentia son el punto final. La infanta podría perdonarle de corazón, pero difícilmente de manera pública… Puede que haya llegado el tiempo de mirar al presente cada uno por su lado. Puede que también Iñaki quiera dejar atrás el pasado.

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La infanta Cristina y su marido paseando, también de la mano, el pasado mes de octubre, en Barcelona. Para entonces, el exduque ya habría empezado su relación con Ainhoa Armentia.

No suelta su mano

El exduque parece haber hecho su apuesta y esta pasaría por su familia. La piña que se turna para acompañarlo a todas horas y siempre con su madre a su lado.

Claire Liebaert es su escudo. Se ve, una vez más, en las imágenes que ¡HOLA! publica en exclusiva. Cogidos de la mano —Urdangarín lleva con la otra su bicicleta— y unidísimos a pesar de las adversidades. La madre que se quedó viuda, hace casi diez años, de Juan María Urdangarín, después de cincuenta y cuatro de matrimonio, le demuestra cada día de la semana su amor incondicional, además de ofrecer la imagen de la unión y de la fuerza.

Nació el 16 de julio de 1935, en Amberes (Bélgica), y, a sus ochenta y seis años, es una mujer con enorme coraje y entereza que no suelta la mano de su hijo mientras pasean juntos, horas antes de que Iñaki fuera también al encuentro del destino de su matrimonio. En Barcelona empezó su vida en común y, camino de celebrar sus bodas de plata, puede que haya sido la ciudad elegida para poner fin a su matrimonio. Pero, como dijo Pablo en su primera intervención: “Nos vamos a querer igual… Tampoco va a cambiar nada”.

Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin HOLA 4047©GettyImages
Una imagen del templo de la Sagrada Familia.