La trágica muerte de su hija Coral, el duro golpe que marcó a Concha Márquez Piquer

La segunda hija de la cantante y Curro Romero falleció a los 19 años en un accidente de tráfico en EE.UU.

Por hola.com

La vida de Concha Márquez Piquer, fallecida este lunes a los 75 años, quedó marcada para siempre el 2 noviembre de 1986 cuando su hija Coral, fruto de su matrimonio con Curro Romero, murió en un accidente de tráfico a los 19 años. La hija pequeña de la expareja viajaba en un coche desde Nueva York a Nueva Orleans con otros dos jóvenes, David Gutiérrez y Catherine Vespo, cuando a las afueras de Greenville, Tennessee, el vehículo se salió de la carretera y dio varias vueltas de campana. Coral, que viajaba en el asiento del copiloto, falleció en el acto dejando a su madre sumida en un profundo dolor que le hizo incluso pensar en acabar con su vida, tal y como llegó a confesar años más tarde. Los otros dos ocupantes sobrevivieron.

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Concha Márquez Piquer aseguraba que había intuido que el viaje de su hija a Estados Unidos para perfeccionar su inglés acabaría en tragedia e intentó, sin éxito, que no lo realizara. Estaba segura de que Coral no regresaría. De hecho, cuando una persona se personó en su domicilio para comunicarle la trágica noticia, la cantante no se sorprendió y pidió a su marido, Ramiro Oliveros, que abriera una botella de champán. Con una copa en la mano y alzándola al cielo le dirigió a Dios las siguientes palabras: "Si piensas que por esto voy a dejar de creer te equivocas, pero entenderte no te entiendo", según recordaba en la presentación de su libro Memorias de Concha Márquez Piquer: yo misma.

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Antes de viajar a Estados Unidos, donde tristemente encontró la muerte, Coral había comenzado su carrera musical como vocalista en el grupo Avenida pasión, con quien estrenó meses antes el trabajo Hermosas despedidas. Seguía así los pasos de su abuela, Concha Piquer, y de su madre, pero en lugar copla, como su familia, se decantó por el rock melódico. Su hermana mayor, Conchita, aseguró en el programa Lazos de sangre, que fue una sorpresa para todos descubrir la increíble voz de Coral a la que nunca había oído cantar en casa. Su primer álbum consiguió un notable éxito y la hija de Curro Romero decidió cruzar el Atlántico para mejorar su inglés y así poder interpretar canciones en dicho idioma. 

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La ausencia de Coral ha marcado a su familia para siempre, tal y como afirmaba su hermana en el citado programa de TVE: "A mí se me fue mi compañera de vida". "Fue una pesadilla interminable porque esa herida siempre estará ahí", añadía también. Tras la tragedia, Concha Márquez Piquer afirmó haber estado sumida en una terrible depresión, pero pudo recuperar la alegría gracias al nacimiento dos años más tarde de su tercera hija, la primera con Ramiro Oliveros, Iris, que aunque no llegó a conocer a su hermana, ha asegurado que siempre la ha tenido muy presente.