Juegos Olímpicos

Los duros momentos de Susina Lee, sustituta de Simone Biles, antes de ganar el oro en Tokio

La deportista es la primera gimnasta con raíces hmong, un pueblo nómada del sur de Asia

Por Adrián López

Simone Biles, de 24 años, una de las mejores gimnastas de la historia, decidió retirarse el pasado 28 de julio de la competición en pleno desarrollo de los Juegos Olímpicos de Tokio por padecer ansiedad durante la final de la prueba por equipos, donde cometió un inesperado error en el primero de los ejercicios. "Tengo que centrarme en mi salud mental", explicó ante el asombro de todos. Tras su salida, de repente las oportunidades de ganar el oro se abrieron paso para Sunisa Lee, la sustituta que se enfrentó a este desafío en el que finalmente ha conseguido el ansiado metal. Se ha convertido así en la primera gimnasta con raíces hmong, un pueblo nómada del sur asiático, y la quinta mujer estadounidense consecutiva en ocupar el primer puesto el pódium de esta disciplina. Y todo ello tras superar duros momentos en sus 18 años de vida.

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¿Puede provocarnos ansiedad la presión externa, como le ha sucedido a Simone Biles?

Su padrastro, quien le acompañaba siempre a todas las competiciones, se quedó inmóvil por culpa de una mala caída de un árbol mientras ayudaba a un vecino, y su tío y su tía fallecieron por la pandemia causada por el coronavirus. Además, Susina tuvo que recuperarse rápidamente semanas antes de los JJ. OO. de una fractura en el pie que puso en peligro su sueño de toda la vida de ganar el oro. Sus progenitores llegaron a Estados Unidos de pequeños procedentes de Laos y pertenecen a la étnia Hmong, un grupo formado principalmente por personas del sudeste asiático y áreas de China que lucharon junto a EEUU en la Guerra de Vietnam. Después de perder la mayor parte de su tierra en la guerra, muchos huyeron a Tailandia como refugiados y a finales de los 70 y 80 la mayoría de ellos se asentaron en el país americano. Así, sus padres se conocieron cuando la gimnasta ya tenía dos años. Yeev Thoj fue madre soltera hasta que se emparejó con John Lee y los dos criaron a la nueva campeona que decidió, siendo adolescente, adoptar el apellido de su padrastro.

"Cuando era más joven siempre estaba saltando y haciendo volteretas. Mi padre me espiaba y ninguno de nosotros sabía lo que estábamos haciendo, pero luego mi madre se puso en contacto con uno de los entrenadores, hice una prueba y con el tiempo pues he acabado aquí", ha confesado en una entrevista para The Auburn Plainsman. La ganadora del oro en Tokio también ha relatado que siempre supo que llegar a la universidad le salvaría la vida (está a punto de graduarse en el instituto), pero tras recibir una beca deportiva se dio cuenta de que su esperanza se podía hacer realidad. De hecho, es tan buena en su disciplina que ha recibido ofertas de casi todos los centros de estudios estadounidenses. "Cuando llegue volveré a divertirme como antes, y gratis", ha explicado al citado medio.

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Todo cambió para ella cuando su padre se quedó parapléjico el día antes de que fuera hacia su primera prueba en el Campeonato Mundial senior de Estados Unidos. Al enterarse quiso dejarlo todo para ayudarlo, pero su progenitor y el entrenador no la dejaron. Tras participar quedó segunda, solo por detrás de Simone Biles, que ha ganado más medallas olímpicas que cualquier otra gimnasta estadounidense de la historia. A pesar de sus logros, ha confesado que jamás se quita de la cabeza el problema familiar y que se eso le ha causado muchos quebraderos de cabeza. "Estar en el gimnasio era literalmente como mi segundo hogar y como el único lugar del que podía alejarme de la realidad", ha relatado. Esta victoria le ha devuelto las ganas y la ilusión. "No digo que no me divierta ahora, pero ser una gimnasta de élite es muy limitado porque siempre estás entrenando y eso es todo en lo que me concentro. Ya no soy como un adolescente normal", ha concluido.