Ciudades europeas en modo slow travel: se merecen un viaje sin prisas

Una nueva tendencia a la hora de viajar pisa fuerte. El turismo pausado, cercano, sin estrés y en contacto con la gastronomía y la cultura locales. Nos apuntamos a ella.

Por Viola Migliori

El mundo nos lleva a diario de un sitio para otro casi sin pararnos a pensar y a disfrutar. Las prisas, el trabajo y las obligaciones familiares nos meten en una rutina en la que es muy difícil darle al stop, pero a veces es necesario pulsar esa tecla para respirar y poder apreciar todo lo que nos rodea. Viajar es una de esas 'teclas' que nos permite relajarnos sin mirar el reloj y vivir cada instante sin pensar en el qué vendrá después, con calma y disfrutando.

 

Días de «slow travel» en Conil de la Frontera

 

Esta manera de viajar pausada forma parte de una tendencia que cada vez está cogiendo más fuerza dentro del turismo y del modo en el que viajamos: el llamado slow travel. Se trata de disfrutar de un destino sin prisas, más cerca que lejos de casa y ampliando el número de días que estamos en un solo lugar para desconectar y poder vivirlo al máximo y sin estrés.

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Desde la agencia Evaneos (evaneos.es) nos hablan de esta tendencia en auge convencidos de que para los viajeros cada vez importa más la calidad que la cantidad, permitiéndoles entrar en contacto directo con la cultura y la gastronomía locales de una forma sencilla y natural, disfrutando de sus costumbres y tradiciones alejado del turismo de masas.

Para ello os proponemos tres destinos europeos que merecen alargar el fin de semana para escapar de prisas, aglomeraciones y regresar con energías renovadas a nuestra rutina.

 

Los destinos más seguros para viajar sola

 

Experiencias slow travel en Oporto

Quizás una de las mejores opciones para practicar el slow travel sea visitar nuestro país vecino, Portugal, para el que incluso puedes barajar la opción de desplazarte en tren, pudiendo así disfrutar del paisaje y olvidándote del estrés que a veces nos provoca el tener que coger el coche o el avión en los viajes.

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Visualiza  cinco o seis días de descanso en Oporto, la ciudad del vino y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Puedes dedicar un día entero a visitar su centro histórico, conociendo a fondo su arquitectura barroca, sin renunciar a la posibilidad de hacer una parada para experimentar una inolvidable degustación de vino blanco en alguna de sus reconocidas y premiadas bodegas.

 

WOW, el barrio de moda en Oporto, al otro lado del Duero

 

Si ya has estado en Oporto varias veces, es buena opción dedicar otro día a visitar Guimaraes, a tan sólo 50 kilómetros de allí y donde puedes llegar en tren, disfrutando una vez más del paisaje. Está considerada como la cuna de la nación portuguesa y su centro histórico está plagado de edificaciones medievales que no te dejarán indiferente.

Palermo: adentrarse sin prisa en la Edad Media

Un poco más lejos pero igualmente dentro de Europa hay una ciudad italiana en la que merece la pena alargar el fin de semana viajero. Y no es otra que Palermo, donde podrás descubrir sus rincones ocultos al turismo de masas gracias al asesoramiento de agentes locales, un imprescindible si queremos exprimir al máximo la experiencia, además de garantizar el respeto del entorno y el apoyo a la economía local.

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La ciudad más importante de Sicilia cuenta con un interesante pasado histórico y una de sus ventajas es que se puede recorrer a pie, por lo que se puede disfrutar de una forma pausada de toda su oferta cultural y gastronómica. Aquí podrás viajar entre los lujosos palacios de los nobles, conocer los poderes secretos de los masones e Illuminatis y adentrarte en el reino donde en su día convivieron musulmanes, judíos, ortodoxos y católicos, dejando una riqueza cultural aún palpable en sus calles.

A ritmo pausado por las playas y escenarios inolvidables de Split

Una tercera opción para desconectar en modo slow travel puede ser Split, en Croacia, un destino muy visitado sí, pero no en la forma que te proponemos. La ciudad, ubicada en la costa dálmata del país, es famosa por sus playas y por la cantidad de monumentos situados tanto dentro como fuera del Palacio Diocleciano, aunque las opciones son infinitas.

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Es cierto que para los fans de la serie Juego de Tronos es casi obligada reservar una visita guiada por algunos de los escenarios donde se rodó, pero tampoco hay que perder de vista la idea de probar una taza de café croata, antes o después de pasar un gran rato en una de sus playas locales, realizar una excursión en kayak o incluso coger una lancha rápida para descubrir las maravillas de la Laguna Azul o Trogir.

Estas son sólo tres de las múltiples ideas y destinos que se pueden elegir cerca de casa para detener el tiempo y vivir unos días ajenos al estrés y disfrutando al máximo de cada experiencia. Ahora sólo tienes que coger el mapa, señalar un lugar para experimentar tu slow travel y reservar.