Como una gijonesa más, es fácil encontrarse con Lara Álvarez por Gijón cuando uno menos se lo espera, ya sea cruzando por la porticada plaza Mayor, en el Muro de San Lorenzo, el entorno de Campo Valdés o el barrio de Cimadevilla, los lugares por donde pasa la vida de esta ciudad, o en sus sidrerías, tiendas o restaurantes habituales cuando visita su casa.
POR LA PLAYA DE SAN LORENZO
Hasta que falleció su perro Chocolate, hace apenas unos meses, uno de los «placeres de la vida» de Lara Álvarez era pasear con su «señor inglés» y fiel compañero por la playa de San Lorenzo. Casi dos kilómetros de paseo marítimo, entre la iglesia de San Pedro y la desembocadura del río Piles, que se extiende más allá por la senda costera de El Cervigón y lleva a otros arenales como las del Rinconín, Serín o Peñarrubia. La gran playa de Gijón es ideal para bañarse, tomar el sol, pasear o hacer surf, porque la vida de la ciudad discurre en torno a ella.
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