Paradas imprescindibles en una ruta en coche por la ría de Ortigueira

Una de las mejores maneras de descubrir nuestra geografía es montarnos en un coche y lanzarnos a recorrer kilómetros. Por suerte, todavía quedan paisajes de arrebatadora belleza como los que van saliendo al paso entre los cabos Ortegal y Estaca de Bares.

Por hola.com

Lo que aconteció en la Mariña Lucense con la playa de Las Catedrales –ser reclamo turístico global–, también ha ocurrido en Ortegal con el banco de Loiba. En 2009, un vecino del lugar sugirió a los operarios del Ayuntamiento de Ortigueira la colocación de un banco frente a los acantilados salvajes, a un kilómetro de la aldea de Picón. Meses después, una mano anónima talló en la madera The best bank of the world (el mejor banco del mundo), lo que sirvió de efecto llamada a nivel planetario. Sentados en él se gradúan distancias para ver, desde el plano más cercano, el islote horadado de Gavioteira y la playita de Coitelo, ejemplos del resto de siete kilómetros de cantiles espumeantes.

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Muy cerca del banco está la preciosa playa de Picón, rectilínea, de arena blanca y señalada por un viejo molino proyectado sobre el océano. Por unas muestras de granito negro se demostró que en Ortegal se encuentran las rocas más antiguas de la Península y las cuartas del planeta.

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MIRADOR DE PENA FURADA

En cinco minutos se llega en coche al mirador de la Pena Furada, el islote que se erige en centro de las miradas por su portalada que el mar ha horadado en sus flancos. Por el de la derecha entran las olas en pleamar formando un espectacular géiser. En la visión se incluye la playa de Ribeira do Carro, que cuenta con pista de acceso y por la que subían hasta unos años años burritos cargados de algas. En el mar sobresalen las rocas Tres Marías, mientras O Rodicio figura ser un submarino.

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CASTRO PUNTA DOS PRADOS

Siempre gusta ir conociendo el resto de bancos de Loiba, incluyendo el mirador de O Cadaval. Pero después hay que ir en busca de la lonja de Porto de Espasante. Al lado despierta la curiosidad el castro Punta dos Prados y el Monumento con Forno, una especie de baño turco del siglo III d.C. El mirador de la Garita da Vela, un antiguo puesto de vigilancia del XVIII, servía como referencia para los navegantes junto con el de Herbeira y Estaca de Bares.

ORTIGUEIRA

La localidad que da nombre a la ría, famosa también por su festival internacional de música celta (festivaldeortigueira.com), invita al paseo, primero junto a las casas con miradores del paseo del Cantón, en el que sobresale la modernista Casa da Cordeira. Mientras la biblioteca municipal es ejemplo de casa indiana. También hay que visitar el coqueto Teatro de la Beneficencia, uno de los contados auditorios románticos que quedan en España, y después caminar por una de las rías icónicas de Galicia, desde el paseo Barro Soto siguiendo por el sendero costero que lleva al área de descanso de El Murito y la playa de Cabalar.

PLAYA DE MOROUZOS

Es esta una bellísima playa de densos pinares. Su vocación de final de ría genera la posibilidad de ver el Atlántico. A la isla de San Vicente hay que aproximarse solo en bajamar y la laguna de San Martiño se descubre gracias a una pasarela.

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MIRADOR DE A MIRANDA

Después de 20 minutos al volante se llega a Cariño para seguir sentido San Andrés de Teixido en busca del espectacular mirador de A Miranda, a 543 metros sobre el océano. Es recomendable ir con tiempo despejado para ver unas vistas impresionantes del puerto y el pueblo de Cariño, de Ortigueia y su ría y también de Estaca de Bares. Subiendo hacia el mirador se puede admirar el entorno natural de la sierra de A Capelada, donde los caballos pastan libres, las cabras se asoman por los cantiles y se observa el vuelo del halcón peregrino.

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Tras pasar por la fuente de San Xiao, se baja al cabo Ortegal, una de las maravillas geológicas y pasajísticas de la costa española, en buena medida por la presencia de los islotes Os Aguillóns. A estos es posible acercarse desde Cariño o Porto de Espasante navegando en el velero Queresvela (queresvela.com) y, con suerte, ver a los percebeiros en acción.

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ESTACA DE BARES

El itinerario concluye en Estaca de Bares, el punto más septentrional de la Península, donde cerca de su faro están los restos de antiguos molinos y un observatorio ornitológico. Otro rincón que no pasará inadvertido es el Porto de Bares, como de cuento, donde degustar un exquisito arroz con bogavante frente a la playa.

EL PUERTO DE O BARQUEIRO

En Mañón, este recoleto puerto rebosante de encanto –con sus blancas casas derramadas por la ladera, como en un anfiteatro mirando al mar– merece ser admirado desde el mirador de la carretera a Lugo o paseando por sus muelles y contemplando la desembocadura del río Sor. Un viejo cañón se eleva sobre las barcas rodeadas de un horizonte verde. La ría de O Barqueiro es de las más pequeñas de Galicia, pero tan preciosa que dan ganas de salir en kayak, una actividad que organiza Actividades Estaca (actividadesestaca.com).

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PARA DESCANSAR

En Ortigueira, en El Castaño Dormilón (elcastanodormilon.es), una antigua escuela que conserva las vigas de castaño originales, con habitaciones abuhardilladas y espaciosas. El antiguo semáforo de señales de Santa María de Bares es ahora un hotelito con encanto a 210 metros sobre el nivel del mar para amantes de ver amanecer en medio del mar (hotelsemaforodebares.com). En Cariño está el Muiño das Cañotas (muinodascanotas.es), un acogedor molino rehabilitado y dotado con restaurante.

PARA DISFRUTAR A LA MESA

Cocina tradicional con un punto de modernidad y vistas a la desembocadura del río Sor en A Sobreposta (asobreposta.es), en O Barqueiro. En el Porto de Espasante, las materias primas llegan de la lonja de A Coruña al restaurante Planeta (planetaespasante.com). Delicioso el arroz con bogavante de La Marina (hramarina.com), en Porto de Bares.