Este proyecto, que permitió abrir el fiordo a la ciudad, es lo que se llama Fjord City. Allí donde antes había industria y una ruidosa autopista, hoy se suceden restaurantes, gastromercados y estudios de arquitectura como Snøhetta, autor de la famosa Ópera con la que arrancó la renovación arquitectónica. En esta zona, llamada Bjørvika, no sólo encontramos materiales sostenibles y energías limpias, sino también edificios de bajo impacto como los maravillosos The Barcode (en la imagen) que, al disponer de espacio entre los mismos, simulan un código de barras. Y más allá de la innovación, también encontramos arte y cultura con el Museo de Edward Munch y la deslumbrante biblioteca Deichman.
El hotel más ecológico del mundo, pura energía positiva en el Ártico