Paula Echevarría se sincera como nunca en sus Memorias de África

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La actriz viajó hasta Kenia con Je­sús Calleja y con Miguel Torres y allí, en medio de la sabana, con sus im­presionantes paisajes como telón de fondo, contó como nunca los capítu­los más importantes de su vida, como la separación de David Bustamante: “Siempre sientes que fracasas en algo, son cosas delicadas. Yo, por lo menos, me casaba para toda la vida, sobre todo, por el hecho de tener una niña...Pero mientras las cosas se hagan de manera civilizada...”, respondía a la pregunta de si su divorcio fue traumático. De aquella época re­cuerda que lo pasó mal por el hura­cán mediático que se formó a su alre­dedor: “Me persiguió lo más grande. He llegado a tener doce coches de­trás de mí haciendo caravana”.

“Siempre sientes que fracasas en algo. Yo me casaba para toda la vida y, sobre todo, por el hecho de tener una niña”

Reconoce que después no tenía ganas de enamorarse: “Me acuerdo que estaba construyéndome la casa y le dije al arquitecto que solo quería un lavabo para mí, que no quería dos en mi dormitorio... Pero las me­jores cosas aparecen cuando no las buscas”, cuenta. Y Miguel, a quien ya conocía de antes, se cruzó en su camino: “Fue él quien me ligó a mí, por supuesto. Nos encontramos un día, empezamos a hablar por teléfono, primero con algún mensaje y luego con llamadas, y así estuvimos como casi tres meses hasta que nos vimos”. Miguel añadía con timidez: “Tuvimos mucho tiempo para cono­cernos antes de estar juntos. Yo me casé, me divorcié y he tenido la suer­te de conocer a Paula, que me ha cambiado la vida positivamente”.

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En cuanto a su futuro juntos, por entonces Paula respondía rotunda que casarse no entra en sus planes: “Los dos pasamos por ello y yo creo que le damos la importancia justa. Una buena convivencia yo creo que es la base de una relación duradera, no el matrimonio”.

Ahora, convertidos en padres de su pequeño Miguel, Jr., que nació el pasado mes de abril, no pueden estar más felices por la familia que han formado. Coincidiendo con la emisión del programa el pasado fin de se­ mana, la pareja fue fotografiada paseando por Madrid con su hijo, en quien están volcados, vi­ viendo con intensidad cada segundo a su lado.

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El sueño de Paula

No solo ha hablado de amor en sus Memo­rias de África, la actriz también reveló que su sueño desde pequeña era ser periodista, su voca­ción por la interpretación llegaría más adelante: “Pero no me dio la nota, era de cinco raspadín... Espero que esto no lo escuche mi hija”.

Sobre su adolescencia, sorprendió contando que dio clases de casi todo: danza, bailes regiona­les... e incluso tocó la gaita con Hevia, pero, como buena Leo, “era cabezota” y lo terminaba dejando porque “pensaba que ya lo sabía todo”.

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También ha recordado sus inicios en televi­sión, en la serie Siete Vías; después, como re­portera, en el programa Emisión imposible, y también en la mítica Al salir de clase, aunque reconoce que su salto a la fama fue gracias a su papel en El comisario.

Ahora, reconoce que es feliz, considera que ha tenido mucha suerte, pero asegura que “no me ha quedado esperando a que pasaran las cosas”, sino que ha trabajado mucho para llegar donde está.

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