Butragueño, Ludger Beerbaum y 'El Tigre de Tetuán', las amistades desconocidas de Cayetano

Una leyenda del fútbol, un jinete de renombre y un campeón de boxeo son para él como hermanos

Por hola.com

Cayetano Martínez de Irujo presenta sus memorias. Un mes después de cancelar la presentación de su autobiografía por motivos de salud, el hijo de la Duquesa de Alba reaparece para hablar de su libro, De Cayetana a Cayetano, en el que expone sin tapujos temas de su familia, sus amores, sus amigos y enemigos... Uno de los capítulos más relevantes, al margen de otros que han suscitado cierta polémica como el de la relación con sus hermanos, habla de los que han sido los verdaderos pilares de su vida. Además de su Nana Margarita, que le cuidó sin descanso hasta que nació su hermana, o su mozo de cuadra, Florian Cortijo, a los que consideró como sus otros padres, el Conde de Salvatierra habló de sus verdaderos amigos que han sido para él como hermanos.

Uno de ellos fue el gran Emilio Butragueño. Se conocieron en el verano de 1989 durante un vuelo en el que el Real Madrid viajaba de Amsterdam a Madrid. Se sentó junto a Emilio Butragueño y entonces "fue el comienzo de una bonita amistad", como él mismo relata. A partir de entonces iba a verle a los partidos del Bernabéu. "Emilio ha sido y es para mi un hermano. Creo que también a la inversa. Nos vemos varias veces al año, siempre salimos a cenar en Navidad". La familia del futbolista para él era uno de sus refugios, "Cuando sufría momentos muy angustiosos de soledad, la casa de Emilio siempre estaba abierta, plácida, serena...Me acogían como a un hermano de Emilio, alguien de su familia", cuenta y recuerda el día que se presentó por sorpresa con la infanta Elena, con quien mantuvo una relación que duró tres meses.

Otro de sus grandes amigos es el jinete Ludger Beerbaum, padrino de su hija Amina, al que califica como "el mejor jinete de salto de todos los tiempos" y un gran asesor en temas ecuestres. Con él recuerda que estuvo el día en que Genoveva Casanova le llamó para contarle que esperaban dos hijos. "Recuerdo su consejo", dice el hijo de la Duquesa. "Mira Cayetano, en las relaciones uno va agachado, otros más agachados, pero derecho no va nadie. La relación es lo de menos, lo importante es que vas a ser padre de dos hijos y eso es una maravilla", le dijo. A él también le brindó todo su apoyo cuando Ludger le necesitó: en la ruptura de su primera mujer y un pequeño asunto de dopaje cuando estaba en lo más alto de su carrera.

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Por último, hace especial mención a Manel, el "Tigre de Tetuán", campeón de España de pesos superligeros, al que conoció cuando decidió ir a clases de boxeo para prepararse físicamente. "Conectaron desde el primer día", dice. A diferencia de él, el campeón de boxeo creció en el seno de una familia muy humilde, mientras que Cayetano lo hizo en un palacio. Aún así el Duque de Arjona asegura que sus caracteres son de lo más parecidos. "Compartimos alma y corazón. Él tiene un corazón de león, un fomdo noble y peléon contra los abusos, Como yo". Es tal la amistad que se profesan que "los padrinos de su último hijo somos mi madre y yo", cuenta Cayetano. La Duquesa de Alba aceptó encantada ser la madrina, porque, en palabras de su hijo, "ella bordaba estas situaciones atípicas y provocadoras". A Manel y a sus otros dos amigos, Emilio y Ludger, les dedica un capítulo de sus memorias.

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