Sus triunfos no hacen más que alimentar su leyenda. Rafa Nadal se convirtió, tras ganar la final del Masters de Montecarlo, en uno de los tenistas que más Masters 1.000 acumula en su palmarés –tiene un total de 31, cuatro más que Roger Federer y uno más que Novak Djokovic-. El manacorí venció al japonés Kei Nishikori en dos sets que le volvieron a coronar como el rey de la tierra batida, un terreno en el que ha demostrado que no tiene rival. En las gradas, siguiendo esta victoria, la número once en esta cita, que se inscribe ya en su historia personal, las mujeres de su vida: su madre Ana María Parera, su hermana Maribel y su novia Meri, que le acompañan siempre que tienen ocasión.
Estos días se las ha visto emocionándose y sufriendo con Rafa y aplaudieron como las que más mientras el deportista levantaba, y mordía, el trofeo, que recibió de manos del príncipe Alberto de Mónaco y su mujer Charlene. En la gran final estaba además Pierre, hijo de Carolina de Mónaco, que saludó a su tío Alberto antes de sentarse en su sitio. Ellos vibraron también con la victoria del mallorquín que aseguró que este es un logro muy especial. “Es una victoria importante. El primer torneo del año que termino sin lesión. He jugado a muy buen nivel toda la semana”. Reconoció además a su llegada a Barcelona, su próxima cita es el Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, que cada torneo es distinto.
“Llegar al Godó con la confianza de ganar en Montecarlo siempre es positivo, pero no garantiza nada. Intentaré hacer las cosas lo mejor posible para mantener un nivel alto”. El tenista lleva 171 semanas liderando el ranking mundial y reconoció que nunca habría imaginado los registros que está logrando en la ATP. “No acostumbro a soñar con nada de lo que he conseguido. Uno para soñar con cosas las tiene que ver posibles. Yo he hecho mi día a día. Once Montecarlo, 10 Barcelona, 10 Roland Garros es algo que no sé puede ni imaginar ni soñar. En lo que sueñas con 14 años es en jugar esos torneos. Se ha conseguido llegar donde se ha llegado y disfrutar al máximo" aseguró.
Rafa y Meri llevan juntos más de una década y tienen una sólida relación que viaja por medio mundo. Siempre que el deportista despliega su magia en la cancha, su novia es testigo desde la grada y es que es uno de sus mayores apoyos. Meri está siempre acompañándole, celebrando sus victorias y sufriendo también sus momentos más complicados.
