LAS CISTERNAS DEL SIGLO XXI
Con la pandemia el mundo echó el ancla y Estambul no fue una excepción. Galataport tuvo que esperar hasta octubre de 2021, fecha en la que los pasajeros del primer barco que atracó en su muelle descubrieron que, bajo el mar, inauguraban una obra de ingeniería titánica y arquitectura moderna, con guiños evidentes al esplendor del pasado. Las últimas tecnologías han permitido que esta terminal de cruceros, situada en la costa de Karaköy, sea pionera a nivel mundial.
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Sin coches, sin ruidos, sin malos humos y con mucho rollo, los 29.000 metros cuadrados de la terminal se inspiran en las cisternas antiguas construidas durante los imperios romano y bizantino. De hecho, una de las visitas indispensables en Estambul es la que recorre la Cisterna Basílica, construida en tiempos de Justiniano (siglo VI). En Galataport, el Palacio Sumergido de 336 columnas se ha transformado en una sucesión diáfana de pilares robustos y redondeados, al más puro estilo de La guerra de las galaxias. El proyecto ya tiene su premio Red Dot Design.